Un grupo reducido de entre las personas que estaban concentradas en las puertas del Parlament para dar apoyo a la presidenta Laura Borràs, que ha sido suspendida de derechos y deberes parlamentarios este mismo jueves, ha increpado e insultado la diputada de ERC Najat Driouech cuando ha abandonado el Parlament. Según han explicado a ElNacional.cat varios testigos que no son del partido republicano, los manifestantes han proferido gritos de "botiflera" e incluso se ha pronunciado un grito absolutamente racista como "mora de mierda" contra Driouech, una información que han confirmado fuentes de ERC. La diputada republicana ha salido del Parlament después de una mañana donde el PSC, ERC y la CUP han decidido suspender a Laura Borràs por su causa con la justicia por su gestión al frente de la Institució de les Lletres Catalanes. En el momento de los gritos y los insultos, no había dirigentes de Junts en el exterior y el grupo de apoyo ya ha condenado los hechos.
Los manifestantes, citados por el grupo de apoyo de Laura Borràs, se han concentrado en las puertas del Parlament a las 11.30 horas para mostrar su apoyo a la líder de Junts, que han dicho que es víctima de la represión del Estado. Durante el tiempo que han estado en las puertas —más de tres horas— algunas de las personas presentes también se han enganchado con la prensa, con insultos contra los medios de comunicación presentes, incluso tildándolos de "fascistas", y han acusado a los periodistas de manipuladores por ir "contra Junts per Catalunya". También han dicho que ERC "es una secta" y han entonado gritos de independencia. La presidenta ha salido a saludarles antes de iniciarse a la Mesa del Parlament que ha sentenciado su suspensión y les ha dado las gracias por todo su apoyo.
El grupo de apoyo de Borràs condena los hechos
El grupo de apoyo de Laura Borràs ha querido condenar estos hechos que ha tildado "de absolutamente intolerables". En conversación con este diario, uno de sus representantes ha afirmado que se ha increpado y regañado la diputada de ERC cuando ha salido sola del Parlament después de la suspensión de los derechos parlamentarios de Borràs, pero ha negado haber escuchado el grito racista de "mora de mierda". En cualquier caso, ha asegurado que de haberlo sabido, "habrían expulsado inmediatamente" al manifestante de la concentración. Si bien desde el grupo constatan que en todas las protestas hay insultos incontrolables, destacan que "el racismo no se puede tolerar nunca", y se desvinculan "absolutamente" de este insulto xenófobo.
300 personas se concentran para apoyar a Laura Borràs
En total, cerca de 300 personas se han concentrado este mediodía para dar apoyo a la presidenta del Parlament, Laura Borràs. Esta concentración ha empezado pocos minutos antes de que se reuniera la Mesa del Parlament para decidir sobre la suspensión de los derechos y deberes de Borràs como diputada y presidenta del hemiciclo. Los manifestantes han saludado a la presidenta antes de que entrara en la cambra catalana y la han recibido con gritos de "no estás sola". En el momento de recibirla, también estaban presentes el president Quim Torra y una parte amplia del grupo parlamentario de Junts per Catalunya y de la cúpula de la formación.
Más tarde, la Mesa del Parlament ha acordado suspender a Laura Borràs como presidenta. Los miembros del PSC, ERC y la CUP se han acogido al artículo 25.4 del reglamento del Parlament para adoptar esta decisión. El texto fija que se puede suspender los derechos y deberes de un diputado cuando se le abre un juicio oral por delitos vinculados a la corrupción. El pasado martes, el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya resolvía abrir juicio a la presidenta de Junts por los delitos de prevaricación y falsedad documental que presuntamente habría cometido en su etapa como directora de la Institució de les Lletres Catalanes. Borràs ha lamentado en una comparecencia posterior que los diputados que la han suspendido este jueves hayan actuado de "jueces hipócritas" y se ha reafirmado en su voluntad de no dimitir ni de hacer ningún paso atrás, hecho que deja al Parlament en una situación de interinidad.