Oriol Junqueras viajaba a mediados de enero a Waterloo para reunirse con Carles Puigdemont. Los dos intentaban rehacer puentes y al finalizar el encuentro salían juntos de la residencia del presidente en el exilio con un coche con matrícula 1-0-2017. El líder de Esquerra Republicana, ahora hace una semana, cerraba en Martorell el 30.º Congreso Nacional del partido extendiendo su mano a su "amigo Jordi Turull" para "crear nuevas alianzas" y lo felicitaba por el acuerdo con el PSOE que delega a la Generalitat las competencias en inmigración. Solo tres días después, el miércoles, Gabriel Rufián llamaba 'rata' por Twitter a un diputado de Junts, en el Pleno del Congreso señalaba con el dedo al grupo parlamentario de Míriam Nogueras, los reñía por "meter a amiguitos dentro de empresas españolas" y después se levantaba de su escaño, se paseaba por el hemiciclo y andaba lentamente por el lado de las butacas donde se sientan sus adversarios independentistas con mirada desafiadora.
"¿Qué le pasa a 'Rufi'?", preguntaban los periodistas que cubren la información de esta cámara a los políticos y a los corresponsales catalanes. Todo el mundo intentaba encontrar la explicación a una reacción tan desproporcionada: la semana anterior, Junts había atacado a ERC insinuando que eran cómplices del caos de Rodalies. La respuesta de Rufián fue tachar de "miserable" al diputado que había hecho esta acusación y se acercó a un parlamentario de Junts en la calle para manifestarle su molestia. Pero esta semana la cosa ha ido mucho más allá. El juntaire Josep Maria Cruset sacaba pecho en Twitter (X) que el Congreso hubiera aprobado una ley contra las ocupaciones impulsada por su formación, y destacaba que ERC, Bildu y comuns habían votado en contra. "Que cada uno saque sus conclusiones", decía. Rufián le respondía con el emoticono de una rata. Preguntado en los pasillos por su insulto, aseguraba que él "respondía a una agresión".
Dentro del grupo parlamentario de ERC, hay quien cierra filas con Rufián y hay quien no esconde su malestar con los hechos del miércoles pasado. Los defensores de su jefe explican que todo el grupo parlamentario se indignó cuando la semana pasada los de Nogueras vincularon a los republicanos con el caos de la red de trenes catalana. "Hay maneras y maneras, sí, pero su respuesta está justificada porque Junts ya ha visto que con Rodalies puede hacer sangre; tenemos que contraatacar y él lo ha hecho a su manera", dice un diputado. Otro, en cambio, apunta en conversación con este periódico que llamar 'rata' a un adversario político sobrepasó cualquier contraataque legítimo. Explica que a Junqueras tampoco le gustó que Rufián insultara de esta manera. Pero la respuesta del jefe de filas republicanas en Madrid es que él no abandonará su forma de ser. "Siempre me quedo corto", sentenciaba él mismo el miércoles ante los periodistas.
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) March 19, 2025
"A cambio de nada"
La mala relación que mantienen Míriam Nogueras y Gabriel Rufián en el Congreso dista mucho de la de los líderes de Junts y ERC en el Parlament. La de Albert Batet y Josep Maria Jové es buena. Pero la competición en Madrid sobre quién negocia mejor con el PSOE ha llevado a las dos formaciones a atacarse constantemente. En los pasillos del Congreso, es habitual ver como los líderes de estas dos formaciones hacen como si no se vieran cuando coinciden en un mismo espacio. Junts se pasó toda la legislatura pasada —y lo está haciendo también esta— vendiendo la idea de que ERC se dejaba tomar el pelo constantemente por los socialistas y que votaban que sí a todo "a cambio de nada". El entorno de Gabriel Rufián y diputados de su grupo parlamentario consultados por ElNacional.cat admiten que esta estrategia del partido de Carles Puigdemont dio sus frutos y creen que por este motivo los republicanos vieron su número de diputados reducido a la mitad en las elecciones del 23-J; de 13 a 7.
Eso ha afectado a los republicanos. Algunos, en conversación con este periódico, destacan que fueron ellos quienes en la legislatura pasada negociaron con el PSOE los indultos a los presos políticos. Y que no hubo ninguna distinción: Pedro Sánchez indultó tanto a los encarcelados de ERC como a los de Junts. "Hay cuestiones que ya no son políticas, son personales", destaca un diputado republicano, que insiste en que el lema 'a cambio de nada' es una "mentira" muy cruel. Un parlamentario de Junts, preguntado por este eslogan, se excusa diciendo que fue una frase pronunciada por Pedro Sánchez en su debate de investidura fallida de julio de 2019 y que no se la han inventado.

Ahora, ERC teme que Junts redirija esta estrategia del 'a cambio de nada' hacia Rodalies: una importante carpeta que negocian socialistas y republicanos para que Catalunya acabe gestionando de una vez por todas esta red de trenes. Les preocupa que la formación de Carles Puigdemont cree el marco mental que si este servicio funciona indebidamente sea también por culpa de los republicanos. Paralelamente, fuentes del Gobierno admiten lo más evidente: no les interesa que Junts y ERC choquen tan constantemente. Con una aritmética tan ajustada en el Congreso de los Diputados, el PSOE necesita siempre conseguir el apoyo de todos sus socios, motivo por el que les perjudica cualquier guerra entre formaciones sobre quién negocia mejor con los socialistas.

Buena relación entre algunos de los diputados de Madrid
No obstante, la animadversión que Rufián siente por Junts en Madrid no es compartida por todos los miembros de su grupo parlamentario. Varios diputados de ambas formaciones explican a ElNacional.cat que la relación entre algunos parlamentarios de 'segunda fila' es excelente. "Con nuestras diferencias, con algún rifirrafe, pero siempre dentro de una pugna política sana", remarca uno de ellos. "Incluso ha habido alguna vez que hemos tomado unos vinitos juntos en Catalunya", añade otro.
El gesto más afectuoso entre las dos formaciones se vivió el pasado mes de mayo en el patio del Congreso de los Diputados, justo cuando se aprobó la ley de amnistía. Parlamentarios de ambas formaciones se fundieron en abrazos y besos para celebrar la aprobación de la norma: en las imágenes aparecen Míriam Nogueras, Teresa Jordà, Francesc-Marc Álvaro, Eduard Pujol, Josep Maria Cruset, Isidre Gavín, Lluis Salvador, Marta Madrenas, Inés Granollers y Jordi Turull, que había sido invitado a aquella sesión. Desgraciadamente, no se encontraban presentes en aquel momento ni Gabriel Rufián ni Oriol Junqueras (también fue invitado). Sí que quedará para siempre registrado en el Diario de Sesiones el discurso pronunciado por el líder del grupo parlamentario republicano que, igual que su homóloga en Junts, dedicó palabras de agradecimiento a los líderes de los dos principales partidos independentistas.