El exconseller Santi Vila no ha hablado en la sala de vistas pero sí lo ha hecho en la puerta del Tribunal Supremo cuando ha salido.

Dentro de la sala sólo ha ratificado lo que ya dice su recurso de reforma contra su procesamiento por malversación y desobediencia. "Como nada ha cambiado, no tenemos nada más que añadir", ha dicho Vila en la salida del tribunal.

El exconseller, que dimitió justo antes de la proclamación de la república el 27 de octubre y que está acusado de malversación y desobediencia, ha explicado que dentro de la sala ha formulado su desacuerdo con el procesamiento y ha subrayado: "Ni yo ni ningún miembro del Govern gastamos ni un solo euro de dinero público de la administración y en consecuencia, la acusación de malversación estoy convencido de que se demostrará que es infundada".

Pero estas declaraciones contundentes Vila sólo las ha hecho ante la prensa. Dentro de la sala Santi Vila ha sido escueto y se ha remitido a su declaración del 2 de noviembre del año pasado en la Audiencia Nacional cuando explicó todos los hechos respondiendo a todas las partes.

Para la acusación popular, VOX, Vila ha perdido "una oportunidad de oro para aclarar los motivos por los cuales destinaron dinero público al golpe de estado".

Vila, solo

Vila ha pasado por este trámite con su abogado Pau Molins. Ha entrado al punto de las 10h de la mañana en el Tribunal Supremo sin aplausos ni silbidos. Y al salir, después de hacer las declaraciones a los medios, se ha marchado por el lado opuesto que lo han hecho Mertixell Borràs y Carles Mundó, que también han comparecido hoy para negar su procesamiento.

Vila dimitió antes de dar el último paso para proclamar la república y eso hizo que la jueza de la Audiencia Nacional Carmen Lamela fijara una fianza para él para evitar la prisión. Vila pasó la noche y la pagó al día siguiente como muestra de solidaridad con el resto de consellers, pero su imagen quedó tocada y sus relaciones con buena parte del ejecutivo de Puigdemont, también.