Después de que ayer la Junta Electoral Central (JEC) tomara el atajo una vez más y decidiera abrir un expediente sancionador contra Catalunya Ràdio a petición del PP —después de que este denunciara que veía excesiva la cobertura de TV3 a la manifestación de Bruselas y después de que la CCMA decidiera recurrir el expediente sancionador contra la radio pública—, hoy la presentadora de El Matí de Catalunya Ràdio, Mònica Terribas, sin perder de vista sus principios, se ha armado de valor y, en nombre de la libertad de expresión y de prensa, ha respondido al último gesto de la JEC con un verso de la obra Cyrano de Bergerac, de Edmond Rostand.
De hecho, Terribas no ha tenido que decir nada más ni tampoco añadir ninguna interpretación propia para que se entendiera a la perfección lo que ha querido transmitir: no dará ni un paso atrás en sus editoriales y seguirá defendiendo lo que, en ojos suyos, es justo.
El verso muestra como Cyrano (o Terribas, en este caso) se cuestiona qué tendría que hacer: bajarse los pantalones o seguir lo que le manda el corazón. Mientras Cyrano tenía esta conversación con un amigo suyo porque estaba enamorado de su prima Roxana, a quien le escribía cartas de amor haciéndose pasar por el chico de quien ella estaba enamorada, Terribas lo hace para rechazar la afirmación de la JEC que considera que la periodista vulneró el principio de neutralidad informativa y pluralismo político en la sección La Portada.
Mientras tanto, el presentador de El món a RAC1, Jordi Basté, ha querido enviar un mensaje de ánimo a Terribas y le ha mostrado su apoyo, poniendo de relieve que si "no puede decir que hay represión con presos políticos y políticos en el exilio, no estaría haciendo bien su trabajo".
La tirade du Non Merci, Cyrano de Bergerac
¿Y qué tendría que hacer?
¿Encontrar a un protector rico?
¿Servirlo con disciplina
y como una hiedra oscura que circunda una encina ilusa de puntal mientras lame la corteza,
subir con astucia en vez de elevarme a la fuerza?
No, gracias. ¿Dedicar como cualquier autor versos a los financieros?
¿Convertirme en bufón con la viva esperanza
de coger en un ministro el esbozo de alguna sonrisa que no sea siniestra?
No, gracias. ¿Tragarme cada día sapos para desayunar?
¿Llevar las rodillas llenas de moratones y con tantos pisotones también en los abdominales?
¿Dar contínuas pruebas de habilidades dorsales?
No, gracias. ¿Querer siempre que el pez acabe en el cesto
mientras que en todo momento, nado y guardo la ropa? No, gracias".