Cada vez que se acerca Semana Santa estalla la misma polémica en torno a los cuarteles y edificios militares sobre de que manera debe ondear la bandera española, porque una tradición de raíz religiosa prevé que la 'rojigualda' volee a media asta, en señal de luto por la muerte de Cristo, un extremo que contrasta frontalmente con el espíritu aconfesional y laico del estado de derecho consagrado en la Constitución Española.
Así, el año pasado, cuando el ministerio de Defensa estaba en manos del hoy la retirada políticamente María Dolores de Cospedal, se tomó la decisión de mantener las banderas a media asta entre la tarde del Jueves Santo hasta a medianoche del Sábado al Domingo Santo en las unidades, bases, acuartelamientos militares, la sede central del Ministerio de Defensa y las delegaciones territoriales del Departamento.
En el 2018 se consideró que el ondeo a media asta se tenía que mantener porque formaba "parte de la tradición secular de los ejércitos", y por eso, "no entra en contradicción con el carácter aconfesional del Estado español".
Este año sin embargo, el Gobierno es de otro color y eso se nota, porque la actual titular de defensa, Margarita Robles, ha decidido que este 2019 no habrá banderas a media asta, es decir que las banderas ondearán de la misma manera que el resto de días del año.
Con todo, se mantiene el permiso en los militares para participar, de manera oficial, en procesiones de cariz religioso, siempre y cuando lo hagan de manera voluntaria. Así, está confirmado que este año haya militares del Ejército del Aire en procesiones en Alcantarilla, legionarios en Málaga, y miembros de la Armada en Marín, Cartagena y San Fernando.