La Moleskine de Josep Maria Jové, intervenida por la Guardia Civil durante los registros del 20 de septiembre, es una de las piezas clave del caso 1-O. La mano derecha de Oriol Junqueras en Vicepresidencia era una de las personas clave en la organización del referéndum, y por eso tuvo el teléfono intervenido por orden del juzgado 13. Su famosa libreta, que forma parte del sumario del 1-O, contiene los preparativos de la votación, tanto el contenido de las reuniones que se mantenían como las notas del mismo Jové.

La agenda, de 197 páginas rayadas y a la que ha tenido acceso de forma íntegra El Nacional, contiene entradas que van del 12 de febrero del 2015 al 11 de noviembre del 2016. Deja constancia que, ya desde antes del inicio de la legislatura pasada, el PDeCAT y ERC se pusieron a trabajar para poder poner las urnas en un referéndum de autodeterminación, y preparar los posibles escenarios posteriores, con todas las implicaciones políticas pero también legales que tenía.

La Moleskine se ha convertido en una prueba determinante para la Guardia Civil, que en el atestado entregado al Tribunal Supremo el 15 de diciembre del 2017 dedica 26 páginas a hacer un "análisis de la agenda de Josep Maria Jové Lladó". A pesar de todo, el documento constata la voluntad de los dirigentes independentistas para cumplir su mandato, y para hacerlo con las máximas garantías posibles.

"En su agenda, Jové reflejó una serie de reuniones algunas de las cuales resultan de interés para la presente investigación", asegura la policía española en su atestado. Clasifica las anotaciones en varias temáticas: proceso independentista y hoja de ruta; referéndum de independencia; leyes de desconexión; estructuras de estado, y estrategia de desobediencia.

"El conflicto será más duro que el 9-N"

En una de las primeras anotaciones, del 6 de julio del 2015 (casi un mes antes de la convocatoria de las elecciones del 27-S), ya figura una reunión donde se establecen las fases de la famosa hoja de ruta de 18 meses, que se acaba viendo superado por la complejidad de los resultados. Aparecen los nombres de Josep Maria Jové, Quico Homs, Marta Rovira, Carles Viver Pi-Sunyer, Joan Vidal de Ciurana (entonces secretario del Govern) y "Víctor" (probablemente Víctor Culell, actual secretario del Gobierno).

Se establecen cuatro etapas: preparación del Estado, reconocimiento internacional, estructuras de Estado y medidas sectoriales. Contempla que el 28 de septiembre se tiene que hacer una "declaración de soberanía de inicio del proceso", y que el Gobierno tiene que hacer "gestión ordinaria y crear estructuras de Estado". La hoja de ruta contempla una proclamación de la independencia por procedimiento rápido y lectura única en el Parlament, seguida de una validación a través de un referéndum y de unas elecciones constituyentes.

"Todo lo que no se puede publicar hace falta ir haciéndolo hasta el momento de la desconexión, pero cuando lo hagamos ya tiene que estar preparado (por eso, el proceso no puede durar dos años)", escribe Jové en su libreta.

Un año más tarde, el 22 de septiembre del 2016, a una semana de la cuestión de confianza del president Carles Puigdemont, hay anotada otra reunión. Tiene lugar en la Casa dels Canonges y participan el mismo Puigdemont, Oriol Junqueras, Carme Forcadell, Joan Vidal de Ciuradana, Jordi Turull, Marta Rovira y Artur Mas.

Según las notas, el president Puigdemont plantea el famoso "referéndum o referéndum", que pasa primero por una "propuesta de referéndum acordado". También señala que los presupuestos "incluirán referéndum (si hay partida presupuestaria)". Después del referéndum plantea "abrir negociación y solicitar implicación internacional".

Por su parte, el expresident Artur Mas "comparte" lo que propone Puigdemont, constata que "tenemos el conflicto seguro y será más duro que el 9-N". Pide "calibrar bien las reacciones del Estado", su "magnitud y consecuencias".

"Los Mossos harán lo que digan los jueces"

El 14 de octubre del 2016 constan unas "notas" del mismo Jové en torno al referéndum, donde expresa la necesidad de tener "informe jurídico" en torno al censo y la protección de datos, así como sobre las "actuaciones preparatorias" y los "efectos legales y/o penales". También ve necesario determinar los órganos colegiados y equipos jurídicos que firmarían los acuerdos y cuál podría ser su responsabilidad contable.

Un mes más tarde, el 7 de noviembre del 2015, Jové deja constancia de la "estrategia" del referéndum. Indica que "todos los departamentos juegan", bajo la coordinación de la Vicepresidencia; que las decisiones tienen que ser "el máximo de colegiadas", y que, antes de la convocatoria, tiene que estar "todo licitado y adjudicado" a través de "contratos marco". Y añade: "Solicitar informes legales: censo, penal, implicaciones requerimientos TC".

Al día siguiente, el 8 de noviembre del 2015, hay una reunión, registrada como "war room". Hay una anotación adjudicada a "MHP" (Molt Honorable President): "Los Mossos harán siempre lo que digan los jueces. No habrá ninguna orden del D. Int. (Departament d'Interior). Se preguntan si "se podrían pactar las reacciones y coordinar la respuesta para ser eficaces en la gestión de la protesta". Como ya advertía Puigdemont, los Mossos acabaron actuando de acuerdo con las resoluciones judiciales e impidieron la votación en más de 400 colegios electorales, pero sin hacer uso de la fuerza.

También hay una anotación adjudicada a "CUP (AG)", probablemente la diputada cuperaAnna Gabriel: "No renunciaremos a la estrategia de la desobediencia. No pediremos que la gente lo haga". Pidió que los avisaran si los detienen, según la inscripción.

"Alguien que diga explícitamente que votará que no"

En la misma reunión el 8 de noviembre, según las anotaciones, se habla de convertir la cumbre por el derecho a decidir en una "cumbre por el referéndum. Entre los apuntes, destaca que "no lo tendría que liderar el Govern". Y la voluntad de neutralidad: "La dirección no sólo tienen que ser gente del 'sí', Nos hace falta gente que defienda el derecho a votar (¿puede haber alguien que diga explícitamente que votará que NO?)". El 23 de diciembre de aquel año el exdiputado socialista Joan Ignasi Elena fue escogido coordinador del Pacto Nacional por el Referéndum.

En los encuentros recogidos por Jové en su agenda también se habla de la "desconexión", y de la necesidad de garantías. En una reunión con Carles Viver Pi-Sunyer, se constata que "tenemos que tener las garantías (no sólo jurídicas)" a la hora de hacer la transición, y que también hace falta "proyección internacional". En este sentido, se habla de crear el Departament d'Exteriors, "futuro ministerio".

Justo ponerse en marcha la legislatura, una vez constituido el Govern, ya se pusieron a trabajar en las llamadas estructuras de Estado. En anotaciones del 15 de marzo del 2016 se hablaba de la hacienda propia. Hablaban de dos fases: la "vía autonómica" y la "fase Estado". El desarrollo normativo se traduce en cuatro leyes, dos para aprobar en la primera fase y dos más para aprobar en la segunda. Son dos leyes del Código Tributario, una de Aduanas y una de Régimen fiscal general.

Otra "estructura de Estado" es el sistema educativo. Así se describe en una reunión el 24 de abril del 2016 con Eduard Vallory, presidente del Centro Unesco de Catalunya. Hay anotado lo siguiente: "El sistema no se puede hacer con el marco español ¿Cómo podemos estructurar un sistema público en reconversión? 10-15 años (!) Hay que empezar a pensarlo y eso no se puede hacer desde el Departament d'Educació".

La libreta no sólo contiene las reuniones del Govern, sino también con la CUP, el socio crítico de JxCat y ERC. En un encuentro de "coordinación" del 2 de noviembre del 2016, se señala que "habría que explicar bien cuál es el organigrama exacto de seguimiento de las estructuras de Estado y el impulso del RI (referéndum de independencia)".

"El 50% es necesario para culminar"

En una de las reuniones de la cúpula del Govern para dar forma a la hoja de ruta, el 23 de febrero del 2016, el vicepresident Oriol Junqueras defiende que la desconexión se tiene que hacer a través de un referéndum, porque "en unas elecciones parlamentarias (aunque sean de carácter plebiscitario) se cuentan escaños, no porcentaje de votos."

En este punto, el president Puigdemont advierte que "a nivel internacional nos piden un 50% y dar pasos que parezcan definitivos", que "sin el 50% no será entendido". En la misma línea se pronuncia "MHPam" (se entiende que Molt Honorable President Artur Mas): "El 50% no era necesario para 'continuar' (diputados), pero sí para culminar".

El conseller de Exteriores, Raül Romeva, defiende que "la legitimidad ya la teníamos", porque "tenemos el 80% a favor del referéndum". Y remacha: "A nivel internacional sólo nos escucharán si ven que vamos seriamente hasta el final. La única manera para que desde fuera presionen al Estado para que acepten referéndum es que vayamos hasta el final".