Los discursos sobre inmigración de los partidos catalanes acostumbran a quedar desdibujados entre vagas declaraciones grandilocuentes. Para la mayoría de formaciones resulta más cómodo patinar encima de la superficie que adentrarse en unos conflictos de enunciados envenenados y soluciones complejas. Y la extrema derecha se atrinchera en este vacío rellenándolo de demagogia. ElNacional.cat ha querido plantear a representantes de los grupos del Parlament algunas de estas cuestiones que la corrección política —y la comodidad— de los partidos prefiere mantener en segundo plano. Tània Verge (Reus, 1978) es catedrática en Ciencias Políticas y fue la primera consellera de Igualtat i Feminismes en la última legislatura. Ahora, es diputada de Esquerra Republicana en el Parlament de Catalunya.

Entrevista Tania Verge / Foto: Carlos Baglietto
Tània Verge, en el plató de El Nacional / Foto: Carlos Baglietto

El president de la Generalitat, Salvador Illa, ha dicho en diferentes ocasiones que es catalán todo aquel que viene a mejorar Catalunya. ¿Para Esquerra Republicana, quién es catalán?
Los 8 millones de personas que vivimos actualmente en Catalunya tienen que poder tener exactamente los mismos derechos y las mismas oportunidades para desarrollar nuestro proyecto vital, libres de todo tipo de discriminación de desigualdades o de violencias. 

¿Una persona que viene a vivir en Catalunya se tiene que sentir catalán?
Las personas hacen sus decisiones vitales por múltiples circunstancias. En general, el grueso de la población migrada lo hace por motivos económicos, huyendo de persecuciones personales, de situaciones de guerra o por cuestión de hambre, de pobreza económica extrema en los países de origen. Por lo tanto, aquí tenemos que preguntarnos también como la sociedad de acogida nos esforzamos y dedicamos recursos para facilitar que todas las personas que llegan a Catalunya se sienten incluidas en esta sociedad y no señaladas; que los prejuicios que se puedan tener hacia las personas migradas, ciertos países de origen, colores de piel, identidades etnicoraciales, se trabajan para erradicarse. No hay nada que genere más alienación que este señalamiento continuo, estos estereotipos y prejuicios.

Si la gente listara cuáles son sus problemas en el día, serían las condiciones laborales, la educación, la vivienda, no las personas migradas

Cada vez más catalanes, según la encuesta del CEO, sitúan la inmigración como principal problema del país, cuando años que atrás esta tenía un papel muy residual. ¿A qué se debe este cambio?
En esta pregunta clásica de las encuestas de cuáles son los principales problemas del país, lo que se acostumbra a recoger son los temas que están más en el debate político, que no quiere decir que después sean los que preocupan más por el impacto directo que pueda tener en la vida de la ciudadanía. Si tienes unos partidos de extrema derecha que continuamente hablan de esta cuestión y de una manera muy específica, estigmatizando, criminalizando toda la población migrada, y tienes otros partidos que de alguna manera se han sumado a este discurso populista y demagógico, asociando la migración a cuestiones de seguridad, esto genera de manera artificiosa, una mayor preocupación a la hora de responder a la pregunta. Estoy segura que si la gente listara cuáles son sus problemas principales en el día a día, estaríamos hablando quizás de condiciones laborales, de acceso a la vivienda, de educación, y no de personas migradas ni mucho menos.

Otras encuestas apuntan al hecho de que un 44% de los catalanes estarían a favor de controlar la entrada de migrantes. ¿Están de acuerdo?
Las migraciones son un hecho, no son un problema. Incluso en esta "Europa fortaleza" que externaliza las fronteras y que ha convertido el Mediterráneo en una fosa común, y el Atlántico sigue el mismo camino, las llegadas de las personas migradas seguirán pasando. Al final es una cuestión de supervivencia. Evidentemente, como país y como independentistas que somos, queremos todas las competencias, queremos participar de las decisiones con respecto a los cupos de contratación en origen y tener plenas competencias para poder hacer políticas migratorias que permitieran que las personas que llegan puedan tener todos los derechos garantizados y hacerlo con condiciones que faciliten que la sociedad de acogida esté más preparada, también. Este controlar las personas que llegan creo que se tiene que entender como la voluntad de poder gestionar de la manera más adecuada, eficiente y respetuosa con los derechos humanos.

La percepción de la cantidad de migrantes que viven en Catalunya es mucho más elevada entre los catalanes que la cifra real. ¿Por qué?
Cuanto más se hable de la migración en los términos que plantean la extrema derecha y los partidos que se han sumado a pronunciar discursos vinculando la migración con cuestiones de seguridad, más alarma social se genera respecto de aquellos que son percibidos como diferentes. Y esta inflación entre la realidad y la percepción está clarísimamente motivada por todas estas alarmas sociales, desinformaciones, fake news, bulos, que continuamente se están emitiendo desde la extrema derecha y todo su ecosistema mediático. Tenemos la responsabilidad de hacer pedagogía para dar los datos adecuados y que no se puedan viralizar estas fake news.

Los partidos que supuestamente quieren defender la igualdad de las mujeres musulmanas no defienden nunca las políticas de igualdad. Son hipócritas y falsos

Hay países de Europa donde se ha prohibido que las niñas o las adolescentes lleven el velo musulmán, el hiyab, en las escuelas. ¿Se tendría que hacer lo mismo aquí?
¿Con qué objetivo? Creo que es la pregunta que nos tenemos que hacer y qué derechos son los que queremos garantizar. ¿El derecho a la educación? Es un derecho fundamental. Y ahora alguien me puede decir, "el derecho a la igualdad de mujeres y hombres también", de acuerdo. Pero imposiciones que chocan frontalmente con otro derecho no necesariamente garantizan la igualdad, porque lo que se ha visto en los países que han hecho estas imposiciones es más abandono escolar. Lo que queremos es que las chicas, vengan de donde vengan, tengan garantizado el derecho a la educación y que también sea a partir de la educación que puedan tomar las decisiones autónomas. Esto no impide que se tenga que trabajar desde el ámbito de políticas de prevención, desde el ámbito comunitario, para detectar situaciones en las cuales las chicas no pueden escoger o viven en entornos que dificultan su toma de decisiones. Las dos cosas son compatibles, pero generar imposiciones que lo que hacen es exclusión de ciertos espacios o profundizan en la guetización, en la segregación, no son políticas adecuadas. Y, además, los partidos que más ponen el énfasis en las mujeres musulmanas y supuestamente haciendo bandera de la igualdad, no las hemos visto nunca defendiendo políticas de igualdad, sino todo lo contrario. Cuando gobiernan, una de las primeras cosas que hacen es recortar los presupuestos de las políticas de igualdad. Tenemos que ser muy conscientes de que el abuso que hace lo extrema derecha, y cada vez más partidos de derechas, con respecto a esta supuesta protección de las mujeres musulmanas es hipócrita, es falsa y es totalmente instrumental. No son creíbles.

¿Consideran que el velo musulmán o el niqab (velo que cubre la cara) son un símbolo de machismo o de opresión?
Hay también mucha desinformación con respecto a los diferentes tipos de velo y las restricciones que puede suponer en las mujeres a la hora de hacer vida cotidiana, práctica deportiva... Un hiyab no es lo mismo que un burka y hay mucha intencionalidad política al mezclarlo todo. Identificar directamente una prenda de vestir como opresora puede no tener en cuenta muchos otros elementos que son una expresión de una identidad cultural. Lo que tendríamos que ver es qué comporta o que puede comportar asociado en el ámbito de otras restricciones y trabajar sobre ello. Pero una prenda de vestir no nos puede suponer una antagonización de este tipo. 

En algunos casos se ha denunciado que hay familias que no dejan participar a sus hijos en actividades extraescolares como natación o en colonias de la escuela. ¿Se tendría que permitir?
Los niños y las niñas tienen derecho a participar de todo aquello que esté destinado a mejorar y a garantizar su bienestar, su desarrollo. Entonces cuando haya una situación en que no se está permitiendo o en el resultado es que la criatura no participa en una actividad se puede hacer un trabajo comunitario con aquella familia. Hay ejemplos en que todo el mundo participa cuando las colonias se hacen en la escuela y no fuera. Muchas exclusiones tenían que ver con falta de recursos económicos para pagar actividades extraescolares o para pagar colonias, o casos en que están familias que han llegado hace poco tiempo y quizás todavía no confiaban en los profesores. Cuando ponemos el énfasis en el trabajo comunitario queremos decir eso, facilitar la inclusión quiere decir también hacer esfuerzos para dar conocer el entorno, para facilitar la participación y para que sean agentes activos también de todas las actividades.

Entrevista Tania Verge / Foto: Carlos Baglietto
Tània Verge en el plató de El Nacional / Foto: Carlos Baglietto

¿Qué políticas de integración se tendrían que seguir?
Un ejemplo clarísimo es el trabajo que se puede hacer desde las escuelas y no solo con las aulas de acogida, que se tendrían que potenciar y repensar. Los colegios se tienen que convertir en espacios más comunitarios. El Govern republicano empezamos a trabajar con los planes educativos de entorno, en el que ha vinculadas actividades extraescolares también dirigidas a las familias, cursos de alfabetización para quien los pueda necesitar, o clases de lengua. Es más fácil generar este vínculo efectivo con la lengua cuando se vehicula a través de la escuela porque la aplicación directa después será que las tutorías con el profesor de tu hijo las harás en catalán. También políticas dirigidas a erradicar todas las trabas burocráticas fruto de la ley de extranjería, que generan mucha alienación. Hay acciones que se tienen que llevar a cabo en el ámbito de los servicios y acciones más proactivas al facilitar esta inclusión en el día a día de los espacios escolares o en el ámbito sociosanitario. Uno de los elementos que también planteamos es un plan de acción contra el racismo, que no se puede desligar de las migraciones. Se tienen que detectar todos los prejuicios y todos los casos de segregación que no pasan solo por la discriminación que sufren muchas personas migradas al ir a alquilar un piso o en solicitar un puesto de trabajo, sino también en los espacios de ocio, el hecho de que entran en una tienda y ya son sospechosos de querer robar. Nos estamos jugando la cohesión social.

El racismo es estrucutral en Catalunya y se ha fomentado en prejuicios con respecto a todas las personas que no son blancas

¿Hay un problema de racismo en Catalunya?
Hemos entendido que el machismo es estructural. No nos haríamos la pregunta de si hay machismo en Catalunya porque la respuesta es que sí, en Catalunya y por todo el mundo. Con el racismo pasa el mismo. Sí, es estructural y se ha fundamentado en una serie de prejuicios con respecto a todas aquellas personas que no son blancas. Y eso impacta en las condiciones materiales, ya que si cogemos de referencia la tasa Europea que es la que calcula el riesgo de exclusión social, las personas migradas tienen una tasa que es del doble respecto de la población que tiene DNI. Hay muchos factores que están confluyendo para tener acceso a menos oportunidades económicas, como el tipo de puestos de trabajo que se les ofrecen. También hay racismo institucional. La ley de extranjería con sus trabas burocráticas, las sospechas continuas, que una persona con DNI tenga que presentar un solo documento para hacer un trámite mientras que quien no tiene tiene que presentar 40.000... todo eso genera un mensaje muy claro en los migrantes de "tú no eres como nosotros". Necesitamos un cambio cultural y de revisión de prácticas de las mismas instituciones que estén perpetuando este racismo. Si no hablamos o si consideramos que el racismo solo es una cuestión moral de personas malas, de grupos neonazis y nosotros no lo somos pensaremos "¿cómo voy a ser yo un racista?". Pero tenemos el día a día lleno de expresiones racistas que nos tenemos que sacar de encima. Aprobamos un plan de acción con 70 medidas para esta transformación social, pero también institucional, que exigiremos que el Govern socialista dé continuidad, porque es imprescindible. Y lamentamos que las políticas de migración se hayan traspasado del Departamento de Igualtat i Feminismes al de Drets Socials. 

¿Por qué?
Si habíamos incorporado estas políticas a Igualtat i Feminismes es para enfatizar que es una cuestión de derechos, que es una lucha contra todas las discriminaciones y contra los sistemas de opresión. Si lo pasamos a Drets Socials estamos reforzando este imaginario que las personas migradas viven de las ayudas sociales cuando, de hecho, la realidad también lo desmiente.

¿La islamofobia también es estructural?
Sí, porque el racismo es el sistema en sí de opresión, que tiene múltiples expresiones. También lo es el antisemitismo o el antigitanismo o la xenofobia de manera más amplia hacia todas las personas extranjeras.

¿Las personas migradas no quieren integrarse o es que no los estamos poniendo fácil participar en la vida colectiva?

¿Hay un problema de integración de las personas recién llegadas en Catalunya?
Uno de los ejemplos más recientes es el volumen de personas extranjeras que han querido apuntarse a clases de catalán y el Consorci de Normalització Lingüística no ha conseguido cubrir las plazas. Por lo tanto, la voluntad de participar de la sociedad de acogida, en este caso a través de la lengua, es muy evidente. Pero tenemos segregación residencial. El acceso a la vivienda afecta al conjunto de la sociedad a las personas jóvenes especialmente, pero a las personas migradas también y acaban a menudo en barrios donde se concentra mucha población inmigrante. "Es que no quieren vivir en otros lugares , no quieren mezclarse", quizás es que las opciones que tienen son estas. O cuando buscan un piso de alquiler y por teléfono los han atendido con normalidad, pero cuando llegan allí y ven su color de piel o su indumentaria se encuentran con que "el piso ya está alquilado". Esta discriminación también existe, la segregación residencial, ocupacional, la laboral, educativa... ¿No quieren integrarse o es que no se lo estamos poniendo nada fácil esta participación en la vida colectiva? Por eso mismo, a nosotros el concepto integración nos resulta un poco ajeno y preferimos hablar de inclusión, que tiene todo este componente garantizar unas condiciones materiales de vida, unas posibilidades de participar activamente en este futuro de nuestro país, que tenemos que hacer los 8 millones.

¿Cree que el catalán tendría que ser obligatorio para las personas que quisieran venir a vivir en Catalunya?
La situación que tenemos ahora mismo, con las competencias que ahora tiene Catalunya, es que se exige a un nivel de catalán para obtener la residencia a través del arraigo social. Con los otros tipos de permisos el Estado es quien pone los criterios y no se exige el conocimiento de la lengua catalana. Dicho esto, en lugar de obligación antes de venir, lo que tenemos que facilitar es que una vez estés aquí tengas todas las herramientas para poder aprender catalán hacer. Esto no solo quiere decir más oferta de los cursos del Consorci de Normalització Lingüística, también se tiene que avanzar hacia un modelo donde los centros de trabajo faciliten el aprendizaje de la lengua. Una persona que acaba de llegar no puede tener necesariamente un nivel de catalán, también porque tendrá más dificultades para aprenderlo en su país de origen. Pero cuando esté aquí tenemos que poder facilitarlo en los centros de trabajo y espacios comunitarios, para mejorar la flexibilidad horaria y también de acceso. Es una voluntad de país generar un vínculo afectivo con la lengua y el problema del uso social del catalán lo tenemos también con personas que son competentes y no lo utilizan.

Quien reparte carnés de pureza entre catalanes vive en otro mundo y solo genera odio

Hay quien defiende que el aumento de la inmigración pone en riesgo la identidad nacional catalana. ¿Están de acuerdo?
Esta es un mantra de la extrema derecha y estar valorando continuamente sus discursos de extrema no sé si nos hace ningún favor. Los elementos identitarios excluyentes de pureza que hace la extrema derecha son parte de su ideario supremacista, de su nacionalismo excluyente, de su modelo de sociedad donde solo caben unas pocas personas. ¿En qué país del mundo las identidades son estáticas? Somos la identidad de Jaume I, de Ramón de Berenguer...? ¿Tenemos aquella identidad que teníamos hace unos cuantos siglos o ha ido evolucionando porque el país evoluciona? Quien quiera repartir carnés de pureza sanguínea vive anclado en otro contexto que no volverá jamás y que no sirve absolutamente para nada. Lo que genera son muchas prácticas de exclusión, discursos de odio y suponen una amenaza a la democracia porque no se puede construir absolutamente ningún proyecto político o social que apueste por una vida compartida a partir de repartir carnés de pureza identitaria.

¿Se tendrían que cerrar los CIE que en Catalunya continúan abiertos?
Esquerra siempre lo ha defendido. Una infracción administrativa, como puede ser no tener los papeles en regla, a menudo por incompetencia del Estado a la hora de gestionar las citas en las oficinas de extranjería, no puede suponer una privación de libertad. Eso es una vulneración de derechos fundamentales muy grave. Cuando hay partidos que reclaman las competencias en migración vinculándolo a políticas de seguridad, nosotros lo que diríamos es, si las tuviéramos, lo que haríamos es cerrar los CIE.

Entrevista Tania Verge / Foto: Carlos Baglietto
Tània Verge, exconsellera de Igualtat i Feminsimes y ahora diputada en el Parlament / Foto: Carlos Baglietto

Italia propone enviar los migrantes que llegan de manera irregular fuera de la Unión Europea. ¿Cómo lo valoran?
Es una vulneración flagrante de los derechos humanos y así le han dicho tribunales de justicia de su propio país, que han dejado claro en Giorgia Meloni que eso no lo puede hacer. Implicaría recluir a personas migradas, simplemente por su situación, privándolas de libertad sin haber cometido ningún tipo de infracción, y tratándolas como criminales. Todo ello sin garantías, sin haber podido pasar ningún tipo de procedimiento administrativo o judicial, vulnerando también el derecho de asilo.

Ya ha adelantado que ERC quiere que Catalunya tenga todas las competencias en inmigración. ¿Qué se tendría que hacer diferente con respecto a lo que ha hecho al Estado español en los últimos años en este sentido?
De entrada, unos cuantos incumplimientos del Estado: transfiere un total de cero euros a los gobiernos de los territorios para políticas de acogida. Tampoco de los fondos europeos para la acogida de personas migradas y refugiadas que están destinados a todas estas políticas y que son los gobiernos de los territorios quien tenemos competencias. El Estado gestiona el programa estatal de refugio o de protección internacional, no solo de manera que genera denegaciones masivas de las solicitudes y eso comporta que mucha gente quede en irregularidad administrativa y sin hogar, pero después ya es problema del municipio donde está ubicado el centro de primera acogida de emergencia o de la comunidad autónoma a través de los servicios públicos que gestionamos. ¿Entonces, qué haríamos de diferente? Una mucho mejor acogida, de base mucho más comunitaria, territorializada, que pusiera a las personas en el centro, no tratar a las personas migradas como si fueran homogéneas. Hay necesidades diferentes según el tipo de familia, los niveles de estudio, las vulnerabilidades y las potencialidades. 

¿La Generalitat tiene que poder fijar cuotas en el reparto de migrantes?
Ya está reconocido que las autonomías tendrían que participar en las decisiones en el Estado respecto de las políticas migratorias y las distribuciones, pero eso no pasa nunca. El modelo centralista del Estado es que impone unas determinadas cuotas y desde de ERC no hemos rebatido las cuotas en sí sino como la falta de planificación conjunta, cuando se carga sobre una misma franja en el territorio esta distribución. Es cierto que hay ayuntamientos con más capacidad que están ubicados en la costa, pero no hacerlo con una distribución territorial más proporcionada puede acabar impactando en servicios públicos o puede acabar desbordando algunos municipios. También ha habido alcaldes de Junts en el Maresme que hacen aspavientos por once personas que se habían quedado con una problemática muy concreta, pero que las administraciones podían acompañar. Y esto es abonar el racismo, la xenofobia, discursos de extrema derecha y todos los partidos de tradición democrática deben ser muy conscientes. Pueden utilizarlo de cara unas elecciones, pero el coste social de hacer eso es muy elevado.