La Mesa del Senado ha acordado este martes acatar al Tribunal Constitucional y recortar las enmiendas sobre la reforma del poder judicial de la votación de este jueves. Se trata de la votación de la reforma del Código Penal, que incluye la derogación del delito de sedición y sustitución por los desórdenes públicos agravados y la reforma de la malversación, además de directrices para los jueces para no favorecer agresores sexuales a través de la ley del solo sí es sí. La decisión, según informa la Mesa, ya ha sido comunicada al mismo Tribunal Constitucional, así como al Congreso de los Diputados, a los grupos parlamentarios y a la Comisión de Justicia, que tiene que reunirse este martes por la mañana.
La decisión ha salido adelante por la mayoría que conforman el PSOE y el PNV en la mesa del Senado. En una reunión tensa que ha durado más de una hora, la Mesa también ha acordado personarse en el proceso ante el Constitucional contra el recurso del PP. Ahora es el turno de la Comisión de Justicia del Congreso, que tendrá que hacer efectiva esta modificación. Así mismo, la Mesa del Congreso de los Diputados también ha acordado este martes después de recibir la notificación del TC personarse en el procedimiento en "representación y defensa de la cámara", y presentará alegaciones en los próximos días.
El presidente de la cámara alta, Ander Gil, ya adelantó este lunes que el Senado acataría la decisión del Tribunal Constitucional de no permitir la votación de las enmiendas que reforman el poder judicial español y que permiten, precisamente, la renovación del TC. En una rueda de prensa extraordinaria convocada a altas horas de la noche para reaccionar al pronunciamiento del Constitucional, Gil cargó contra el tribunal de garantías por haber obedecido al PP. Afirmó que la institución que él preside estudiaría vías para "preservar la autonomía parlamentaria". Así pues, aseguró que el lunes se produjo un "hecho insólito en democracia". El presidente del Senado habló de "crisis" y denunció la "instrumentalización" del TC por parte del PP.
Las palabras de Gil llegaron minutos después de que el Constitucional decidiera consumar su desafío al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y admitir las medidas cautelarísimas exigidas por el PP para detener la reforma del poder judicial. La mayoría conservadora del tribunal de garantías decidió paralizar una reforma que intentaba desbloquear la renovación de este mismo tribunal cuando todavía no había acabado su vía parlamentaria.
El presidente del Senado quiso "señalar la gravedad de la situación" de esta decisión, avisando de que "se está dando un paso de difícil retorno en la degradación del sistema democrático". Por eso, consideraba que "sustraer" al poder legislativo la tramitación y la votación parlamentaria en las Cortes "supone una grave ruptura del sistema democrático y conduce a todo el mundo a una crisis institucional del Estado sin precedentes en la democracia". "Pero mucho más grave resulta, aunque sea posible, hacerlo mediante la instrumentalización de quien tiene como principal cometida garantizar la estabilidad del sistema constitucional", añadió Ander Gil.