El abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, ha explicado que los jueces alemanes necesitan más tiempo para resolver la extradición del presidente en el exilio por la "complejidad" del caso. En una entrevista en RAC1, Boye ha asegurado que el responsable de que se alargue el proceso es el magistrado Pablo Llarena, que "no para de enviar documentación".

Además, la documentación llega en castellano y "se ha presentado extemporaniamente y sin la traducción al alemán". Según Boye, la jurisdicción dicta que la documentación se tiene que enviar en la lengua oficial del país, y parece que la justicia española hizo llegar a Alemania "un USB con 38 megabytes de información. Son un par de miles de folios".

La defensa del presidente catalán cree que Llarena quiere evitar que el juez alemán resuelva la petición rápidamente, y añade que "el tribunal alemán no ha pedido nada. Sólo ha pedido la carta del señor Montoro porque el juez Llarena no se acordó de enviarle" (la carta en que Montoro justificaba que no había malversación en la organización del 1-O).

Boye ha lamentado que el juez Llarena no comparecerá en Bélgica: "Antes irá Puigdemont a Bélgica que no Llarena".

Más tarde, en una entrevista en Catalunya Radio, Boye ha indicado que quien ha consumido el plazo para decidir sobre la extradición "es el fiscal alemán que tardó 60 días en presentar conclusiones y por la otra el juez Llarena que no para de enviar documentación".

Finalmente, el letrado ha sentenciado que "Llarena intenta empapelar el tribunal alemán" porque "envía información sin traducir". Según Gonzalo Boye, "el juez Llarena tiene miedo e intenta alargar la decisión para un momento que le convenga más".