Santi Vila, el conseller que se alejó del soberanismo justo después del referéndum del 1-O, ha ofrecido una entrevista a la agencia Efe en la que ha querido posicionarse como equidistante.
Vila opina que el president Torra "se mueve en una contradicción espiritual entre su alma como activista, incluso como agitador, y su alma como político o como máximo representante institucional de Cataluña". No duda de que su comodidad es mucho mayor cuando ejerce como activista que cuando ejerce como president, pero va más allá cuando dice que "le cuesta doblemente ser el presidente de todos y no solo de los independentistas". Sin llegar a calificarle como un problema, sí deja claro que "el Govern necesita convalidación o reformación". Y por ello indica que se necesitarán elecciones en Catalunya en breve.
El ex conseller, no obstante, cree firmemente que Pedro Sánchez se equivoca cuando no le coge el teléfono a Torra, pues quien llama no es la persona, sino un personaje público, el president. "Guste más o guste menos, Torra es el presidente de la Generalitat, acaba de superar una moción de censura y en consecuencia, Sánchez tiene la obligación de ponerse al teléfono cuando le llama un presidente autonómico sea el que sea, del PP, del PSOE, o sea independentista, porque España no es un país militante". "Me pareció un desacierto", dice sobre la actitud del líder del Ejecutivo, que "ha gestionado los últimos meses la situación, movido mucho más por el tacticismo que por el sentido de Estado".
En cualquier caso, cree que hay mejores interlocutores soberanistas que Torra, con quien confiesa que no hay empatía. En cambio, alaba las figuras de Artur Mas y de Miquel Buch.
Vila, que asegura que esperaba una sentencia dura para el procés, "pero no tanto", afirma haberse desmarcado completamente de la política, sobre todo por motivos familiares.