Catalunya y el País Vasco no estarán presentes en la Conferencia de Presidentes Autonómicos que se celebra hoy en el Senado, pero sus respectivas banderas sí. En un intento para evitar que las sillas vacías del president del Govern, Carles Puigdemont, y del lehendakari, Iñigo Urkullu, marquen la sexta conferencia de la historia de este tipo, el Estado ha decidido incluir tanto la senyera como la ikurriña en el cartel que preside la reunión. Las dos se suman a las banderas de las otras comunidades, rodeadas de una gran bandera española.
Y no sólo allí. En la fotografía de familia, presidida por el rey Felipe VI y Mariano Rajoy, la bandera española está justo en el centro de la fotografía y lucen, justo a cada lado, la bandera y la ikurriña. De hecho, la bandera catalana está justo detrás del presidente español. Y todavía un detalle más: el viento ha tirado al suelo todas las banderas autonómicas minutos antes de la fotografía.
Dentro de la sala de la reunión también están todas las banderas, pero ninguna silla vacía. Los encargados de protocolo ya se han ocupado de poner dos asientos menos, así como que también evitar que haya ningún cartel con el nombre de Puigdemont ni de Urkullu.
Otra vez, Rajoy vuelve a tener justo detrás la bandera, pero ya dentro de la sala queda situado entre la bandera catalana y la española.
Protocolo
Entre paradojas y coincidencias, cabe decir que las banderas están colocadas según dicta el protocolo y acompañan a la española tal como recoge el artículo 4.2 de la Constitución, que dice que "los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas" y que "estas se utilizarán junto con la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales".
La bandera española siempre tiene que ocupar el lugar de máxima preeminencia, según la Ley 39/1981, de 28 de octubre, que establece que "la bandera de España ocupará el lugar preeminente y de máximo honor". A su lado derecho (siempre desde los ojos del espectador) tiene que ir la autonomía que se constituyó antes, en este caso el País Vasco. A partir de aquí, se irán alternando entre la derecha y la izquierda las que la siguen. Precisamente por eso, a la izquierda de la española está la catalana.
La esperanza no se pierde
El Estado, sin embargo, no ha perdido hasta el último momento la esperanza de ver a los dos presidentes en el Senado. Ayer la vicepresidenta española, Soraya Sáenz de Santamaría, ya intentó no hacerlo notar asegurando que tanto catalanes como vascos estarán representados "por el gobierno de la Nación", aunque los dos presidentes no estén presentes.
El presidente español ya intentó convencer a Puigdemont y a Urkullu para que fueran, pero el presidente catalán –igual que el vasco– ya ha ratificado varias veces su negativa a estar. La última vez fue ayer, cuando envió una contundente carta a Rajoy, en que justificaba su ausencia poniendo de manifiesto que "este tipo de reuniones son sólo una puesta en escena, pero sin ningún resultado productivo ni satisfactorio".
El lehendakari utilizó el mismo planteamiento que Puigdemont. "Es el momento de poner en valor la singularidad del autogobierno vasco" y este "tiene que ser canalizado en las relaciones bilaterales entre el Estado y Euskadi", dijo el portavoz del gobierno vasco, Josu Erkoreka, en diciembre.
La primera vez
Esta es la primera vez desde que se celebró la primera Conferencia de Presidentes Autonómicos en el 2004 en que no estarán todos los jefes de los ejecutivos presentes. De hecho, el expresident de la Generalitat Artur Mas y su homólogo en aquel momento Juan José Ibarretxe acudieron a la última cita en 2012 y nunca Catalunya ni el País Vasco habían fallado a ninguna.
Pero esta vez será diferente y los dos presidentes continuarán con sus tareas habituales en paralelo a la conferencia y dedicarán la jornada de hoy a reunir sus respectivos gobiernos como ya es tradición los martes tanto en el gobierno catalán como el vasco.