Después de unas semanas en que la lentitud de las negociaciones entre ERC y Junts para la investidura de Pere Aragonès había provocado que el solo hecho de que los dos partidos se reunieran para negociar fuera noticia, las conversaciones han adquirido otro ritmo. Este miércoles los negociadores de las dos formaciones han celebrado en el Parlament la tercera reunión consecutiva desde el lunes. Y eso a pesar de que la de hoy ha durante poco más de media hora, una reunión exprés. Mañana hay previsto un nuevo encuentro.
La de hoy ha sido una cita breve por la presentación del libro de Carme Forcadell, a media tarde en el Palau Robert de Barcelona, y al cual han acudido una parte de los negociadores, como la portavoz republicana, Marta Vilalta.
Espacio de coordinación
La cita ha servido para que Junts devolviera a ERC la propuesta que los republicanos les hicieron llegar sobre los espacios de coordinación, es decir, las comisiones que tienen que garantizar un contacto periódico para dar salida a los posibles conflictos que puedan surgir o hacer seguimiento del acuerdo y que deberá cubrir los diferentes ámbitos.
Por su parte, el partido de Carles Puigdemont espera la propuesta detallada de ERC sobre la estructura del gobierno y el programa del ejecutivo. Una vez haya retorno de este documento, la previsión es generar diferentes grupos de trabajo para negociar las propuestas repartidas por materias.
Pacto granítico
Junts no esconde que su voluntad es que el acuerdo tenga el máximo de concreción, que sea "granítico" en palabras de uno de los negociadores, con el fin de dejar el mínimo espacio a la interpretación y prever cualquier incidencia que pueda surgir.
Los negociadores insisten en que todas las carpetas siguen abiertas, también el documento sobre estrategia, que tiene que incorporar la dirección colegiada de seguimiento del procés, y el papel del Consell per la República. En este punto aparece también las conversaciones que el Consell ha abierto con los partidos con el fin de reformular la organización de este espacio impulsado desde Waterloo.
Sin agotar plazos
La aceleración de las reuniones se produce después de que este lunes, ERC reclamó públicamente a Junts cerrar el acuerdo antes del 1 de mayo. No obstante, esta propuesta no se ha planteado explícitamente en ninguna reunión. JxCat asegura que no se sintió presionado por el emplazamiento público, y recuerda que el plazo para la investidura acaba el 26 de mayo a pesar de puntualizar que no ven necesidad de agotar el calendario.