Mientras todos los partidos encaran la última semana de la campaña para las elecciones europeas del 9 de junio, en el trasfondo se libra otra pugna decisiva en Catalunya: la constitución de la Mesa del Parlament. Los 135 nuevos diputados electos del pasado 12 de mayo están citados el lunes 10 de junio para celebrar el pleno inaugural de la 15.ª legislatura, centrado en la elección de la nueva presidencia de la cámara, las dos vicepresidencias y las cuatro secretarías que configuran el órgano de gobierno del Parlament. Esta elección no es menor: puede condicionar los pactos y acuerdos que se puedan explorar para la posterior investidura de un president de la Generalitat. Aunque el PSC y Esquerra Republicana son los dos partidos que han sido más tajantes a la hora de desvincular las negociaciones de la Mesa de las del Govern y leerlas como dos carpetas separadas, lo cierto es que el papel que juegue cada una de las formaciones y los miembros que acaben integrando el órgano rector de la cámara catalana será clave para las próximas semanas.

Además, tener mayoría en la Mesa del Parlament es muy importante para el Govern, ya que entre las tareas de sus integrantes está la de ordenación del trabajo parlamentario o la interpretación del reglamento de la cámara. La admisión a trámite de las iniciativas también depende de este órgano. Y, de cara a una investidura, está en manos de la presidencia de la cámara la persona a quien proponga para postularse a la presidencia de la Generalitat. A continuación, te explicamos cómo funciona el sistema de elección de los miembros de la Mesa de la cámara y cuáles son las combinaciones más factibles que se podrían producir el próximo 10 de junio:

Tres votaciones separadas y papeletas depositadas en urnas

La sesión constitutiva del Parlament de Catalunya arranca con una Mesa de Edad, que se ocupa de leer el decreto de convocatoria del pleno y la relación de los diputados electos, así como para velar las votaciones que tienen que tener lugar para escoger a los siete integrantes del órgano de gobierno de la cámara catalana. La Mesa de Edad la forman parte tres diputados: la preside el representante de más edad de los 135 electos y lo acompañan como secretarios los dos parlamentarios más jóvenes. En principio, este año les corresponde esta tarea a tres diputados que se estrenarán en el Parlament esta legislatura: Agustí Colomines, de Junts+, será el presidente; en tanto que Júlia Calvet (Vox) y Mar Besses (ERC) ocuparán las dos secretarías.

Hecho este procedimiento —que se concreta de los artículos 43 y 46 del reglamento—, arranca la primera votación, que es para elegir al nuevo president o presidenta del Parlament. Cada diputado vota de manera secreta. Es un sufragio uninominal (se escribe un único nombre en una papeleta) y se deposita en una urna. Ahora bien, el voto se considera nulo si se pone más de un nombre o lo que se ha escrito es ilegible. Si no hay nada escrito, el sufragio computa como blanco. Los parlamentarios lo van llevando hasta la urna siendo llamados por una de las secretarias de la Mesa. Para ser elegido president de la cámara, es necesario llegar a la mayoría absoluta —68 escaños— en primera votación. Si esta circunstancia no se materializa, se hace una segunda votación en que solo concurren los dos diputados que, en la primera, han obtenido más apoyos. En el hipotético caso de que hubiera un empate, solo sería elegido el candidato del grupo parlamentario con más representación si esta paridad no se deshace tras cuatro votaciones.

La segunda votación es para escoger las dos vicepresidencias del Parlament. Como en el primer caso, cada parlamentario emite un voto secreto y uninominal, de manera que no pueden votar por más de un candidato. En este caso, se escogen los dos diputados que hayan obtenido más votos por orden correlativo. Y pasa lo mismo con la tercera votación, donde se escogen los cuatro secretarios y también resultan elegidos los cuatro con más apoyos. Si en alguna de estas votaciones también se produce algún empate, se sigue la misma norma que con la elección de la presidencia: cuando la paridad no se deshace después de cuatro votaciones, se prioriza el parlamentario del grupo con más escaños.

Las combinaciones posibles para la nueva Mesa: suma independentista, acuerdo progresista...

Con estos elementos encima de la mesa, lo más recurrente sería que los cuatro partidos con más representación parlamentaria tuvieran miembros en la Mesa (este año, correspondería al PSC, Junts+, Esquerra Republicana y el Partido Popular). Lo cierto, sin embargo, es que a menudo se hacen acuerdos que no necesariamente cumplen esta premisa. De hecho, la última legislatura es un ejemplo: la mayoría independentista permitió que Junts per Catalunya, que era el tercer grupo del Parlament, tuviera la presidencia. Por otra parte, Vox era el cuarto partido con más escaños y no tuvo ningún sitio en la Mesa: el acuerdo de Esquerra, Junts y la CUP permitió a los últimos formar parte del órgano de gobierno de la cámara.

Cogiendo los resultados del 12 de mayo, el Parlament de esta legislatura lo integran 135 diputados distribuidos de la siguiente manera: PSC (42), Junts+ (35), ERC (20), PP (15), Vox (11), Comuns Sumar (6), la CUP (4) y Aliança Catalana (2). A partir de aquí, pueden emerger diferentes combinaciones que serán trascendentales para elegir a los siete miembros de la Mesa. En el supuesto de, por ejemplo, que cada partido votara a su candidato o candidata para presidir el Parlament, los dos que accederían a una segunda votación serían los que postulen el PSC y Junts+.

Ahora bien, si llegan con acuerdos previos, el PSC tendría dos vías para llegar a la mayoría absoluta en primera votación: de la mano de Esquerra Republicana y Comuns Sumar (los tres suman 68 escaños) o bien con el Partido Popular y Vox, que también llegan a los 68 parlamentarios. Esta última, sin embargo, no es ni siquiera una posibilidad para los socialistas porque han excluido al grupo de extrema derecha de sus conversaciones y porque los de Ignacio Garriga también lo han descartado públicamente. Con quien tampoco ha hablado al PSC es con Aliança Catalana por las mismas razones que no lo ha hecho con Vox. En cambio, ha tanteado el terreno con todo el resto. La opción predilecta de los socialistas es un acuerdo progresista con ERC y Comuns. A su vez, con quien no contaría el PSC es con los de Carles Puigdemont, que apuestan por un liderazgo independentista en la Mesa y por intentar un Govern liderado por el president en el exilio; ni tampoco con los cupaires, que quieren intentar un pacto en cuatro con Junts, Esquerra y Comuns para evitar una Mesa encabezada por los de Salvador Illa y que sea "anti-represiva". La opción puesta encima de la mesa por los anticapitalistas, que llegaría a 65 representantes, parece difícilmente viable por el grupo de Jéssica Albiach, que no quiere ningún acuerdo con los juntaires y reivindica un tripartito.

Un pacto del PSC con Esquerra y Comuns podría garantizar la presencia de cuatro o cinco miembros de las tres formaciones en la Mesa, incluso contemplando la posibilidad de que entraran los últimos. A los de Illa todavía les quedaría otra suma posible para liderar la cámara: llegando con el apoyo del PP y Comuns Sumar, que sería la misma fórmula que permitió la elección de Jaume Collboni como alcalde de Barcelona. Los tres partidos suman 63 diputados, una cifra que superaría una eventual suma de Junts, Esquerra y la CUP (59) en una segunda votación para la presidencia del Parlament. Tampoco la superarían los independentistas con la inclusión de Aliança Catalana (2), hecho que también parece bastante improbable por la incompatibilidad de esta formación con los de Laia Estrada o incluso ERC. En este contexto, los socialistas tampoco verían del todo claro una suma con el PP y Comuns para la Mesa, ya que esta fórmula puede complicar las negociaciones para una eventual investidura.

Por otra parte, el escenario de una presidencia independentista en el Parlament no es improbable y a lo largo de los últimos días ha ganado fuerza: una alianza de Junts, Esquerra y la CUP suma más que un pacto del PSC y Comuns Sumar (48). Así pues, el PP y Vox tendrían que votar en blanco o emitir sufragios nulos. Sobre los populares, esperan tener lugar en la Mesa ya que, en caso contrario, consideran que sería una "estafa democrática y un insulto". Su jefe de filas, Alejandro Fernández, aboga porque cada grupo vote a su candidato. Pero hay una combinación en que, aunque todos los partidos hicieran eso, el PP podría quedar fuera: el PSC podría tener la presidencia y una de las vicepresidencias, mientras que la otra sería para Junts. Y en el caso de las cuatro secretarías, los socialistas podrían dividir sus votos para tener dos candidatos elegidos: 21 votos suman más que 15, siempre que a estos 15 no se sumaran los 11 de Vox. Con lo que defiende el Partido Popular, la Mesa quedaría así: tres butacas para el PSC, dos para Junts y una para ellos y ERC, respectivamente.

La incógnita se resolverá el lunes 10 por la tarde con la constitución del Parlament, y el hecho de que las europeas coincidan con los días de negociaciones pueden dilatar los acuerdos finales hasta el mismo lunes por la mañana. Entretanto, lo que se dirima estos días también puede preconfigurar la cocina de los pactos enfocados a una investidura. Las mayorías se avistan complicadas y, aunque todos aseguran querer evitarlo, ya algunas formaciones han manifestado públicamente que no temen los tambores de una repetición electoral.