El jurista Joan J. Queralt ha enumerado los seis puntos destacados del informe del Tribunal Supremo que rechaza que se indulte, de forma total o parcial, a los doce condenados por los delitos de sedición, malversación de caudal público y de desobediencia en la causa del 'procès'.
Poco después de que se haya conocido que el Tribunal Supremo ha informado negativamente a la concesión de cualquier forma de indulto porque no aprecia razones de justicia, equidad y utilidad pública de que justificarían la concesión de la medida de gracia, el jurista y colaborador de elNacional.cat ha querido desgranar los puntos principales.
Así, y por medio de un tuit, Queralt ha asegurado que lo que hay que tener en cuenta es que el TS, en primer lugar, critica la estrategia de los condenados y a continuación, que se trata de un informe unitario que no tiene en cuenta a los condenados que no están en la prisión.
En tercer lugar, Queralt destaca que el Supremo ponga precisamente a Jordi Cuixart como "ejemplo de la necesidad del no indulto"; en cuarto lugar, el informe defiende la misma sentencia; en quinto destaca que los condenados no han mostrado ningún tipo de arrepentimiento y, finalmente, apunta que el Alto Tribunal alude, de la mano del ministerio fiscal, a un delito de traición.
Sin indicio de arrepentimiento
Efectivamente, los magistrados del Tribunal Supremo consideran que no hay prueba o indicio de arrepentimiento por parte de los condenados, que no se ha vulnerado el principio de proporcionalidad de las penas a que fueron condenados y que los argumentos en que se basan las diversas peticiones de indultos realizadas por terceros se desenfocan el sentido del indulto porque dibujan una responsabilidad penal colectiva y, además, pretenden que el gobierno corrija la sentencia dictada por el Tribunal Supremo.
Por todo eso la Sala afirma que las razones invocadas para dar apoyo a la extinción total o parcial de la pena impuesta pierden cualquier justificación "cuando se presentan como presos políticos que han sido autores de una movilización encaminada a subvertir unilateralmente la orden constitucional, a tumbar el funcionamiento ordinario de las instituciones y, en definitiva, a imponer la propia conciencia ante las convicciones del resto de sus conciudadanos".