Nuevo ataque del Tribunal Constitucional contra el Parlament de Catalunya. Y nuevo capítulo en la batalla judicial entre el PSC y Lluís Puig por el voto del exconseller de Cultura, que está en el exilio desde 2017. El TC, por unanimidad, da la razón a un recurso de amparo del PSC y decide “declarar la nulidad” de los acuerdos de la Mesa del Parlament del 18 y el 19 de abril del 2023, que habilitaban un sistema para que Puig pudiera votar. Lo hizo el órgano de gobierno de la cámara catalana fue, justamente, responder a otra sentencia del TC, que, también a instancias del PSC, había anulado la delegación del voto de Puig esgrimiendo que no se ajustaba a ninguno de los supuestos contemplados. Como solución, el Parlament impulsó un voto telemático transitorio para permitir que el exconseller de Cultura pudiera votar, pero ahora la sentencia del TC, a la que ha tenido acceso ElNacional.cat, sostiene que, en este caso, “no concurre ninguna situación excepcional que permita excepcionar constitucionalmente el ejercicio presencial del derecho de voto”. Esta decisión puede tener un efecto directo en el pleno de constitución del nuevo Parlament, que se celebrará el 10 de junio a las cuatro de la tarde, ya que puede poner en riesgo el voto de Carles Puigdemont y Lluís Puig. La decisión final quedará en manos de la mesa de edad, en que tendrá mayoría independentista. Una de las primeras reacciones del independentismo ha sido del secretario general de Junts, Jordi Turull, que a través de Twitter ha lamentado que “los partidos españoles siempre tienen el comodín del Tribunal Constitucional y el Tribunal Supremo para contrarrestar el resultado de las urnas”.

🔎 ¿Por qué la sentencia del TC complica el voto de Puigdemont y Puig en la constitución del Parlament?

 

 

Nos tenemos que remontar a abril de 2023. Una semana después del revés del tribunal de garantías, que anuló los acuerdos que había tomado la Mesa en julio del 2022 para mantener el voto delegado de Lluís Puig, la Mesa adoptó un acuerdo político a fin de que el diputado de Junts pudiera mantener el voto a través de una nueva vía: el voto telemático transitorio. Con los votos de ERC, Junts y la CUP, el órgano rector del Parlament aprobó una propuesta impulsada por los republicanos que apostaba por activar el voto telemático “en situaciones excepcionales de especial gravedad” que impidan el ejercicio de las funciones parlamentarias. Al día siguiente, la Mesa autorizó el voto telemático de Lluís Puig.

ERC esgrimió que esta medida era transitoria a la espera de la reforma del Reglamento del Parlament presentada por ERC y la CUP, que contemplaba más supuestos que admitirían la delegación de voto y proponía incluir el voto telemático. Ahora bien, acabó cayendo en saco roto a causa del adelanto electoral. Por su parte, el PSC denunció que este acuerdo suponía un “intento torpe por contravenir la jurisprudencia del Tribunal Constitucional”. Días más tarde, la portavoz socialista en el Parlament, Alícia Romero, lamentó que los independentistas hubieran buscado “astucias para no cumplir las leyes que aprueba el Parlament” y volvieran a “poner las instituciones de Catalunya en una situación crítica”. “No lo hacemos contra nadie, sino a favor del Parlament”, concluyó para justificar que los socialistas presentaran un recurso de amparo al TC.

Ahora, la sentencia, consultada por ElNacional.cat, arguye que la autorización del voto a distancia de Lluís Puig “no se ajusta a la interpretación que, de acuerdo con la Constitución, permite exceptuar el principio de la presencialidad, ya que no puede ser tenida como circunstancia constitucionalmente válida para eso aquella en la que se encuentra quien voluntariamente ha decidido eludir la acción de la jurisdicción penal española y sobre el que pesa una orden judicial de busca y captura”.

El Parlament quiso “eludir el acatamiento de la jurisprudencia constitucional”

El TC comparte la visión del PSC, que reprochaba a la Mesa del Parlament que, “para intentar dar apariencia de cobertura normativa” a la decisión, aprobara una normativa transitoria “incursa en varias infracciones de la reglamentación parlamentaria”, “con la única finalidad instrumental de justificar y amparar esta decisión” y sin que hubiera una “pretensión real de generalidad”. La sentencia argumenta que se adoptó este acuerdo con la única voluntad de “eludir el acatamiento de la jurisprudencia constitucional en relación con la imposibilidad” que Puig pudiera “ver exceptuado el principio de presencialidad en su ejercicio del derecho de voto”.

Así pues, el TC sostiene que el Parlament no podía aceptar “la habilitación del procedimiento de votación telemático” de Lluís Puig y considera que se ha vulnerado el derecho del PSC a “ejercer las funciones representativas”. El tribunal de garantías anula la regulación transitoria del voto telemático, acordada el 18 de abril, y la habilitación del procedimiento de votación telemático de Lluís Puig, aprobada el 19 de abril. Eso sí, no suspende las decisiones del Parlament que se hayan adoptado con el voto telemático de Puig durante el tiempo que estuvo vigente.

Una decisión que puede complicar el voto de Puigdemont y Puig en la constitución del Parlament

La decisión del TC puede tener un primer efecto inmediato y directo el próximo lunes 10 de junio, cuando se constituirá el Parlament de Catalunya surgido de las elecciones del 12-M y se escogerá la nueva Mesa de la cámara catalana. Aquel día quien decida si Carles Puigdemont y Lluís Puig, los dos diputados de Junts+ que todavía están en el exilio, pueden votar telemáticamente será la mesa de edad, que contará con mayoría independentista: la presidirá Agustí Colomines (de Junts+) y tendrá dos secretarias, Júlia Calvet (de Vox) y Mar Besses (de ERC). Ahora, este revés del Tribunal Constitucional puede poner trabas a la decisión. Quien, en principio, sí que podrá votar será Ruben Wagensberg, que también está en el exilio, pero tiene la baja médica y, por lo tanto, está habilitado para delegar el voto.

¿Y cómo queda ahora la aritmética parlamentaria sin los votos de Puigdemont y Puig? Si los dos diputados de Junts que están en el exilio no pueden votar el próximo lunes, la mayoría formada por los juntaires, ERC y la CUP quedará en 57 diputados, los mismos que la suma del PSC y PP. Aunque ahora mismo la alianza entre socialistas y populares parece lejos, si los de Alejandro Fernández apoyan al candidato del PSC a presidir el Parlament, los Comunes tendrían la paella por el mango y podrían decantar la balanza. En caso de no desempatar, y después de cuatro votaciones, la presidencia de la cámara catalana quedaría en manos socialistas porque el PSC es el grupo mayoritario.

En marzo de 2021, en el pleno de constitución de la pasada legislatura, que escogió Laura Borràs como presidenta, la mesa de edad rechazó la delegación del voto de Puig a causa de la oposición de los dos secretarios: David González (del PSC) y Alberto Tarradas (de Vox). El presidente de la Mesa, Ernest Maragall (de ERC), se quedó solo votando a favor. Como respuesta a eso, la CUP cedió uno de sus votos al exconseller como “muestra de solidaridad antirrepresiva”.