La ley de Seguridad Ciudadana, denominada popularmente como ley mordaza, continuará intacto tal como la aprobó el gobierno de Mariano Rajoy. Con aplausos por parte de los diputados del PP y de Vox, la comisión de Interior ha tumbado la reforma que estaba pendiente desde el inicio de legislatura y que, de hecho, era uno de los acuerdos de la mayoría de la investidura. La ruptura se ha certificado por los 19 votos negativos del PP, Vox, Ciudadanos, Esquerra, Bildu y Junts per Catalunya. 18 diputados (los dos partidos del gobierno y el PNB) han votado a favor y no ha habido ninguna abstención.
Los socios de investidura han escenificado este martes su fractura: el PSOE, Podemos, Esquerra Republicana y Bildu no se han puesto de acuerdo a pesar de los intentos hasta a última hora para llegar a un acuerdo. El dictamen, por lo tanto, no se tendrá que ratificar al pleno del Congreso de los Diputados. Los independentistas catalanes y vascos pedían a los dos socios del Gobierno que propusieran la prohibición de material antidistubios como las pelotas de goma, así como poner punto final a las devoluciones en caliente en la frontera.
Los grupos se han presentado a primera hora de esta mañana en el Congreso con la reforma pendiente de un hilo y, finalmente, después de meses de reuniones y ponencias entre los diversos grupos, la modificación de la ley represiva aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy no ha sido posible. Cuando los grupos han entrado en la comisión, Esquerra Republicana y Bildu lo han hecho presentando unas enmiendas transaccionales para un intento de última hora de mover el PSOE y Podemos de sus casillas, pero no ha sido posible.
De hecho, fuentes de Bildu han reconocido que eran muy pesimistas cuando presentaban las enmiendas transaccionales y reconocían que servía más bien como gesto que como una esperanza real para sacar adelante la reforma de la ley. "No negaremos los avances que se han conseguido hasta ahora, pero el corazón represivo de la ley continúa intacto", manifestaba la diputada de Bildu Mertxe Aizpurua en rueda de prensa este martes, además de señalar que la reforma es "insuficiente" y queda "lejos de lo que se prometió", en referencia a los socios de investidura que pactaron modificarla.
Por su parte, Gabriel Rufián, por parte de Esquerra, se ha mostrado "decepcionado" y ha lamentado "que la presión de Podemos no vaya dirigida hacia el PSOE, sino hacia ERC y Bildu". "Es irónico porque no nos sorprende", ha rematado el portavoz de los republicanos en la cámara baja. Más tarde, ha mostrado en medio de la sala de prensa dos fotografías: una de Ester Quintana, que perdió un ojo por culpa de una pelota de goma; y una de una devolución en caliente en la frontera de Melilla.
No obstante, fuentes de Podemos han querido poner esta vez más el foco en el PSOE y se han mostrado "preocupados" por "la actitud" de los socialistas en la reforma de esta ley. "Su absoluta negativa a negociar los puntos sobre desobediencia, faltas de respeto, pelotas de goma y devoluciones en caliente con los socios parlamentarios vierte la derogación de esta ley al fracaso", señalan además de criticar "la aparente intencionalidad del PSOE para que la reforma no tire adelante". Ahora bien, hay que señalar que este grupo parlamentario, a pesar de admitir discrepancias con el PSOE, ha insistido en varias ocasiones que más vale la reforma pactada con los socialistas que nada, y ha presionado ERC y Bildu para que voten a favor.
El enfado del PSOE con sus socios
El portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, se ha mostrado visiblemente enfadado con los socios, a quienes ha acusado de "buscar excusas" por no votar la modificación. "Tendrán que decirnos porque prefieren que continúe existiendo la ley mordaza del Partido Popular a una ley de seguridad que contendía todos los avances para evitar este nombre de la norma", se ha quejado López, además de asegurar, en respuesta a los independentistas, que "no existe en Cataluña una ley que prohíba las pelotas de goma". También ha recordado que las devoluciones en caliente son cosa de "la ley de extranjería, no de la de seguridad ciudadana" y ha defendido que su reforma "objetiva lo que son las faltas a la autoridad". "Lo que no haremos es desnudar de autoridad a los agentes que se denominan de autoridad", ha remachado el portavoz socialista.