La dimisión de la única consejera en el gobierno de Extremadura, la expulsión del ejecutivo de Gijón, las tensiones con el PP en las Islas Baleares o la polémica por la opacidad de las cuentas del partido, son los baches que ha sufrido Vox esta semana. El partido de ultraderecha hace más de un año que acarrea una crisis interna, que en los últimos meses se ha ido intensificando, especialmente después del mal resultado en las elecciones generales del 23-J. Vox rechaza la existencia de un problema interno y asegura que ha hecho una remodelación de la estructura con la cual busca "aligerar la estructura de partido" para centrar los esfuerzos en los ayuntamientos o autonomías donde gobierna. Sin embargo, la realidad es que los cambios suponen aumentar el poder del ala más ultra de la formación.

La renuncia de Iván Espinosa de los Monteros, fundador del partido y una de las figuras más reconocibles, el pasado mes de agosto, provocó malestar en las filas de los ultraderechistas. Se trataba de uno de los miembros con más aceptación dentro de las diversas facciones de la formación, y aunque alegó "motivos familiares" para colgar el acta de diputado, otras informaciones apuntaron al distanciamiento con el líder de Vox, Santiago Abascal, y también de la nueva cúpula, como los motivos reales de su dimisión. Espinosa pertenecía al ala más liberal o moderada del partido, que en los últimos meses se ha visto arrinconada por el ala más dura y nacionalista, encabezada por el eurodiputado y vicepresidente de Acción Política, Jorge Buxadé, que precisamente este viernes ha sumado un nuevo cargo dentro de la formación. Será responsable de coordinación jurídica, área que hasta ahora lideraba Marta Castro, figura próxima a Javier Ortega Smith, expulsado del núcleo duro hace un año.

La exconsejera de Extremadura se alía con Olona y carga contra Vox

Junto con Buxadé, hay otro peso pesado muy próximo a Abascal, Ignacio de Hoces, vicesecretario de Coordinación Parlamentaria y diputado en el Congreso por Badajoz. Fue uno de los que participó en la negociación con el PP para hacer posible a un gobierno en Extremadura para cerrar el paso al PSOE a la Junta. El acuerdo otorgó al partido la consejería de Gestión Forestal y Mundo Rural en Vox, cargo que ocupó Camino Limia, una ganadera que los ultraderechistas ficharon como independiente. Sin embargo, tan solo dos meses después, Limia ha dimitido del cargo por "motivos personales", y la sustituirá el director general de gestión forestal, caza y pesca de la consejería, Ignacio Higuero de Juan, que resulta ser familiar de De Hoces. Aunque Vox ha insistido en que se trata de un relevo "natural" y que la salida de la consejera responde puramente a razones personales, los mensajes de Limia apuntan en otra dirección.

La ya exconsejera ha compartido en su cuenta de X (antes Twitter), un mensaje en el cual recuerda la historia del líder lusitano Viriato, que fue asesinado por tres oficiales bajo órdenes de Roma y originó la expresión "Roma no paga a traidores". Limia ha señalado que "Roma no pagó traidores, pero sí la muerte de Viriato", con quien se ha comparado, asegurando que defendió Hispania —en su caso, Extremadura— de traidores y cobardes. El Español ha informado de que, según fuentes del ejecutivo extremeño, la salida de Limia ha sido motivada por "discrepancias" con la dirección nacional del partido.

Por otra parte, Macarena Olona, exdirigente de Vox, y una de las voces más críticas desde que salió del partido, ha cargado contra el cese de Limia y, especialmente, contra la noticia de su sustituto, que considera una prueba de que Vox funciona como una "agencia de colocación". En este sentido, Olona ha recordado que ya advirtió sobre "la deriva de Vox", que considera que "ya es una evidencia". "Espero las disculpas de todos los que me llamaron loca y traidora", ha remachado. La última confirmación de que, efectivamente, la salida de Limia no ha sido por motivos personales es que esta ha compartido los mensajes críticos de Olona.

Las cuentas sospechosas de Vox

Este viernes también se ha anunciado que el gerente de Vox, Juan José Aizcorbe, se marchaba. El partido lo ha desmentido, pero al mismo tiempo ha reconocido que está previsto sustituirlo en el cargo com aparte de un acuerdo, ya que el diputado por Barcelona había pedido "reducir la carga de trabajo". Un movimiento que se produce cuando Vox enfrenta sospechas por parte del Tribunal de Cuentas por la falta de transparencia. El partido de extrema derecha se erigió como el que recibió más donaciones privadas: 3,8 millones de euros en 2019. Además, la Fundación Disenso, presidida por Abascal, recibió más de 7 millones de euros en los últimos cuatro años por parte del partido, según ha revelado eldiario.es. A estos hechos hay que sumar ingresos de grandes cantidades de dinero de origen incierto los años 2018 y 2019.

Las tensiones y rupturas en gobiernos del Estado

La alianza entre el PP y Vox en ayuntamientos y autonomías tenía que ser coser y cantar, pero no ha sido así en muchos casos. En las Islas Baleares, aunque ambas formaciones comparten la idea de acabar con la inmersión lingüística o con el uso general del catalán en el sector público, se han producido tensiones en la relación de ambas formaciones a la hora de materializar las leyes que lo tienen que hacer posible. En Gijón, también han tropezado por varias causas, entre ellas, la promoción de la lengua asturiana, y finalmente, la alcaldesa del municipio decidió tomar medidas drásticas y expulsar a los ultraderechistas del Ayuntamiento.