Al actual ministro de Cultura y Deporte del gobierno español, Màxim Huerta, no le gustan las dimisiones, le gustan los ceses, ya que Huerta cree que "dimitir implica dignidad", o como mínimo eso pensaba hace 4 años. Lo dijo en el contexto de un mes de octubre negro, en el ámbito de la corrupción, en España.
Aquel mes de octubre se imputó a 141 cargos públicos por varias tramas de corrupción, entre las cuales destacan las tarjetas black, la trama Púnica, investigaron a Ángel Acebes, ex secretario general del PP, y también detuvieron a uno de los hijos de Jordi Pujol, Oleguer.