El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha destacado este lunes la celeridad con la que la justicia ha fijado la fecha de su juicio. La ha tachado de precipitada y la ha contrastado con los tiempos del juicio a los presos políticos: "La justicia es lenta solo cuando quiere".
Así se expresa en un comunicado de la Oficina del Presidente de la Generalitat, en el que se recuerda que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha citado a Torra el 25 y el 26 de septiembre para juzgarle por la presencia de lazos amarillos en edificios públicos durante la campaña electoral.
"Se trata de la demostración más evidente de la celeridad interesada de la justicia", y ha recordado que los presos llevan en prisión provisional casi dos años esperando a la resolución de su juicio.
"Consideramos que estamos ante un señalamiento marcadamente precipitado, lo cual se refleja en el hecho de que se ha acordado la fecha del juicio oral (31 de julio de 2019) con fecha previa al auto de admisión y denegación de pruebas (2 de septiembre)", expone el texto que asegura que es contrario a lo que marca el artículo 785.2 de la Ley de enjuiciamiento criminal (LeCrim).
La Oficina de Torra exige a los jueces y los tribunales no solo que sean imparciales "sino que tengan la apariencia de imparcialidad", y creen que haber fijado de este modo la fecha del proceso del presidente lo pone en duda. Anuncia que la defensa ejercerá las acciones legales correspondientes contra este "error procesal que demuestra que la prisa es enemiga del rigor".
Subrayan que el señalamiento para esas fechas hace coincidir la comparecencia de Torra con un señalamiento anterior del abogado defensor en una causa con un preso, "que es preferente", y con el pleno del Parlament de Catalunya, en el que se prevé hacer el debate de política general, tal y como indica el artículo 154 del Reglamento del Parlament.