La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, es de estas personas que no tiene ningún problema en encontrarse en medio de una polémica; sabe mostrarse tranquila y convencida de sus decisiones aunque le lluevan las críticas (que, a veces, llegan desde sus propias filas). La dirigente del PP declinó este lunes la invitación de Pedro Sánchez para reunirse antes de acabar la semana en el palacio de la Moncloa. Tal como informó el ejecutivo madrileño en un comunicado, no irá porque el encuentro se celebra en el marco de una ronda de reuniones posteriores al acuerdo entre el PSC y ERC por "la ruptura de la hacienda común". "No se puede dar por válida esta decisión a hechos consumados que nunca se han consultado", avisaron desde Sol. Por otra parte, acusaron a Sánchez de "difamar" a Ayuso con unas "gravísimas acusaciones" que suponen un "deterioro institucional" sin precedentes. La decisión no ha gustado, evidentemente, a la Moncloa, que acusa a Ayuso de "irresponsabilidad y desistimiento de funciones" ni a las propias filas del PP. El portavoz del PP Borja Sémper ha marcado distancias con la decisión de la presidenta madrileña: "Preservemos la institucionalidad, yo habría ido", ha dicho, al mismo tiempo que ha apuntado que la relación entre ambos líderes está hoy totalmente rota.
El País lo ha visto claro: "El plantón de Ayuso desautoriza a Feijóo y molesta al resto de barones del PP: 'Ayuda a Sánchez'". Según el rotativo, la medalla que Isabel Díaz Ayuso entregó al presidente argentino Javier Milei fue el primer desacuerdo entre la presidenta de la Comunidad de Madrid y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. A Feijóo no le gustó aquel gesto, que además se filtró a la prensa antes de que Ayuso lo informara a él, explica el citado diario. Ahora bien, la crisis interna por Milei queda en poca cosa cuando se mira al plantón a Sánchez: "Eso ayuda a Sánchez a desviar la atención", se quejan en círculos de poder popular. En una línea similar se expresa el ABC que apunta que si bien "Génova comprende a Ayuso" cree que es un "error" plantar al presidente español. De hecho, según el diario, "no quedan puentes entre La Moncloa y Puerta del Sol" y añade que el plantón "es el colofón de la historia de un enfrentamiento político que empezó durando la pandemia y que tiene su derivada en la Asamblea de Madrid". Por cierto, la imagen de la portada es la de una Ayuso tranquila, relajada y sonriente este mismo lunes por la tarde. El Mundo opta por titular con las pocas palabras con las cuales Ayuso comunicó a Feijóo que no se reuniría con Sánchez: "Presidente, no voy a ir".
En clave internacional, El País trae una fotografía de un hombre armado preparando una tienda de campaña para acampar en la Franja de Gaza. A pocos kilómetros de la Franja de Gaza, en medio de la nada, un grupo de colonos israelíes bailan, saltan y cantan en círculo; de fondo resuena la artillería israelí dentro del devastado enclave palestino, donde los judíos exigen volver porque, dicen, es su tierra y les pertenece. "Hemos venido aquí para decirle al mundo que necesitamos estar en Gaza y quedarnos para siempre. Nos pertenece y volveremos a vivir allí. Es la única manera de acabar con Hamás", explica a EFE Yair Maoz, un colono que vive en un asentamiento en Hebrón, en la Cisjordania ocupada, con su mujer y sus cinco hijos. También en materia internacional, La Vanguardia comparte una fotografía que este lunes dio la vuelta al mundo: el candidato republicano en las elecciones a los EE.UU., Donald Trump, sirviendo comida en un Mc Donald's. El texto que acompaña la imagen hace referencia al magnate multimillonario Elon Musk que promete dar hasta 1 millón de dólares al día a votantes registrados en estados clave que firmen una petición de la 'America PAC', el comité de acción política con que invierte decenas de millones de dólares en apoyo al republicano Donald Trump. ¿Qué dicen el resto de portadas de este martes?