Hace años que la política catalana no es plácida ni estable. Seguramente no lo ha sido nunca pero el inicio del procés independentista y la represión del Estado han acentuado la tensión y la distancia entre los partidos independentistas y los unionistas. Ahora bien, Badalona, una de las ciudades más pobladas del país, tiene su terremoto político crónico particular. Sólo el hecho de que en los últimos seis años haya tenido cinco alcaldes diferentes lo denota a la perfección.
Bien, hay que decir que el quinto alcalde todavía no ha llegado. Pero lo hará muy pronto: el próximo lunes 8 de noviembre, cuando el pleno municipal apruebe la moción de censura contra el todavía alcalde, el popular Xavier García Albiol. Todos los partidos de la oposición: PSC, Gauanyem, ERC, comuns y Junts, aprobaron firmar la moción contra Albiol después de que este apareciera en los famosos papeles de Pandora como titular de una sociedad en el paraíso fiscal de Belice.
De hecho, Albiol ya era alcalde gracias a las discrepancias que mostraron los mismos grupos que ahora han firmado la moción contra el alcalde después de la dimisión del anterior alcalde, el socialista Àlex Pastor. El desacuerdo posibilitó que Albiol se convirtiera automáticamente en alcalde al ser el cabeza de la lista más votada tal y como prevé la ley.
Como aseguraron los mismos líderes de la oposición en la rueda de prensa de presentación del futuro gobierno de la ciudad, el acuerdo a que han llegado "es por la dignidad". "El atrincheramiento de Albiol en el ayuntamiento ha posibilitado este acuerdo por la dignidad. Todos los concejales que hoy firmamos este pacto hemos coincidido en la urgencia de dar un paso adelante frente a esta crisis institucional", aseguró el futuro alcalde, el socialista Rubén Guijarro, que enfatizó que es la "más grave que ha sufrido la ciudad desde el restablecimiento de la democracia".
El orígen del terremoto
Aunque eso se puede considerar que es muy subjetivo, se podría decir que el inicio del terremoto político badalonés empezó justo después de las elecciones del 2015, cuando la cabeza de lista de Guanyem Badalona en Comú, Dolors Sabater, consiguió un acuerdo con PSC, ERC, comune y CDC para ser la nueva alcaldesa, desbancando al mismo Albiol, que había gobernado la ciudad desde el 2011.
Sin embargo, el acuerdo ya nació cojo con una pugna abierta con los socialistas que más tarde acabaría con el gobierno de Sabater. Fue tres años después, en el 2018, cuando el mismo PSC llegó a un acuerdo con Ciutadans y el PP para sacar adelante una moción contra Sabater que convirtió a Pastor en el nuevo alcalde. Los socialistas, que tres años antes habían dado apoyo a Sabater -aunque sin entrar en su gobierno- alegaron que la alcaldesa había incumplido sus promesas de mantener la neutralidad respecto del procés y hacer unos presupuestos "más sociales".
La historia se repite
En las elecciones del 2019, Sabater -en una candidatura conjunta entre Guanyem y ERC- obtuvo siete concejales: cuatro menos que Albiol y uno más que el PSC. Después de unas tensas negociaciones con los socialistas, muy similares a las que se habían producido en el 2015, la exalcaldesa retiró su candidatura con el fin de evitar que Albiol fuera proclamado alcalde de forma automática por haber sido la lista más votada y facilitó con su voto la reelección de Pastor.
Este gesto no se repitió un año después, cuando Pastor tuvo que dimitir después de ser detenido por los Mossos por haberse saltado el confinamiento, conducir bebido y agredir a uno de los agentes. Pastor fue sustituido interinamente por la líder de los comues en la ciudad, Aïda Llauradó. Socialistas y Guanyem no llegaron a un acuerdo y, esta vez sí, Albiol fue proclamado de nuevo alcalde por encabezar la lista más votada.
Tensión PSC-Guanyem
Aunque en esta última ocasión Guanyem, ya sin Sabater que actualmente es diputada por la CUP en el Parlament, ha firmado la moción contra Albiol que llevará a Guijarro a la alcaldía, las tensiones con socialistas no han desaparecido.
El partido, que no pudo liderar la iniciativa al quedarse sólo con cuatro concejales después de la ruptura por sorpresa con ERC, aseguró primero que no quería entrar en el gobierno para después cambiar de opinión y pedir estar. Aunque Guijarro no los descartó públicamente, el acuerdo no ha llegado y el cartapacio formado por socialistas, republicanos, comuns y el concejal de Junts ya ha sido anunciado.