Quim Torra se había preparado con ganas la réplica a Ciudadanos. Ha sido el momento de la sesión de control en el Parlament en que se le ha visto más cómodo y divertido. El president ha hurgado en la herida abierta tras el hundimiento electoral de domingo. "No fue muy bien, ¿verdad"?, les ha inquirido irónico.
Ha sido la respuesta al enésimo interrogatorio de Lorena Roldán vinculándolo con los CDR. En el fondo, sin embargo, a Torra tanto le daba el contenido de la pregunta de la jefa de la oposición. Llevaba la réplica preparada de casa. "Se tiene que esforzar mucho uno por perder 900.000 votos". Y ha seguido. "¿Sabe cuánto les ha costado estos dos minutos de difamación que acaba de hacer? Perder 36.000 votos". El jefe del ejecutivo ha hecho un cálculo según el cual cada sesión de control hace que Cs pierda decenas de miles de votos. "Al paso que vamos, de 36 diputados su grupo quedará reducido a 5 o 6".
Torra ha gastado todo el tiempo de su intervención en echar sal en la herida. Lo ha hecho sirviéndose de una expresión catalana usada para definir una gran pérdida: "Han perdut bous i esquelles....y a Lucas", en referencia al cachorro que Albert Rivera utilizó en un vídeo de campaña.
Finalmente, ante el fracaso del domingo, Torra ha invitado a Roldán, Arrimadas y Carrizosa a seguir los pasos de Rivera y dimitir.