Los presos políticos Jordi Sànchez y Jordi Turull inician una huelga de hambre en la cárcel. Según han informado fuentes de Serveis Penitenciaris, el expresidente de la ANC y el exportavoz del Govern se han dirigido a la dirección del centro de Lledoners este sábado por la mañana para comunicar la acción, "sin determinar su duración". El objetivo es denunciar los obstáculos del Tribunal Constitucional para impedir que la causa llegue al Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

En una rueda de prensa este sábado en el Col·legi de Periodistes, su abogado, Jordi Pina, ha leído un comunicado de Sànchez y Turull, que denuncian este bloqueo del TC a la justicia europea. Concretamente, critican que el alto tribunal admita todos sus recursos de amparo, pero que después no se pronuncie, por lo que no pueden acudir a Estrasburgo.

En este sentido, Jordi Pina ha puntualizado que, en el caso de los dos presos en huelga de hambre, han presentado ocho recursos que han sido admitidos, pero sobre los que no hay pronunciamiento. El primero fue presentado el 22 de noviembre del 2017, hace más de un año. En el comunicado, los presos recuerdan que, según la ley de enjuiciamiento criminal y la doctrina del TC, los recursos contra escritos de prisión preventiva tienen carácter preferente y se tienen que resolver en un plazo máximo de 30 días.

"No lo hacemos contra nadie, sino a favor de remover conciencias para impedir que se asuma como normal lo que no lo es", explican Sànchez y Turull, que exigen un juicio justo. "Es en los tribunales internacionales, y en especial el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, donde depositamos la confianza de justicia", insisten. Apelan a "todos los demócratas de Catalunya, España, Europa y el mundo".

El abogado Jordi Pina ha aclarado que no existe ningún condicionante a su huelga de hambre, y ha dicho desconocer si otros presos políticos optarán por este tipo de denuncia.

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"Los riesgos empiezan desde el mismo inicio"

También ha intervenido el doctor Jaume Padrós, en calidad de presidente del Colegio de Médicos de Barcelona, pero también de médico personal de Sànchez y Turull. Ha explicado que le comunicaron la decisión esta semana, y que él expresó su "preocupación". Ha recordado que no hay precedentes similares desde la Transición, y ha puesto el ejemplo de Lluís Maria Xirinacs. Ha subrayado que la decisión ha sido individual y libre.

Padrós ha anunciado la constitución de una comisión de seguimiento con expertos en los ámbitos ético, jurídico y médico, que "también velará para preservar a los presos políticos de todo tipo de coacción". Según ha afirmado, los presos políticos han firmado un "documento de voluntades".

El médico ha advertido que no existen casos de supervivencia más allá de los dos meses. Y ha apuntado algunas consecuencias de una huelga de hambre: "Astenia general, cansancio, pérdida de masa muscular, síntomas digestivos, alteración del sueño, pérdida del apetito y de nutrientes esenciales, con lo que pueden aparecer síntomas en órganos vitales que pueden llevar a complicaciones, coma o muerte".

"Los riesgos empiezan desde el mismo inicio de la huelga de hambre", ha alertado Padrós, que ha añadido: "Cuantos más días pasen, más se intensificará la vigilancia de los parámetros de salud". Ha destacado que los servicios asistenciales de la prisión de Lledoners "tienen especial pericia" en este tipo de situaciones. Padrós ha admitido que esto puede ser eventualmente una "dificultad" para su traslado a Madrid para el juicio.

Protocolo médico

Según fuentes de Serveis Penitenciaris, cada interno que quiera hacer una huelga de hambre lo tiene que comunicar individualmente a la dirección de la prisión a través de una instancia, en que se tiene que especificar si será huelga de hambre y de sed o solo huelga de hambre. En caso de que sea de hambre, los médicos del centro penitenciario controlan el estado de los presos con un seguimiento de la presión, el peso y análisis de sangre.

Inicialmente, estos controles se llevan a cabo cada dos días, pero la periodicidad se adapta a la evolución de cada interno. En caso de que requirieran un ingreso hospitalario, este tendría lugar en la Unidad Hospitalaria Penitenciaria de Terrassa. Como medida extrema, un juez puede autorizar la alimentación forzosa, con administración de suero, por indicación facultativa.

Los internos en huelga de hambre siguen sujetos al régimen de vida del centro penitenciario. Es decir, mantienen los horarios y las actividades, así como la obligación de acudir al comedor, como el resto de presos.