Intentar pronosticar cuál será el resultado de las elecciones municipales en Barcelona es misión suicida. Tanto, que casi nadie se atreve a mojarse, ni siquiera los propios partidos, escarmentados como están de la poca puntería de las encuestas, cuando menos últimamente. En medio de tanta incógnita hay, eso sí, una certeza incuestionable: el ayuntamiento quedará tremendamente fragmentado, probablemente más aún que ahora. Y eso quiere decir que los partidos estarán obligados a entenderse. O por lo menos a intentarlo. A continuación repasamos las intenciones de cada uno de ellos en relación a los pactos y vetos. Obviando la evidencia de que el escenario idílico para cualquiera de ellos es ganar con mayoría y no tener que depender de nadie, la conclusión a primer vistazo es que Manuel Valls es quien cuenta, a priori, con menos aliados, todo lo contrario que ERC. Bueno, y el cordón sanitario a VOX, que sólo se salta el PP.

Antes de empezar el análisis exhaustivo, dos previas. La primera, que el gráfico se ha elaborado a partir de lo que se afirma desde las candidaturas a día de hoy, por lo tanto, en un contexto electoral. No perdamos de vista que a menudo, promesas y hechos no acaban coincidiendo. El segundo apunte es que a diferencia de lo que pasa en el Parlamento y en el Congreso, en el caso de los ayuntamientos el mandato arranca aunque no haya pactos. En barcelona, si ninguna suma alternativa llega a 21 concejales, el candidato más votado se convierte en alcalde en minoría, como pasó hace cuatro años con Ada Colau, que gobierna con 11 de 41 concejales.

Colau: ERC + PSC

La actual alcaldesa aspira a una alianza con las fuerzas de izquierdas. Concretamente con el PSC y ERC. A priori el acuerdo parece complicado, sobre todo si hablamos de un gobierno en coalición. Comunes y socialistas ya han gobernado juntos durante un año y medio, este mandato, pero el acuerdo saltó por los aires. Con el 155, Colau echó a Collboni. La dificultad del pacto, sin embargo, no viene por las relaciones comunes-PSC, que aunque ahora en (pre)campaña se lanzan puñales, no tendrán demasiados problemas para entenderse. El hueso duro de roer será ERC. Los republicanos dicen que no tienen nada que hacer con el PSC del 155. Ahora bien, dejan la puerta abierta si los socialistas hacen un cambio en relación al conflicto catalán.

En cambio, Colau ha dicho por activa y por pasiva que de ninguna manera pactará con Junts per Catalunya, Valls ni el PP.

Maragall: JxCat + comunes

En la línea del mantra de ampliar la base, el ideal de ERC es "un gobierno con el 80%". Pasado por la traductora, eso significa juntar a los comunes y Junts per Catalunya. Un propósito que por más que repitan parece imposible, teniendo en cuenta que las dos formaciones se vetan mutuamente. Con Ernest Maragall al frente, los republicanos jugarán en los próximos días una carta a favor de la unidad independentista. Harán público un documento de compromiso de unidad republicana, que ofrecerán para firmar a JxCat y la CUP.

Pesa sobre ERC la sospecha de un plan oculto para reeditar el tripartito en Barcelona. Los de Junqueras rabian cada vez que oyen hablar de ello, pero los resultados y los vetos mutuos entre JxCat y los comunes les pueden acabar empujando ahí.

JxCat: ERC + CUP

Los líderes de Junts per Catalunya siguen recordando cada vez que tienen ocasión, que es un error no haber hecho una candidatura unitaria independentista. Están convencidos de que habría ganado de largo las elecciones y que, por lo tanto, no habría que jugar a este rompecabezas, porque podrían gobernar Barcelona como fuerza más votada. Como eso no ha sido posible, Forn, Artadi y compañía defienden que la única opción de pactos que se plantean es con independentistas.

Ni comunes, ni los partidos que dieron apoyo al 155 entran en sus planes.

Valls: PP + PSC

Manuel Valls es el candidato de Ciutadans, pero no sólo. De hecho, su política de alianzas postelectorales dista mucho de la que impone a Albert Rivera, que ha dicho públicamente que su partido no pactará de ninguna manera con los socialistas. Pues bien, Valls ignora estas directrices y ha enviado una carta a Pablo Casado y Pedro Sánchez instándoles a un pacto entre partidos constitucionalistas.

El ex primer ministro francés repudia todo el que sea contar con independentistas, pero también reniega de pactar con VOX.

PSC: menos la CUP y VOX, todos

El candidato socialista intenta rehuir al máximo todo lo que tiene que ver con pactos. "No estamos en esta lógica", aseguran desde la candidatura. Con un ojo puesto a las encuestas, y teniendo en cuenta que la mayoría apuntan, concejal arriba, concejal abajo, a un empate al frente -comunes, ERC, Valls y PSC-, Jaume Collboni mide al milímetro lo que dice para no ser esclavo de sus propias palabras cuando tenga que coger la calculadora. Por eso, aunque ha dicho que no hará alcalde a ningún independentista, no dice en ningún caso que no pactará con ellos si lo acaba necesitando.  

El único veto que explicita Collboni es a la CUP y a VOX.

PP: Valls + PSC

Josep Bou no tiene manías. Bien, no las tiene con respecto a la ultraderecha, igual que el partido por el cual se presenta. El PP es la única formación que abiertamente dice que si la aritmética da, contará con VOX. Los populares marcan la línea roja a Colau y a los independentistas.

CUP: clases populares + independencia

La CUP explica que sale a jugar la partida municipal sin apriorismos, basándose únicamente en su programa y no en cuotas de poder y tacticismo. Los acuerdos que se suscriban serán siempre que supongan mejoras claras para las clases populares y avances en los derechos sociales y nacionales. Un mensaje que si lo interpretamos da a entender que la puerta está abierta a comunes, ERC y Junts per Catalunya.

Graupera: que Valls no sea alcalde

"Si la alternativa es Valls, haremos alcalde o alcaldesa a Colau o Maragall, pero no entraremos en el gobierno", afirmaba hace unos días Jordi Graupera. Sólo se plantearían entrar en el equipo de gobierno municipal con JxCat y ERC. Eso sí: más allá de quién ocupe la alcaldía, Graupera avanza que votarán a favor de cualquier idea que consideren buena para la ciudad, venga del partido que venga. Resulta sintomático que a la hora de hablar de pactos, el resto de partidos independentistas le dejan, a posta, fuera de la ecuación.

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