Tech Crunch, la web sobre tecnología y start-ups de más audiencia del mundo, califica de "exageración" las razones que la Guardia Civil expone a GitHub para que cierre el acceso a la aplicación de Tsunami Democràtic. GitHub es un repositorio de programas que hospeda todo tipo de proyectos digitales y permite la colaboración entre sus creadores. "Quizás pueda considerarse que la aplicación anima a la disrupción, pero acusarla de 'terrorista' es una clara exageración. Salvo que la definición de terrorismo incluya aprovechar el poder de la resistencia civil pacífica para promover el cambio político", dice Natasha Lomas, la periodista que firma el reportaje.
Tech Crunch explica también que la solicitud del Estado español de retirar la aplicación de Tsunami Democràtic figura al lado de los archivos que contienen peticiones parecidas emitidas por los gobiernos de China y Rusia.
El repositorio GitHub es propiedad del gigante informático Microsoft. "De vez en cuando —explica el repositorio en su blog informativo— GitHub recibe peticiones de gobiernos para eliminar contenido declarado ilegal en su jurisdicción. Aunque no siempre estamos de acuerdo con las leyes [que invocan esos gobiernos], bloqueamos contenidos si recibimos una solicitud válida de un gobierno". La razón, añade, es que censurando algún contenido, evitan que los gobiernos censores cierren completamente el acceso al repositorio y, así, el resto de usuarios de aquel país pueden seguir utilizando GitHub.
Según TechCrunch, la app del Tsunami "es, esencialmente, una herramienta descentralizada para movilizar acciones de protesta más pequeñas y locales, a diferencia de las acciones mayores, que se organizan vía [el canal de mensajería] Telegram (como el bloqueo del aeropuerto de Barcelona de principios de este mes). Una fuente cercana a Tsunami Democràtic ya había explicado a TechCrunch que las protestas coordinadas a través de la aplicación incluirían acciones como tráfico lento para interrumpir el tráfico en carreteras locales y falsas compras masivas en supermercados, en las que los activistas abandonarían los carritos cargados en la tienda [sin pagar]".