La manifestación convocada por Societat Civil Catalana en el Paseo de Colón de Barcelona bajo el lema "Juicio" ha conseguido reunir unos pocos miles de personas. La manifestación ha salido del Paseo de Colón a las 12 del mediodía con presencia de numerosas personalidades del Partido Popular, Ciudadanos y el Partit dels Socialistes de Catalunya. También ha participado el ex primer ministro francés Manuel Valls. Al fin, han conseguido llenar la avenida Marquès de l'Argentera, nada apretada, con unas 7.000 personas, según la Guardia Urbana.
Con muchas banderas españolas, algunas europeas y de Tabarnia y bien pocas catalanas, los unionistas se han manifestado al grito de "No nos engañan, Catalunya es España" y al canto de "Que viva España", de Manolo Escobar. Algunos manifestantes llevaban banderas españolas unidas al emblema de la Guardia Civil, con la inscripción: "Viva la Guardia Civil". No faltaban carteles en contra del nacionalismo, como "Los nacionalismos excluyen y discriminan". Y se han oído con frecuencia los gritos de "Puigdemont a prisión".
Iceta, con los manifestantes
Antes de la manifestación, Miquel Iceta ha instado a que se forme gobierno lo más pronto posible y así se acabe con la aplicación del 155 y ha dicho que son muchos los que asisten al acto "indignados" por este motivo.
De la moderación de Sardà a la furia de Cañas
Rosa Maria Sardà ha participado en los parlamentos rompiendo la tónica del acto. Ha recordado que el gobierno español tiene mucha responsabilidad, también, en la crisis catalana. Ha afirmado que los nacionalismos, todos, "le dan mucho yuyu" y ha criticado a los partidos y a la prensa "de aquí y de allí". Ha apostado para que los catalanes se vuelvan a entender y ha pedido a los políticos que se escuchen y que haya diálogo. Ha afirmado que ya era suficiente que unos y otros "jugaran a ver a quién la tiene más larga". Jordi Cañas, que ha actuado detrás suyo, no ha parecido muy contento con la intervención y ha asegurado que si bien el unionismo podía haber cometido errores: "No todos tienen las mismas responsabilidades".. En un discurso feroz, en el que ha acusado al soberanismo, incluso, de tener un discurso "racista y xenófobo", Cañas ha acabado con un grito aplaudiendo la represión ("pagarán por ello", ha dicho) y ha dado por cerrado el proceso soberanista: "Apostaron contra España y han perdido", ha afirmado.
El fiscal por la represión
También Carlos Jiménez Villarejo ha mostrado su deseo de reprimir el soberanismo: "Los soberanistas pagaron y pagarán por su desobediencia como tenían que pagarlo: caro". Ha afirmado que no se puede exigir ningún "supuesto derecho a la autodeterminación" y por eso ha exigido la renuncia al proyecto independentista. El ex fiscal ha acusado a las políticas de la Generalitat de tiránicas y ha felicitado a los jueces y fiscales por su acción contra el soberanismo. Pero el parlamento más aplaudido ha sido el del ex primer ministro francés Manuel Valls, hecho íntegramente en catalán. Valls ha criticado a "aquellos que han dividido familias", poniendo como ejemplo la suya". Ha afirmado que Catalunya sin España no es Catalunya. Y ha afirmado, que, contra lo que según él propugna el soberanismo, "Catalunya no es una cultura cerrada, xenófoba, racista". Ha terminado, entre grandes aplausos, ofreciéndose a colaborar con el unionismo.