El nombramiento de Josep Borrell como Alto Representante de la Unión Europea para asuntos exteriores y política de seguridad, todavía pendiente de la ratificación en el Parlamento Europeo, no sólo ha suscitado todo tipo de críticas en Catalunya por su furibunda actitud en contra del independentismo, sino también por toda Europa, donde ya se conoce su posicionamiento político, pero también el papelote prepotente que hizo en una televisión alemana.
Ahora, el 'think tank' Instituto Polaco de Asuntos Internacionales (PISM, por sus iniciales en polaco) ha hecho públicas sus desazones por la elección de Borrell para un cargo que tiene que representar la política exterior de la Unión Europea, señalando que es probable que bloquee la situación de Kosovo para defender la postura española de no dar alas al independentismo catalán.
"Los problemas legales de Borrell..."
A pesar de apuntar a su "gran experiencia en la política española" y destacar la "asertividad" como una de sus cualidades, el informe señala que "los problemas legales de Borrell pueden suscitar preocupaciones sobre su candidatura", recordando dos episodios: la multa con que fue sancionado el año pasado "por el uso de información confidencial" en la venta de acciones de Abengoa; y el hecho de que colaboradores suyos en el Ministerio de Hacienda fueron condenados a prisión por corrupción en 1999.
Además, el 'think tank' apunta que a pesar de que sea probable que Borrell siga los objetivos de su predecesora, la italiana Federica Mogherini, con respecto a la estrategia global de la UE, no se puede descartar que "sus prioridades se verán afectadas por los intereses españoles", entre los cuales la migración irregular y las relaciones con Latinoamérica.
Ahora bien, la esencia del informe es la preocupación por la política que Borrell pueda tener respecto a los Balcanes occidentales, ya que precisamente por su "oposición al separatismo catalán", Borrell "intentará evitar abordar la incómoda cuestión del estatuto de Kosovo", un país que España insiste en no reconocer "por miedo de crear un precedente para la independencia de Catalunya". El PISM también apunta que la política activa hacia Rusia no será una de las prioridades de Borrell, un aspecto que preocupa especialmente a un país como Polonia.