El expresidente de la ANC Jordi Sànchez, condenado a 9 años de prisión y 9 años de inhabilitación absoluta por el delito de sedición, ha hecho una primera valoración para El Nacional de la sentencia y de la forma como le ha sido comunicada. Explica que ha conocido la decisión del Supremo solo en la celda, por la televisión antes de que llegara el secretario judicial que debía comunicárselo. "El funcionario, el famoso Paco, ha quedado desconcertado. Le he explicado que no tenía nada contra él, pero que se podían marchar por donde habían venido, que no les firmaría nada. Que lo que me tenían que decir ya me lo habían dicho sus jefes a través de la televisión. No tienen vergüenza", denuncia.

¿Qué piensa de la sentencia?
Es una sentencia de Estado. Injusta... El Estado ha buscado venganza y castigo

¿Es lo que esperaba?
De los poderes políticos y judiciales españoles no espero nada bueno desde hace demasiado tiempo, creo que como la mayoría de la ciudadanía de Catalunya. Dicho esto exigía absolución y lo esperaba si se trataba de hacer justicia. No ha sido así. No nos perdonan haber puesto 6.000 urnas... Nos hacen pagar con dolor aquella humillación.

¿El hecho de conocer la sentencia cambia de alguna manera como afronta el tiempo de prisión que le queda?
Espero seguir con la misma fortaleza. Estos dos años que ya llevo en la prisión me han predispuesto a asumir los peores escenarios sin perder la esperanza ni el optimismo. En el día a día no tiene que cambiar nada de lo que he vivido estos últimos 730 días. Seguiré cada día la rutina penitenciaria como cualquier otro preso, indiferente a si es Navidad, Sant Jordi, un martes cualquiera o fin de semana.

¿Cómo ha recibido la noticia de la sentencia?
Solo, en la celda viendo la televisión, pocos minutos después de las nueve y cuarto de la mañana mientras esperaba que mis abogados llegaran a Lledoners. Marchena no ha tenido ni la decencia moral de esperar que los funcionarios nos comunicaran personalmente la sentencia. Es una prueba más de la falta de respeto a que el Supremo nos ha sometido.

¿Quién se lo ha comunicado formalmente?
Un funcionario judicial acompañado de un agente policial. Lo ha intentado, pero no le he dejado que lo hiciera. Ya sabía cuál era la condena y le he pedido que no hiciéramos más teatro.

¿Cómo ha ido todo?
El funcionario, el famoso Paco, ha quedado desconcertado. Le he explicado que no tenía nada contra él ni contra la jefe policial que lo acompañaba –responsable de seguridad del Supremo– pero que se podían marchar por donde habían venido, que no les firmaría nada. Que lo que me tenían que decir ya me lo habían dicho sus jefes a través de la televisión. No tienen vergüenza.

¿Qué le viene a la cabeza cuando le comunican una sentencia como esta?
Que saldremos adelante. Lisa y llanamente. No caeré ni yo ni la familia en el pesimismo. Eso sería tanto como regalar a mis carceleros –es decir, al estado español– la victoria que buscan. No lo he hecho hasta ahora y espero no hacerlo en el futuro. La solidaridad de la gente y las movilizaciones son el mejor antídoto contra el pesimismo.

¿Qué ha hecho después de tener la confirmación de la sentencia?
He llamado a la gente que amo para trasladarle la noticia y darles ánimos. Sufro más por la gente de fuera que por nuestras circunstancias muros adentro de la prisión.

¿Ha podido hablar con el resto de presos para comentar la sentencia?
Sí. Y he pensado mucho en Dolors y Carme, muy presentes a pesar de su ausencia

¿Cómo los ha visto?
Fuertes. Dispuestos a seguir siendo como son y defendiendo lo que siempre hemos defendido. La cárcel no nos cambiará.

¿Ha podido comentar la noticia con los abogados?
Si, hemos estado toda la mañana juntos. Estaban afectados. Han hecho un gran trabajo y yo no agradeceré nunca lo suficiente su humanidad y profesionalidad. La sentencia estaba decidida antes, mucho antes de acabar el juicio. Es lo que tienen los juicios políticos.

¿El resto de internos les han dicho alguna cosa?
La mayoría nos muestran su solidaridad y nos dicen que no entienden la injusticia de una sentencia tan severa por unos hechos que todo el mundo vio no fueron como han querido hacer ver que fueron.

¿Ve el final del túnel?
En este conflicto la última palabra la tendrá la ciudadanía. El final del túnel no es sólo el final de nuestra prisión, sino el final del conflicto. Y es aquí donde continúo convencido de la importancia de la movilización y la presión ciudadana.