El Tribunal Constitucional para los pies en el Partido Popular y cierra la puerta a suspender por ahora los votos delegados de Carles Puigdemont y Lluís Puig en el pleno de constitución del Parlament de Catalunya. El PP presentó un recurso de amparo contra la decisión de la Mesa de Edad que les permitía votar pidiendo que se anularan cautelarmente sus votos. Ahora, el TC admite a trámite el recurso, pero decide “no adoptar medida cautelarísima de suspensión del acuerdo”. Por lo tanto, lo estudiará a fondo y dentro de un tiempo resolverá. Puigdemont y Puig pudieron votar a favor de Josep Rull como nuevo presidente de la cámara catalana después de que la Mesa de Edad aceptara su delegación de voto. Agustí Colomines y Mar Besses la aprobaron, aunque solo cinco días antes el TC había anulado el mecanismo de voto telemático transitorio que ideó el Parlament para permitir la participación de los exiliados. La respuesta del PP fue inmediata y antes de que se produjera la votación, Alejandro Fernández advirtió que los populares presentarían un recurso de amparo al TC. Eso era el lunes. El jueves el TC decidió ampliar el orden del día para incluir el debate de esta cuestión y este martes, solo una semana después de que se produjera la votación, ha admitido a trámite el recurso. Dos magistrados, Enrique Arnaldo y Concepción Espejel, han votado en contra del acuerdo adoptado por el TC.
Quejas del PP y Vox y silencio del PSC durante el pleno de constitución
Fue antes de iniciar la votación para elegir al nuevo presidente del Parlament cuando Agustí Colomines, presidente de la Mesa de Edad por ser el diputado más mayor, anunció que aceptaban la solicitud de Puigdemont y Puig de delegar su voto en el diputado Albert Batet ante las “circunstancias actuales que los incapacitan” para asistir presencialmente al hemiciclo. La Mesa de Edad también admitió la petición de Ruben Wagensberg, exiliado en Suiza, en la misma línea: en su caso, era por una baja médica de larga duración.
Previamente al anuncio, tanto el Partido Popular como Vox hicieron aspavientos para expresar su rechazo a esta decisión. El presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, aprovechó para anunciar que su grupo presentaría un recurso de amparo al Constitucional (que es el que hoy se ha admitido a trámite). Por parte de Vox, Joan Garriga sostuvo que no se podía admitir la delegación de voto de los dos parlamentarios juntaires en el exilio porque el Reglamento establece que solo se puede aceptar por “embarazo” o por una “enfermedad de larga duración” y advirtió que Vox presentará una querella por prevaricación y desobediencia contra Agustí Colomines y Mar Besses. En cambio, el PSC, que es quien había llevado al TC el voto telemático de Lluís Puig la pasada legislatura, no hizo ningún pronunciamiento al respecto.
El TC anuló el sistema de voto telemático transitorio a instancias del PSC
Pero... ¿qué había suspendido el Tribunal Constitucional la semana antes del pleno? El TC, por unanimidad, dio la razón a un recurso de amparo del PSC y decidió “declarar la nulidad” de los acuerdos de la Mesa del Parlament del 18 y el 19 de abril de 2023, que habilitaban un sistema para que Puig pudiera votar. Lo que hizo el órgano de gobierno de la cámara catalana fue, justamente, responder a otra sentencia del TC, que, también a instancias del PSC, había anulado la delegación del voto de Puig esgrimiendo que no se ajustaba a ninguno de los supuestos contemplados. Como solución, el Parlament impulsó un voto telemático transitorio para permitir que el exconseller de Cultura pudiera votar. Finalmente, el TC lo tumbó esgrimiendo que, en este caso, “no concurre ninguna situación excepcional que permita exceptuar constitucionalmente el ejercicio presencial del derecho de voto”.
Este sistema nació en abril de 2023, una semana después del revés del tribunal de garantías, que anuló los acuerdos que había tomado la Mesa en julio de 2022 para mantener el voto delegado de Lluís Puig. Con el apoyo de ERC, Junts y la CUP, el órgano rector del Parlament aprobó una propuesta impulsada por los republicanos que apostaba para activar el voto telemático “en situaciones excepcionales de especial gravedad” que impidan el ejercicio de las funciones parlamentarias. ERC esgrimió que esta medida era transitoria a la espera de la reforma del Reglamento del Parlament presentada por ERC y la CUP, que contemplaba más supuestos que admitirían la delegación de voto y proponía incluir el voto telemático. Ahora bien, la iniciativa acabó cayendo en saco roto a causa del adelanto electoral.