El president de la Generalitat, Quim Torra, ha recordado al president en el exilio, Carles Puigdemont, y a los miembros del Govern encarcelados y exiliados durante su intervención ante el rey Felipe VI en la cena inaugural del Mobile World Congress.
Ha sido durante un saludo breve que ha dirigido a los presentes en inglés, antes de empezar la cena que encabezan los responsables del congreso y los miembros del gobierno español y catalán en la sala oval del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC).
"Hace dos años fue el president Puigdemont quien pronunció este discurso de bienvenida. Por eso, quiero recordarlo a él y en los miembros del Gover que no pueden estar hoy con nosotros", ha empezado la intervención el president que se ha presentado en la cena con un gran lazo dorado en la solapa.
El president ha afirmado que Catalunya es un país que ama la democracia "por encima de todo", que defiende los derechos humanos y universales, así como los derechos colectivos, que ésta ha sido una "lucha constante para el pueblo catalán".
Ha explicado que Catalunya ha hecho de la voluntad de existir una señal de su identidad. "Nunca renunciaremos a los principios de Pau Casals, un país definido por la cultura, el talento y la libertad. Todos confiamos en el futuro porque sabemos de dónde venimos y, arraigados en esta tierra, sabemos dónde queremos ir", ha concluido.
Ante un auditorio eminentemente empresarial, el president ha asegurado que a pesar de la conmoción política que vive el país, las empresas y las instituciones han continuado adelante.
El monarca ha acogido con frialdad la intervención. Sentados uno delante del otro en la mesa presidencial han evitado ni tan sólo cruzar miradas mientras las cámaras estaban dentro de la sala oval.
Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, durante su intervención, a parte de alertar sobre el auge del populismo de extrema derecha, ha reivindicado ante el rey los "valores republicanos" de la libertad, igualdad y fraternidad.
Antes de la cena el president y la alcaldesa de Barcelona han abandonado la zona donde las autoridades esperaban al rey para evitar el besamanos. Una vez dentro, Felipe VI y Torra se han estrechado las manos en un breve y frío saludo.