La operación Kitchen, o caso Kitchen, es la investigación que tiene abierta la Fiscalía Anticorrupción española donde investiga el excomisario José Manuel Villarejo, el exnúmero dos de la policía española y excomisario Eugenio Pino y el antiguo chófer de Luis Bárcenas, Sergio Ríos. Todos estos están siendo investigados por una presunta operación orquestada por el Ministerio del Interior para conseguir información sensible que estaba en el poder de Bárcenas y que podía perjudicar a los cargos del PP. Quien de momento todavía no está imputada en este caso es la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría, aunque podría ser que la tranquilidad le dure poco.
Luis Bárcenas, extesorero del PP, aseguró en su declaración ante el juez por el caso Kitchen que Sáenz de Santamaría había participado en "una operación con el fin de proteger a Mariano Rajoy". "Nunca he tenido ningún problema con ella, pero teniendo en cuenta que [...] se movilizó todo el mundo, estoy convencido de que Sáenz de Santamaría, que además aspiraba a ser la sucesora de Rajoy, porque tenían una relación muy estrecha, puso algo de su parte en toda esta historia", dijo Bárcenas, tal como explica La Razón.
Bárcenas explicó en su declaración que el CNI (Centro Nacional de Inteligencia) lo vigilaba mientras estaba en prisión preventiva. De hecho, el extesorero del PP declaró ante el juez que en la prisión no le permitían hablar con otro preso "porque era un especialista en hackeo y delitos económicos".
"Me prohibieron hablar con esta persona. A mí se me ha hecho un seguimiento permanente y siempre me acompañaba un funcionario por dentro de la prisión", relató Bárcenas durante su declaración.
De la misma manera, Luis Bárcenas informó al juez y a los fiscales de que "alguien del CNI" había entrado en la prisión para hacer un seguimiento "con una agenda pequeña" y que la persona se dedicaba a tomar nota de todos los pasos del antiguo dirigente del PP.
2.500 euros para hacer desaparecer un audio
La Razón también ha publicado este lunes un nuevo episodio sobre los tejemanejes de Bárcenas y el PP. El extesorero aseguró que en una ocasión le pidió a un compañero de la prisión que, durante un permiso de este, destruyera una grabación que había hecho a Mariano Rajoy. Según indicó, se lo pidió ya que se encontraba en una negociación con el PP en que le ofrecían 500.000 euros por hacer desaparecer el audio.
Bárcenas explicó al juez que le entregó una nota al interno donde precisaba "donde estaba el audio" y que a través de su chófer, Sergio Ríos, le daría 2.500 euros para cumplir con la tarea encomendada. Bárcenas añadió que la tarea no se pudo realizar porque el compañero de prisión se quedó sin el permiso.