Desde que a mediados de enero, La Bressola, la red de escuelas inmersivas en lengua catalana en la Catalunya Nord, advirtió de su situación económica límite, se han ido sucediendo las acciones para apoyar a esta entidad. Y este miércoles, su problemática ha entrado en el Parlament de Catalunya, donde ya la semana pasada se leyó una declaración institucional para respaldarles. Concretamente, en la comisión de política lingüística, a propuesta de Esquerra Republicana, han intervenido el abogado y presidente de La Bressola, Guillem Nivet, y el presidente de la entidad Amics de la Bressola, Geoffroy Lourdou. Y en ella han explicado cómo han llegado a esta compleja situación económica, que, paradójicamente, coincide con el momento en el que tienen unas listas de espera más largas de familias que quieren escolarizar a sus hijos en este sistema inmersivo: "A pesar de un retroceso constante, nuestras listas de espera no dejan de crecer. Y no poder dar respuesta a estas demandas es un drama absoluto, particularmente en una sociedad donde el catalán se encuentra tan debilitado", ha reflexionado Nivet ante los grupos parlamentarios.

té un menú contextual

Antes, Lourdou ha realizado un repaso de la persecución contra el catalán en la Catalunya Nord en los últimos siglos hasta la actualidad, con su capital, Perpinyà, con un alcalde de ultraderecha francés, Louis Aliot, que desde que llegó al poder ha ido retirando subvenciones a La Bressola y poniendo trabas a su proyecto de abrir un Liceo en la ciudad, en el monasterio de Santa Clara de Vernet. Este hecho ha provocado que la entidad haya perdido centenares de miles de euros en un contexto de muchas dificultades económicas. Con este panorama, Nivet ha defendido el modelo educativo de la red de escuelas, que cuenta actualmente con un millar y pico de alumnos. Lo ha hecho subrayando, eso sí, que la esencia de La Bressola, que el año que viene celebrará medio siglo de historia, no es la enseñanza del catalán en sí misma, sino la recuperación de la lengua". "Tiene que ser más que una escuela limitada a la educación del catalán, sino que tiene que conectar la lengua de la cabeza al vientre, pasando por el corazón. La Bressola es un milagro permanente y nos encontramos en la obligación de inventar nuestro futuro", ha añadido.

La Bressola, una "fábrica de catalanohablantes abiertos al mundo"

En los últimos años, el Govern de la Generalitat ha dado una subvención anual a la Associació Amics de la Bressola de 650.000 euros para "ayudar a financiar los gastos del personal docente de las escuelas", destacando su "aportación a la creación y mantenimiento de la oferta de enseñanza en catalán y de calidad en la Catalunya Nord". Y la conselleria de Política Lingüística se ha comprometido a mantener esta aportación e incluso a ampliarla en 150.000 euros más en el hipotético caso de que se aprueben los presupuestos de la Generalitat, posibilidad que en estos momentos parece remota. Además, la entidad también se ha reunido con las distintas diputaciones catalanas para buscar vías para garantizar su supervivencia.

Por todo ello, ante las preguntas de los diputados sobre cómo se podía seguir ayudando a la entidad, su presidente ha sido claro, hace falta dinero, pero también ir más allá y trabajar por la lengua desde la Catalunya Sud. "El dinero siempre facilita pagar nóminas y tranquiliza. Pero también hace falta que defendáis la lengua catalana todos los días y lo máximo posible. Nuestro trabajo tiene sentido si la lengua tiene futuro. Sin la lengua catalana, sin el sur, no tenemos futuro", ha explicado Guillem Nivet, asegurando que la mejor manera de favorecer el catalán en la Catalunya Nord es que sus vecinos vean que el catalán es una lengua viva. "No queremos que las escuelas sean un gueto, sino un oasis, una fábrica de catalanohablantes que se abren al mundo", ha concluido.