La sequía empieza a acaparar el protagonismo. El Parlament ha sido el escenario este jueves de una nueva sesión de control al Govern, en el que los problemas hídricos han encendido gran parte del debate entre PSC, ERC y comuns. A pesar de su entendimiento en materia de presupuestos, los cuales se aprobarán definitivamente el viernes, la sequía los ha enfrentado en esta anómala jornada parlamentaria (el pleno, previsto habitualmente para el miércoles, se desplazó hasta hoy para evitar coincidir con el 8 de marzo).
Salvador Illa, que primero ha empezado su intervención compartiendo su "deseo y esperanza" para que llueva, pronto ha intensificado su ofensiva. En una advertencia directa contra el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, el líder socialista le ha recordado que es su obligación "preparar el país para el peor escenario". Posteriormente, ha cargado con dureza contra la "inacción" del ejecutivo, y ha jugado con las palabras para reprocharle una "sequía de inversiones". "Asuman sus responsabilidades y miren menos al cielo y más a los embalses", ha dicho. Y, repitiendo el aviso que ya manifestó ayer durante una visita a la desalinizadora de El Prat de Llobregat, le ha recriminado que el decreto del Govern para la sequía "sea más sanciones y no inversiones".
Por su parte, la líder de los comuns ha mezclado en el debate la polémica en torno a los macroproyectos que, a pesar de no figurar en el acuerdo de presupuestos, el Govern ha pactado con el PSC. "En una situación de sequía grave, ¿cree que es buena idea poner en marcha el Hard Rock, que consumiría la misma agua en un año que L'Hospitalet de Llobregat, o ampliar el aeropuerto y traer a 20 millones de turistas más?". Jéssica Albiach ha exigido "valentía" al ejecutivo para abandonar los "proyectos faraónicos" y poner en marcha una planificación ecológica. "Nos tenemos que preparar para los retos que vienen, y dudo de que un casino o millones de turistas respondan a los objetivos", ha sentenciado.
Pere Aragonès, preocupado por la sequía
En su réplica, el presidente de la Generalitat ha asegurado que la sequía lo preocupa "muchísimo" después de 29 meses en que no ha llovido de manera suficiente. Tanto es así, que Pere Aragonès ha propuesto poner en marcha, a lo largo de las próximas semanas, una cumbre monográfica de los grupos parlamentarios para abordar la cuestión hídrica. La voluntad de aquella jornada será compartir las medidas que ha activado el Govern y ayudar a concienciar a los consumidores del agua de la peligrosa situación. Eso sí, también ha advertido, en su réplica a Salvador Illa, que en el actual contexto sería "un error hacer una guerra del agua".
ERC también se ha querido colgar la medalla de la respuesta del Govern contra la sequía, después de que la semana pasada se activara la fase de excepcionalidad. El presidente del grupo parlamentario republicano, Josep Maria Jové, ha puesto en valor las decisiones del ejecutivo, que han evitado que la sequía provoque más problemas de los que ya causa. Pere Aragonès ha asegurado que "el Govern no se despierta ahora", y ha remarcado que la experiencia del 2008 permite dibujar la línea que se tiene que seguir. Entre otras ayudas que ha explicado para hacer frente a la sequía, están los 700 millones para el ciclo del agua incluidos en los presupuestos, la apuesta para activar los recursos hídricos provenientes de las plantas desalinizadoras y regeneradoras, e inversiones en las cuencas del Besòs y del Llobregat.
Junts y la CUP, con la educación y los presupuestos
Por su banda, Junts ha decidido aparcar el debate de la sequía y centrarse en el abandono escolar. El presidente del grupo parlamentario, Albert Batet, ha recordado que "más recursos no significa siempre mejores resultados", y ha recriminado la dejadez de funciones y la manca de proyecto del Govern con esta cuestión. En total, Catalunya registra 97.000 jóvenes que no han acabado la educación obligatoria y que no están trabajando, lo que equivale a un Camp Nou, como ha apuntado Batet. La interpelación ha sido también una oportunidad para señalar al conseller Josep Gonzàlez-Cambray y para exigir un pleno monográfico sobre educación.
La CUP también ha incidido en el debate para las cuentas, pero tan solo para reiterar su mensaje ya habitual: la apuesta por las grandes infraestructuras, la falta de inversiones públicas en materia de vivienda y la derrota del Govern con la renta básica universal, que caerá por la oposición de PSC y Junts. Aragonès ha aprovechado para lamentar que los cupaires declinasen entrar en las negociaciones con el Govern y hacer peso en la balanza de las izquierdas.