Por 32º año consecutivo y como cada primer domingo de agosto, centenares de personas han celebrado el tradicional encuentro occitano-catalán en el Puerto de Saláis, en el Pallars Sobirà.
Un encuentro festivo a más 2.000 metros de altitud que este 2019 reivindica más que nunca la lengua occitana, después de que el gobierno francés haya retirado las subvenciones para enseñarla en escuelas e institutos. Hacía más de veinte años que se subvencionaba el aprendizaje del occitano en Francia y este año los jóvenes ya no la podrán estudiar. Si no se revierte esta decisión, "en unos años el occitano morirá", porque cuando no queda nadie en que hable una lengua, esta se pierde y "cuando una lengua desaparece, lo hace también su historia, su cultura y su recuerdo," lamenta Núria Comas, del Círculo de Hermandad Occitano Català (CAOC).
La subida en el puerto de Saláis lo organiza desde hace 32 años el Círculo de Hermandad Occitano-catalana (CAOC) y es un clásico del primer domingo de agosto que va ganando participantes. La falta de comunicaciones hace que sea obligado subir a pie a la cima del Puerto desde los dos lados. Desde la parte catalana el recorrido empieza al refugio del Fornet, a Alòs d'Isil (Pallars Sobirà) y desde la vertiente del Arièja, pasando, por el pueblo de Saláis, suben los occitanos.
Los catalanes pueden llegar por una pista forestal, apta para jeeps, hasta unos 45 minutos a pie antes del Puerto. Los occitanos, en cambio, tienen más de dos horas y media de camino a pie por su lado, con un desnivel de más de mil metros. Una vez arriba, autoridades de la zona hacen sus parlamentos, los participantes comparten queso occitano y vino catalán y la fiesta acaba con música y danzas tradicionales. Los organizadores rememoran así las relaciones de amistad, culturales o comerciales que a lo largo de la historia ha habido entre los valles pirenenques catalanes y occitanos, y que por cuestiones políticas quedaron restañadas.
Núria Comas recuerda que el Puerto de Saláis fue un lugar determinante en las comunicaciones entre las dos vertientes del Pirineo hasta bien entrado el siglo XX y que incluso había aduana en Alòs d'Isil. El objetivo del encuentro es hacer la hermandad entre Catalunya y Occitania como dos naciones vecinas y que históricamente y culturalmente han sido siempre mucho unidas. Se celebra en el Puerto de Saláis porque, tal como explica Comas, ha sido un puerto de paso de comercio entre los dos territorios y también un camino de huida durante la Guerra Civil y también la segunda Guerra Mundial.