La decisión del president Carles Puigdemont, de declarar la independencia para después suspender sus efectos, generó una mezcla de sentimientos entre las filas independentistas. Si bien muchos lo entendieron, empezando por todos los consellers que dieron apoyo a esta opción —menos Clara Ponsatí—, muchos otros no lo han entendido. Hay quien incluso ha hablado de una oportunidad perdida que costará recuperar.

El Gobierno español, sin embargo, no ha desperdiciado su ocasión. Al día siguiente del pleno del Parlament, con el apoyo de Pedro Sánchez, el presidente español Mariano Rajoy enviaba un requerimiento a Puigdemont, que tiene hasta el lunes para aclarar si declaró la independencia. El jefe del ejecutivo catalán tiene previsto responder sin retroceder y volviendo a insistir en el diálogo. El requerimiento es el primer paso que establece el famoso artículo 155 de la Constitución española, previo al inicio de su camino a través del Senado para la adopción de las medidas que considere oportunas para intervenir la autonomía.

En un primer momento, una CUP desconcertada exigió un plazo máximo de un mes a este periodo de diálogo y anunció que estudiaba salir del Parlament, suspender la actividad parlamentaria "autonómica". Unos días más tarde, después de constatar los nuevos portazos, pidió proclamar inmediatamente la independencia. El secretariado nacional de la ANC o Demòcrates de Catalunya también se sumaron a la petición de levantar la suspensión.

Más allá de la valoración particular de la estrategia adoptada por el president, el debate sobre si mantener o levantar la suspensión de la declaración de independencia ya está bien vivo en el mundo soberanista. Los matices son muchos, y los condicionantes —internos y externos—, todavía más. El Nacional plantea esta cuestión a varias personalidades.

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Sergi Alcàzar

Casassas: "Una decisión inteligente y madura"

El historiador y catedrático Jordi Casassas considera que la decisión del president Carles Puigdemont fue "muy inteligente", una decisión que "demuestra una gran madurez política, un sentido muy profundamente democrático y una conciencia europeísta muy importante". Lo ve como la mejor vía frente a un Estado "con una cultura democrática deficiente" y que actúa "con los mismos mecanismos que el siglo XVII y el siglo XIX". Este es un factor que hay que tener muy presente, insiste.

"El mecanismo mental del poder español en abstracto y de la gente que lo va ocupando es este: está fundamentado en una cultura política de la intransigencia", advierte el presidente del Ateneu Barcelonès, a quien no le sorprendería que el Estado hiciera uso de "la violencia política, la violencia institucional y la violencia-violencia". La represión española, avisa, "puede dar un salto cualitativo en negativo muy importante".

A pesar de todo, agotado el diálogo, Casassas no ve ninguna otra salida que hacer efectiva la declaración de independencia en los próximos días, la próxima semana. Cómo reaccionará el mundo a esta independencia, es todavía una incógnita. "La comunidad internacional tendrá que posicionarse sobre un ente nuevo, la República Catalana, y sobre la más que probable actuación violenta del Estado español", sostiene el académico. "Las cartas de presentación que tiene Catalunya son las de un sector importante de su población con optimismo y ganas de construir, hecho que en el mundo occidental actual es una rareza".

Arqué: "Como antes la levantemos, mejor"

Anna Arqué, portavoz de la International Commission of European Citizens (ICEC), entiende la estrategia de Carles Puigdemont. No obstante, la suspensión de la declaración "tiene más riesgos que oportunidades", matiza. "La mejor posición para negociar es la de mantener la declaración viva", defiende. La decisión del pueblo catalán en el referéndum no puede ser "sometida a la opinión de terceros actores". Y cita una frase de Nelson Mandela: "Que tus decisiones sean un reflejo de tus esperanzas, no de tus miedos".

La presión internacional no puede condicionar la acción del independentismo. Sería caer en una "trampa", porque "todas las independencias han tenido la amenaza para que no se hicieran", justifica. Tampoco las alternativas internas. "No puedes decir que haces un referéndum vinculante y después dejarlo colgando por si el PP y el PSOE pactan una reforma constitucional o incluso un referéndum acordado", rebate Arqué. No son el "compromiso" que salió de las urnas el 1-O.

"Como antes levantemos la suspensión de la declaración de independencia, mejor", resume la portavoz de la ICEC, que cree que se tiene que hacer efectiva con diferentes plazos de aplicación a corto, medio y largo plazo. La declaración "viva" también permite establecer los términos de una posible mediación, argumenta: "Si tu centro de gravedad es el mandato del referéndum, aquellos que quieran mediar para una comunidad autónoma se abstendrán. Si no, todo el mundo puede venir a decir la suya. Eso nos haría perder el tiempo o traicionar el mandato popular del 1 de octubre".

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Sergi Alcàzar

Costa: "Visualizar la intransigencia del Estado"

El jurista Josep Costa asegura que es "demasiado pronto" para decir si la suspensión de la declaración fue un error o no. "Lo que busca es visualizar ante la comunidad internacional que España no tiene voluntad de cambiar su intransigencia. La vía unilateral catalana se basa en exponer esta intransigencia", señala el profesor de Teoría Política de la Universitat Pompeu Fabra. Sin embargo, admite que es posible que "tenga efectos desmovilizadores o desate una cierta decepción entre gente que no entiende la estrategia".

La decisión se ha comparado con el caso esloveno, pero Costa precisa que en aquel caso había "más concreción del escenario negociador". No cree que tenga que servir para presionar la comunidad internacional, pero sí que crea un clima diferente: "En el momento en que se creyeron que se podría declarar la independencia, se movieron muchas cosas. El hecho de no hacerlo rebaja la tensión y pone el foco sobre España".

A nivel español, el profesor de la UPF tampoco cree que llegue nada. Con la reforma constitucional anunciada por el PSOE, a la que Rajoy ni se refirió, sólo "juega a la estrategia de la confusión", advierte. Una vez constatada la falta de voluntad para el diálogo, defiende que el Govern tiene que "proceder con lo que estaba previsto" y declarar de forma efectiva la independencia. En este sentido, vería "razonable" fijar un plazo máximo a este periodo de suspensión.

Torra: "El Estado español y la Comisión Europea ya se han pronunciado"

Aunque firmó el manifiesto de proclamacio.cat y el martes estaba en el paseo de Lluís Companys esperando aquel momento, el editor Quim Torra entiende la decisión del president Puigdemont. "Entiendo que todavía podía estar la posibilidad de hacer un último llamamiento a la comunidad internacional", asegura. No obstante, unos días más tarde, constata que las cosas no se han movido de donde estaban: "Tanto el Estado español como la Comisión Europea ya se han pronunciado", recuerda, haciendo referencia a los posicionamientos de Mariano Rajoy y Jean-Claude Juncker.

Más que un error, Torra ve una falta de transparencia en la estrategia adoptada: "La gente no entiende que estas decisiones se tomen por parte de unos grupos de gente que exactamente no sabes quiénes son. Nos pasamos años discutiendo los detalles y, de sopetón, llega algo que lo descoloca todo". En este sentido, insiste que lo que ahora hace falta hacer, una vez todo el mundo ha mostrado sus cartas, es "seguir la línea recta que nos marcamos".

"Yo al president Puigdemont le diría que respondiera al requerimiento de Rajoy con las líneas maestras de su discurso: que se celebró un referéndum, en virtud de una ley del referéndum que en su artículo 4 dice lo que dice", sostiene el editor y expresidente de Òmnium Cultural. "Eso no quiere decir renunciar a la mediación. Siempre tenemos que apelar a la comunidad internacional, pero tenemos que hacerlo con la declaración de independencia encima de la mesa".

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Laura Gómez

Colomines: "A buen puerto, con los menores daños posibles"

El historiador Agustí Colomines tiene muy claro lo que hizo Carles Puigdemont el pasado martes: "Nadie suspende los efectos de una cosa que no estaba proclamada. Para suspender, primero tienes que proclamar". El problema, sin embargo, es que no se supo explicar bien. "No supo explicar los motivos. Hablar de diálogo sin explicar de qué diálogo está hablando, o si había contactos internacionales", señala.

El director de la Escuela de Administración Pública de Catalunya se niega a hablar de errores: "Los españoles no hablan nunca de errores entre ellos. Aquí nos lo cogemos todo con papel de fumar". Justifica que se ha hecho así porque "eso va de política y tiene efectos sobre las personas". Colomines defiende que el Govern "está intentando llevar esto a buen puerto, con los menores daños posibles".

"Podrían haber aplicado el 155 y todavía no lo han hecho. Algo debe haber pasado en el medio", constata. No obstante, asegura que en los próximos días, concretamente la semana que viene, se tendrá que tomar una decisión. El lunes será clave, con la nueva declaración de Josep Lluís Trapero, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart ante la Audiencia Nacional. "Si los encarcelan, está claro cuál tiene que ser la respuesta", concluye Colomines.