El diario The Guardian opina en un editorial titulado "Tiempo para hablar" que el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, tendría que evitar "a toda costa" aplicar el artículo 155 de la Constitución española por el cual se suspendería la autonomía de Catalunya. El rotativo advierte Rajoy que arrinconar al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, podría ser una estrategia "de alto riesgo" y recuerda que el presidente del Consejo Europeo, Donad Tusk, ha advertido que esta crisis solo se puede resolver "con la fuerza del argumento, no con el argumento de la fuerza".
El rotativo lamenta que el presidente del Gobierno español no haya pedido disculpas por el "comportamiento de la policía" el 1 de octubre, "cuando el resto de España y de Europa" vio "horrorizada" como los votantes se enfrentaban "a las porras y a las balas de goma".
Y lamenta que Rajoy no haya variado la postura de la negación al diálogo mientras "la esperanza" de Puigdemont radica en algún tipo de mediación internacional. Una mediación que hasta ahora la UE ha rehusado "por no parecer que da apoyo a lo que el Tribunal Constitucional ha declarado un voto ilegal".
El diario considera que la decisión de Puigdemont de "hacer una pausa" a la declaración de independencia es "táctica y comprensible", y enumera las debilidades de la opción del presidente de la Generalitat, como el traslado de sedes sociales de empresas, las incertidumbres en la economía o una participación en el referéndum del 43%.
Pero entonces indica que Mariano Rajoy parece determinado a obtener una "victoria total", en lugar "de intentar negociar", a pesar de la advertencia del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, según el cual esta crisis sólo se puede resolver "con la fuerza del argumento, no con el argumento de la fuerza".
Por eso The Guardian opina que, ahora, el "movimiento inteligente" sería "rebajar la temperatura", y eso quiere decir que "ambas partes tienen que hacer concesiones". "A cualquier coste", añade, Rajoy tiene que evitar aplicar el artículo 155 de la Constitución. "Estaría el riesgo de precipitar la situación de una crisis constitucional a una catástrofe", afirma.