Sin una hoja de ruta cerrada, pero sin aceptar renuncias. El president, Quim Torra, ha expuesto esta noche desde el escenario del Teatro Nacional de Catalunya sus propuestas para hacer efectiva la República. Ha reivindicado el referéndum del 1-O y el mandato que se deriva, sin renunciar al diálogo, y ha advertido que no aceptará una sentencia contra los presos políticos que no sea la libre absolución. "Esta propuesta que hago hoy al pueblo de Catalunya tiene una divisa muy sencilla, o libertad o libertad," ha proclamado en una aviso que ha sido acogido con aplausos en la sala del TNC, repleta y expectante.
El interés ante las palabras del president iba mucho más allá del auditorio del teatro. Tan pronto ha acabado la intervención, el gobierno de Pedro Sánchez ha convocado a la prensa en la Moncloa para tildar el discurso de decimonónico. Para la ministra portavoz, Isabel Celaá, los llamamientos a la libertad que ha ido reiterando Torra no eran más que "grandes palabras, convertidas en conceptos supremos, a veces huecos". Desde Ciudadanos, Albert Rivera, ha reclamado al ejecutivo español que aplique de nuevo el 155.
La conferencia deTorra no revelaban grandes novedades ni ruidosos anuncios, pero sí ha querido tejer una intervención muy reivindicativa, que ha comenzado denunciando la violencia y la represión del Estado y apelando, a las puertas de la Diada y la conmemoración del 1-O, a la movilización, el consenso y la transversalidad del movimiento independentista. El president ha insistido una vez y otra que el objetivo del Govern es hacer de Catalunya un "estado independiente en forma de República", pero también ha dejado claro, en castellano, que es la hora de dialogar, escuchar y negociar.
Entre los mensajes que hoy ha enviado Torra, estaba la respuesta a la propuesta planteada el lunes por Pedro Sánchez de convocar un referéndum sobre el autogobierno. El jefe del ejecutivo catalán ha replicado que "el mandato del primero de octubre es vigente y sólo un referéndum vinculante, acordado y reconocido internacional puede renovar aquel mandato". Por esta razón, ha emplazado al gobierno español "solemnemente" a dialogar y ha advertido que está a manos de los nuevos gobernantes "dejar de cometer los mismos errores que el gobierno Rajoy".
Torra no ha escondido el escepticismo sobre la respuesta del Estado. "Hoy todo el mundo ha puesto ya las cartas encima de la mesa, ya sabemos hasta dónde está dispuesto a llegar el Estado español cuando emprendemos el camino de la autodeterminación", ha advertido, ante lo cual ha recurrido a Pompeu Fabra para dejar claro que "sólo tendremos aquello que nosotros sepamos ganar".
Marcha por los derechos civiles
Las citas del president han sido múltiples y variadas, incluido Asterix. No ha faltado tampoco la invocación a Martin Luther King que ha utilizado para insistir en la propuesta de una "marcha por los derechos civiles, sociales y nacionales de Catalunya". Se trata, según ha dicho, de una "marcha de ciudadanos que toman la determinación libre de ser pueblo constituyente"; tiene que ser amplia, diversa y multitudinaria; y empieza hoy mismo y acaba con la sentencia de los presos políticos.
"No nos resignamos a unas sentencias injustas que sólo traerían más dolor, más conflicto, más represión," ha advertido, en una idea que también había expuesto este verano. Es más, ha insistido que, personalmente, no aceptará ninguna sentencia que no sea la "libre absolución".
El Parlament ante una condena
No obstante, no ha concretado en que consistirá esta no aceptación. Ha anunciado que, en caso que haya una condena, estudiará las decisiones a tomar y se pondrá a disposición del pueblo de Catalunya a través del Parlament.
A lo largo de la intervención no han faltado los llamamientos más o menos explícitos a la unidad. "Distanciados o divididos, con la semilla de la desconfianza, no podremos superar un desafío como este", ha alertado después de subrayar que si el independentismo ha conseguido llegar donde lo ha hecho ha sido gracias al que en los momentos clave se ha mantenido unida.
Entre el público seguía la intervención de Torra, el presidente del Parlament, Roger Torrent, y los miembros de su gabinete, con el vicepresidente, Pere Aragonès, al frente, y una amplia representación política de las fuerzas independentistas, pero también la socialista Eva Granados.
Torra había convocado esta intervención antes del verano con la voluntad de desactivar las críticas a la falta de rumbo de su gobierno después de que su llegada a la plaza Sant Jaume se produjo a raíz de la negativa del Supremo a aceptar las candidaturas de Carles Puigdemont, Jordi Sànchez y Jordi Turull.