Después de una jornada que ha vuelto a evidenciar que la relación entre JxSí y la CUP no es, ni mucho menos, de luna de miel, la ANC se ha convertido en el hada que ha hecho posible, dándole a la varita, que el presidente del grupo parlamentario de JxSí, Jordi Turull, y su homóloga cupaire, Mireia Boya, se sienten en la misma mesa.
La coincidencia es de calendario pero el mérito es que el encuentro se produce pocas horas después de que Govern y la CUP hayan tenido el enésimo choque.
Con la cuestión de confianza del president Puigdemont en el horizonte, después de que la CUP no diera apoyo a los presupuestos, y el mapa azul que ha dejado el 26-J en el conjunto del Estado, los cupaires han pedido esta tarde a Puigdemont que convoque a todas las fuerzas políticas partidarias del referéndum a una cumbre para acordar el cómo y el cuándo se tiene que celebrar el referéndum unilateral de independencia. Y para aliñar la jornada, los cupaires se han desmarcado previamente del nuevo proyecto de Centro Recreativo de Vila-seca-Salou que sustituye a BCN World.
Dejando de lado el capítulo BCN World, el subtexto de este movimiento es el siguiente: quieren dar apoyo al president pero, a cambio, piden un gesto de ruptura inapelable.
Desde JxSí, minutos después, nada de nada. La CUP no está en condiciones de pedir.
Y, en este punto, la agrupació de la ANC de Sant Andreu ha juntado, horas más tarde, a Turull i Boya en una mesa de debate sobre el procés constituent donde también estaba el presidente de la ANC, Jordi Sánchez. En el auditorio del centro cívico Can Fabra, un centenar de personas.
Mireia Boya no lo ha tenido fácil para defender los movimientos de la CUP del último año. "A menudo parece que estamos totalmente enemistados". "Y lo estáis", ha contestado una voz del público anticipando que no sería el primer reproche popular que tendría que encajar la diputada.
Diferentes estrategias
La aranesa ha insistido en que el procés constituent es lo que une a JxSí y la CUP y que no hay duda que comparten el objetivo de conseguir que Catalunya sea una República soberana y libre.
En este punto, ha matizado que la disonancia con JxSí es cuestión de ritmos: "Nosotros creemos que se tienen que hacer desconexiones a menudo y, desde JxSí, apuestan por hacer la gran desconexión con la ley de transitoriedad. Son diferentes tácticas pero el procés constituent nos une. Y quiero dar un mensaje de optimismo".
¿Por qué el RUI ahora?
La diferencia táctica entre el Govern y el hasta ahora socio preferente, pone sobre la mesa un nuevo elemento de tensión: el referéndum unilateral de independencia (RUI) que, según los cupaires, es más necesario que nunca.
Después de los resultados del 26-J, con predominio del PP en el conjunto del Estado, la CUP mantiene que la independencia sumará más legitimidad. "Mucha gente tiene claro ahora que la única vía es la unilateralidad", ha afirmado Boya.
En este punto, ha insistido en condicionar el apoyo de la CUP a la cuestión de confianza del president, al compromiso inminente con la convocatoria del RUI: "Eso permitiría poner fecha a la desconexión, identificar el momento de ruptura, generar una nueva ilusión".
Cuestión de confianza
La intervención de Boya ha sido analizada palabra a palabra por Jordi Turull. Después de insuflar ánimos al auditorio – "saldremos adelante" - no ha podido resistir el embate civilizado pero, al fin, embate a la cupaire: "En septiembre, alguien tendrá la oportunidad de continuar o reventarlo todo. No se puede hacer un procés así, a base de arranques de caballo y frenazos de burro", ha remachado.
Boya ha insistido en que, en este periodo, la CUP también ha hecho autocrítica y ha aprendido: "La manera de negociar tiene que ser diferente. Tenemos que hablar más".
Un guante que ha recogido el convergente ante un Jordi Sánchez que ha concluido que "si no acabamos con el procés, el procés acabará con nosotros". Palabra de ANC.