El presidente Quim Torra, junto con el presidente en el exilio Carles Puigdemont y el expresidente Artur Mas, han pedido por carta explicaciones al Rey por el discurso del 3-O. Además, en la misiva, los tres presidentes piden a Felipe VI que escuche "sin apriorismos ni prejuicios" y ayude a "facilitar un proceso de apertura, modernización y prevalencia democrática".
En la carta también hay una coletilla del presidente Quim Torra donde le pide reunirse el viernes con motivo de la visita del monarca a Catalunya. De hecho, los tres presidentes aseguran que la inauguración de los Juegos Mediterráneos es "una oportunidad que nos brinda la historia para reparar y recoser aquello que la violencia, la represión y la persecución contra el 1-O provocó".
En este sentido, le piden que "aproveche este momento y no deje perder la ocasión" de abrir una etapa de diálogo. "Esta semana vendréis a Catalunya y os queremos recibir con la voluntad de abrir una etapa de diálogo, negociación, reconocimiento, respeto democrático, modernidad institucional y respeto por los derechos civiles y políticos y las libertades fundamentales", defienden.
El 3-O: "Una herida considerable"
En la carta también denuncian que el 1-O hubo una "violencia policíaca desmesurada e inaceptable contra ciudadanos que querían expresar pacíficamente su voto", y que por eso "es y será un día muy especial para la mayoría de los catalanes". En este sentido, lo advierten de que su comparecencia del 3-O "abrió uno herida considerable en muchos ciudadanos que no se habrían pensado nunca que el Jefe del Estado daría su aprobación a la violenta represión de la policía contra ciudadanos completamente pacíficos".
Por este motivo, Torra, Puigdemont y Mas le interpelan a defender el diálogo: "De verdad que no tendríais que situaros por encima de unos intereses particulares y tratar de ser una voz de conciliación y de defensa del diálogo?".
Los tres consideran "que el Rey hubiera tenido que quedar al margen de la pugna política" y le recuerdan que "una monarquía constitucional moderna y europea tiene que aspirar a la igualdad, la justicia, la libertad, la fraternidad, sin ninguna renuncia" y, sobre todo, aseguran, "a la democracia entendida de manera genuina y auténtica". "Eso es entender que los poderes emanan del pueblo y no al revés", añaden.
En esta misma línea, insisten en que "los conflictos políticos se tienen que resolver siempre por vías democráticas", y señalan que "estamos seguros de que ningún demócrata se puede oponer a dar la voz a la gente". Por eso, reclaman "que se acabe de una vez esta situación de anomalía con que los jueces y los policías ocupan el espacio que tendría que ocupar la voz y la palabra de los representantes políticos; que se acaben las prisiones que encierran demócratas y los exilios que alejan gente pacífica; que la ley se ajuste a las voluntades democráticas y que no sea la democracia quien se tenga que encotillar a unas leyes antiguas".
En definitiva, los tres concluyen "que la política vuelva a la política y el debate y el intercambio de opiniones sean las reglas con que avanzamos todos juntos para encarar las controversias".