Este es el texto entero del manifiesto unitario que las entidades han defendido a la manifestación de la Diada 2024 del Assemblea Nacional Catalana (ANC) bajo el título "Volvemos en las calles: justicia, digiriera, futuro":

Hoy, con motivo de la Diada nacional de Catalunya, la sociedad civil nos encontramos en las calles, demostrando nuestra fuerza y diversidad, reafirmándonos en el convencimiento que la movilización ha estado, es y será un motor por alcanzar nuestra liberación nacional.

Catalunya y los Països Catalans no son inmunes a los retos del s. XXI y el país necesita respuestas, y el espolio fiscal es una limitación. Vivimos años marcados por la represión y los continuos ataques a nuestra lengua por parte de los estados español y francés. Pero además, nuestra sociedad se ve afectada por una desigualdad social cada vez más profunda, que pone en peligro derechos políticos, sociales y nacionales. También nos encontramos en medio de una emergencia climática que requiere acciones decididas y comprometidas para garantizar un futuro sostenible para las siguientes generaciones. Asimismo, el crecimiento del discurso de odio y la antipolítica se convierten en una amenaza que hay que combatir y que pone en peligro la cohesión social.

Sin embargo, los catalanes siempre hemos demostrado nuestra voluntad de no resignarnos ante los retos y las injusticias. El 11 de Setembre es un homenaje a los que, en 1714, defendieron las constituciones y libertades catalanas. Desde entonces, este país se ha movilizado siempre que ha hecho falta. Lo hemos hecho históricamente, durante la dictadura, y lo hemos hecho también durante las últimas décadas: El 10 de julio de 2010, las Diadas Nacionales posteriores, las protestas postsentencia, las movilizaciones por la lengua... y lo seguiremos haciendo siempre que haya que defender los intereses de este pueblo. Hemos demostrado tantas veces como ha sido necesario la potencia formidable de centenares de miles de personas en las calles, en movilizaciones que han maravillado el mundo y han situado la independencia de Catalunya en el centro de la agenda política.

Es evidente, sin embargo, que ante los retos actuales, este país no puede esperar más. Para superar los desafíos de las sociedades modernas, hacen falta las herramientas de un estado propio como, obviamente, es la financiación. Por eso, este 11 de Setembre tenemos que volver a las calles reclamando nuestra independencia, porque de motivos sobran:

Para defender y promover la lengua catalana:

• Para garantizar el deber y el derecho a hablar el catalán, y a una educación de calidad en nuestro idioma que siga haciendo de nuestra una lengua de acogida.

• Para garantizar que los medios de comunicación en lengua catalana, en especial las televisiones e Internet, lleguen por todos los Países Catalanes.

• Para combatir la dejadez de nuestros representantes en la defensa y el uso de nuestra lengua y para garantizar el derecho a vivir plenamente en catalán.

Para eliminar el espolio fiscal, cifrado en 22.000 millones de euros anuales, que enriquece la hacienda española en detrimento del desarrollo económico, social y cultural de los catalanes:

• Para disponer de todos nuestros recursos, para diseñar actuaciones de protección y promoción social, garantizar una sanidad y una educación públicas de calidad y puestos de trabajo dignos.

• Para acompañar las empresas catalanas en los retos de la reindustrialización y descarbonización de la economía catalana.

• Para poder decidir sobre nuestras infraestructuras, garantizando una movilidad digna y sostenible.

• Para preservar y gestionar nuestros bienes naturales y para garantizar un futuro al campesinado catalán, que ama y cuida nuestra tierra.

También tenemos que volver a las calles para garantizar un futuro digno y justo para todos los catalanes:

• Para garantizar el acceso a la vivienda a precios asequibles, garantizando el derecho a vivir dignamente a nuestros barrios y pueblos.

• Con el fin de parar la espiral gentrificadora que desdibuja y desarraiga nuestras ciudades al servicio de los fondos buitre y el turismo masivo.

• Para revertir las desigualdades territoriales de una política de infraestructuras diseñada desde Madrid al servicio de las empresas del IBEX.

• Para garantizar un futuro digno a nuestros jóvenes, que no tengan que sobrevivir entre contactos temporales y las largas listas del paro juvenil.

• A fin de que los ayuntamientos catalanes tengan los recursos suficientes para desarrollar las políticas sobre las cuales tienen competencias, sin embargo, muchas veces, no la financiación. Para preservar y gestionar nuestros bienes naturales y para garantizar un futuro al campesinado catalán, que ama y cuida nuestra tierra.

Estar sometidos al Estado español es una amenaza estructural para la supervivencia de la lengua y la cultura catalanas y para garantizar un futuro digno para los ciudadanos de este país. La independencia es un proyecto para|por vivir mejor.

A pesar de todo, los partidos políticos independentistas han sido incapaces de ponerse de acuerdo y trazar una estrategia compartida para hacer efectivo el derecho a la autodeterminación, aunque la ciudadanía catalana se ha movilizado una vez y otra. Les hemos facilitado mayorías parlamentarias, que unos y otros han malbaratado en discusiones cainitas.

La pelea permanente y las disputas electoralistas nos han traído donde estamos: la Generalitat de Catalunya en manos de un gobierno españolista que hace pocos días se arrodillaba delante de Felipe VI, el rey del 3 de octubre. Un gobierno que niega categóricamente nuestro derecho de autodeterminación y que quiere cerrar el conflicto político en los despachos. Dicen, incluso, que han pacificado Catalunya. Que ya hay normalidad "autonómica".

¿Pero de qué normalidad hablan? ¿En qué país es normal que un presidente de la Generalitat, que un diputado electo que además es jefe de la oposición, no pueda participar de los debates parlamentarios? ¿Dónde es|está la normalidad cuando un golpe de Estado judicial se niega a aplicar la amnistía a centenares de compañeros y compañeras independentistas? ¿Cuándo los delitos de malversación, de sedición o los desórdenes se desvirtúan al gusto del represor? ¿De qué normalidad hablan? En qué país es normal que se criminalicen entidades y ciudadanos para manifestarse, como el pasado 8 de agosto. ¿Es normal que los compañeros de los CDR continúen acusados de terrorismo? ¿Es normal que la ciudadanía no pueda expresar su voluntad en un referéndum? No, no es normal. ¿Eso es todo lo que ofrece la democracia española?

¡Salgamos a las calles porque ni estamos pacificados ni nos han pacificado!

Por eso hacemos un llamamiento a todos los independentistas: ¡Bastante de lamernos las heridas! ¡Organizaos! ¡Que cada uno de nosotros trabaje en este proyecto colectivo que es la libertad de nuestro país! ¡Luchemos juntos hasta la independencia!

Hoy, aquí, entidades diversas nos hemos unido demostrando que es posible llegar a acuerdos para|por las cuestiones que realmente importan. ¡Demostremos que el independentismo es fuerte, transversal, inteligente, y que aquí no se rinde nadie! La sociedad civil somos y seremos, unidos y trabajando para construir un país libre del cual todo el mundo se sienta parte. Ante un Estado español que no ofrece ningún futuro digno para los Países Catalanes, volvemos a las calles: Por la justicia, por el país y por el futuro de nuestra gente: ¡independencia!

¡Viva Catalunya libre!

 

 

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