El exportavoz de Esquerra en el Congreso, Joan Tardà, ha recordado las palabras que pronunció antes de formar Govern con el president Pere Aragonès al frente, para justificar que se ha cumplido su profecía. Ya avisó de que la governanza entre Esquerra y Junts "sería un Vietnam diario" y hoy, ha ido más allá y ha responsabilizado sólo ea Junts: "Sí, es así porque ya sabemos de qué pie calzan, es lamentable".
Tardà, el rostro más crítico y combativo de los republicanos, asegura que se alegra de que "el president diera ayer el puñetazo encima de la mesa porque ya es suficiente por parte de Junts de poner el carro delante de los bueyes", en declaraciones a TVE.
"Entre España y la pared"
En esta cruzada contra Junts, justifica que se retiren de la mesa de diálogo para no aceptar llevar miembros del Govern actual de esta manera: "Estamos entre la España y la pared, la pared del nacionalismo catalán que si no se oyen los propietarios y el hecho de que gobiernen por primera vez a los hijos de las sirvientas y los masoveros, no lo acaban de asumir". Más allá del reconocimiento del independentismo, Tardà pone de relieve lo que él entiende como una lucha de clases dentro del mismo nacionalismo catalán. No obstante, hay que recordar que precisamente la CUP, a las antípodas de Junts, también niega esta mesa.
Tardà pasa la pelota y pide nuevas propuestas a aquellos que rechazan la mesa de diálogo: "Los que nos dicen traidores, rendidos y colaboracionistas, tendrían que plantear una alternativa clara. ¿Cuál es a la de un proceso de diálogo y negociación, salir a la calle a decir que estamos dispuestos a construir la independencia al margen de lo que tenemos y cómo vivimos?". Por eso, ha puesto un ejemplo: "El otro día me pararon en el metro de Rocafort y me dijeron que teníamos que hacer la independencia ya. ¿Y yo respondí, está dispuesto a perder el trabajo y el patrimonio? Estoy convencido de que la ciudadanía catalana acabará premiando a la sociedad civil que opta de manera desacomplejada por un escenario de diálogo y negociación". Ahora bien, Tardà remarca que eso "no quiere decir quedarse en el sofá, tienen que seguir las movilizaciones masivas, pacíficas y democráticas".
Sobre los méritos de ERC, Tardà atribuye el del "reconocimiento de conflicto político por parte del Gobierno" y recuerda que Pedro Sánchez, desde el atril, le decía que "no existía sino que lo definía como un problema competencial". Por eso, la mesa de hoy es una "victoria del independentismo entre dos gobiernos con el mismo ADN, el de representar la ciudadanía y ser escogidos por sufragio".
¿Y después de la mesa de diálogo, qué? ¿La crisis de Govern, con poco más de cien días, puede hacerse evidente y más fuerte? Tardà lo descarta: "Los gobiernos de coalición son complejos pero a veces, con mala salud, puedes llegar a los 100 años".
Y no descarta cerrar nuevos acuerdos "a nivel parlamentario con otros partidos" como los comunes, con quienes ERC ya aprobó los anteriores presupuestos, o con la CUP, con quien mantiene unos acuerdos de investidura. La estrategia de Esquerda asegura que no es nueva: Junqueras no se ha inventado nada, se trata siempre de construir los escenarios más favorables. Hubiéramos querido un Govern de cuatro patas, más estable que de dos, pero no fue posible sólo a nivel gubernamental".