El 'show' de Tabàrnia llegaba hace dos meses a Bruselas con toda su pomposidad. Su presidente ficticio, Albert Boadella, junto con otros miembros de la plataforma, se plantaba delante de la Casa de la República -residencia de Puigdemont mientras vivió en Waterloo y antes de ser detenido en Alemanya- para hacer un escrache al president en el exilio, aunque en aquel momento se encontraba en Finlandia.
Horas más tarde, el espectáculo se trasladaba al Parlamento Europeo, donde los impulsores de la plataforma visitaron la cámara y ofrecieron una conferencia en una de las salas para presentar su iniciativa.
La visita dejó muchos interrogantes. ¿Cómo lo hicieron para acceder al Parlamento Europeo? ¿Quién pagó el viaje? ¿Cómo consiguieron una más que aceptable cobertura mediática en el espectáculo en Waterloo? Según ha podido saber El Nacional de fuentes europarlamentarias, algunos de los gastos del viaje fueron indirectamente pagados con fondos europeos y otros se han intentado colar para que también las pague la cámara.
Cada eurodiputado tiene la posibilidad de invitar a 110 visitantes el año, repartidos en cinco grupos de al menos 10 personas. La cámara paga los transportes, la noche de hotel y las comidas. Con este procedimiento, pensado para que los ciudadanos de la UE puedan conocer las instalaciones de la cámara europea y entender sus procedimientos, parte de los impulsores de Tabàrnia pudieron viajar a Bruselas y, aprovechando la ocasión, hicieron el escrache al presidente Puigdemont a coste prácticamente cero.
El 22 de marzo, día que se hizo el 'show' de Waterloo, el eurodiputado de ALDE y exmiembro de UPyD Enrique Calvet invitó a un grupo de 25 personas a visitar el Parlamento Europeo, entre ellas, el presidente de la plataforma Tabàrnia, Miguel Martínez Velasco, y el portavoz de esta, Jaume Vives. Los dos aprovecharon la visita a Bruselas, pagada con fondos europeos, para participar en el escrache contra el presidente Puigdemont en Waterloo al lado de Albert Boadella.
Las visitas de invitados en la Eurocámara duran dos días y, para acceder a la subvención del viaje con fondos europeos, sólo se requiere que se haga una visita de menos de dos horas en el Parlamento. Por lo tanto, fuera de este tiempo, los invitados que están en Bruselas tienen libertad para destinar las horas del viaje a lo que quieran, ya sea hacer turismo, ir de compras o hacer reuniones de trabajo. Miguel Martínez Velasco y Jaume Vives las aprovecharon para desplazarse hasta la Casa de la República de Waterloo y participar en el escrache en Puigdemont.
¿Un autobús para ir a Waterloo?
El tema, sin embargo, no acaba aquí. Según las mismas fuentes, los impulsores de la plataforma han intentado colar, dentro de los gastos del viaje a Bruselas que se tienen que justificar ante la Eurocámara para ser subvencionadas, el coste del alquiler de un minibús que hizo la ruta Brussel·les-Waterloo y Waterloo-Brussel·les, y que fue de 614,80 euros. Justamente coincide que aquel día la plataforma Tabàrnia puso a la disposición de periodistas y corresponsales residentes en Bruselas un minibús para facilitarles la cobertura del acto.
Los gastos en transporte que el Parlamento Europeo subvenciona para este tipo de viaje tienen que estar siempre relacionados con los desplazamientos para conocer las instituciones, por lo que este minibús no entraría dentro de esta la definición. De momento, la solicitud para recibir el reembolso de los gastos está pendiente de la aprobación del departamento de control financiero y, muy previsiblemente, según fuentes del Parlamento Europeo, se les pedirá que justifiquen los motivos de este gasto antes de ser abonada la quantía por las dudas que plantea.
Boadella, así como el autonombrado ministro de deportes de Tabàrnia, Tomás Gusach, los dos protagonistas también del escrache en Waterloo, no constan dentro del listado de invitados de Enrique Calvet en el Parlamento Europeo, por lo que su viaje no se habría pagado con estos fondos. Sin embargo, sí que estuvieron presentes por la tarde a la conferencia que se hizo dentro de la Eurocámara.