La reunión de los presidentes Pedro Sánchez y Quim Torra había sido preparada milimétricamente por los respectivos gabinetes. Hasta el último detalle. Desde el lugar donde Torra recibiría a Sánchez hasta el número de preguntas que podrían hacer los periodistas. Pero todo era susceptible de cambiar, y así ha sido hasta el último instante, lo cual no ha evitado momentos de tensión.

Uno de estos momentos se ha producido cuando el equipo de Sánchez ha constatado que el presidente español bajaría de su vehículo en la Plaça Sant Jaume, delante de la puerta del Palau y, por lo tanto, bajo el balcón donde cuelga la famosa pancarta exigiendo Libertad de expresión y opinión. Al darse cuenta de la situación han reclamado hacer dentro del edificio el saludo de bienvenida, pero allí ya estaban los Mossos de gala en formación y a punto para pasar revista con la alfombra roja.

Desde el gabinete de presidencia se les ha acordado que se les ofreció la posibilidad de hacer la reunión en el Palau Nacional para evitar esta situación. La llegada ya no se podía hacer de otra manera. Finalmente Sánchez ha bajado del vehículo en la plaza, bajo el balcón, pero los funcionarios de la Moncloa se ha preocupado que el vehículo fuera introducido dentro del palacio para no repetir la escena a la hora de marcharse.

Una vez dentro, Sánchez ha saludado a Torra, con un "¿president, cómo estás?", que se ha llamado la atención justo en un momento en que algunas formaciones le cuestionan el cargo a raíz de su inhabilidad como diputado -de hecho, el PP lo ha denunciado por usurpar funciones. Durante la rueda de prensa, el jefe del ejecutivo español se ha referido a Torra como a president o el "actual president".

Lo que no estaba previsto, cuando menos no lo tenía previsto el Govern, es que Sánchez llegaría con un documento de cuatro páginas bajo el brazo con lo que ha denominado como "la agenda para el reencuentro". Todavía no había pisado Sánchez el Palau y ya había trascendido tanto la existencia del documento como su contenido.

No obstante, según fuentes del Govern, el documento no sólo no se ha abordado durante la reunión sino que Sánchez no se lo ha dado a Torra. De hecho, aseguran que los papeles han quedado olvidados encima de la mesa y que ha sido el president de la Generalitat quien, una vez Sánchez se ha marchado para acudir a la rueda de prensa, habría advertido a un miembro de su que el presidente español había olvidado unos documentos. "No, este documento es de lo que tenían que hablar", le ha respondido.

Torra no ha llevado ningún documento a la reunión pero sí dos libros Inventing Human Rights de Lynn Hunt y Llibertat y sentido de Lluís Solà que ha regalado a Sánchez. Los servicios de protocolo de la Moncloa sabíen que le regalaría unos libros, pero desconocía los títulos, lo cual ha provocado cierto nerviosismo. Tan pronto como el president los ha entregado, alguien se ha encargado de hacerlos desaparecer de la reunión, por lo cual ni los fotógrafos ni los periodistas que han entrado en el Saló dels Diputats, después de las cámaras de televisión, los han podido ver.

Otro de los cambios de última hora ha sido el emplazamiento de la rueda de prensa. Los dos gabinetes habían acordado que se haría en el Pati de Carruatges, al pie de la escalera de piedra, pero ayer por la noche, desde la Moncloa se reclamó utilizar la galería gótica, el lugar donde se hacen las comparecencias más solemnes del Govern. De nada sirvió que desde presidencia de la Generalitat se explicara que el espacio era muy limitado e incluso se mostraran imágenes de actos oficiales en el patio de carruajes para demostrar que se trata también de un espacio noble del Palau.

La comparecencia se ha hecho finalmente en la galería. Ha sorprendido al president que Sánchez anunciara que había un acuerdo para celebrar la reunión el mes de febrero, porque Torra le había insistido en que, a pesar de la voluntad que se haga tan pronto como sea posible, antes tiene que abordar el tema con los partidos y las entidades independentistas. De hecho, también Sánchez ha explicado durante la reunión que debe abordar el tema con sus socios de gobierno.

Tras los presidentes, tanto a la rueda de prensa, como durante el encuentro en el Saló dels Diputats, había una bandera española y una senyera. También en la fachada del palacio se han renovado las banderas, que habían quedado rasgadas por el temporal de viento. Mientras se hacía la rueda de prensa, al fondo del pati dels Tarongers, muy lejos, quedaba el enorme lazo amarillo del palacio.

Se ha acordado que los periodistas podrían hacer tres preguntas, a cada uno de los presidentes, y que los corresponsales extranjeros podrían plantear una cuarta cuestión, lo cual ha obligado también la prensa a acordar las preguntas.