"Estaba dispuesto y preparado para llegar tan lejos como los grupos que me daban apoyo y el Govern quisieran llegar". El presidente de la Generalitat, Quim Torra, explica en la segunda entrega de la entrevista en la ACN que, cuando aceptó el cargo para "servir el país", estaba a punto "para todos los escenarios, naturalmente". Torra entiende que haya gente "decepcionada" porque el independentismo no ha culminado el proceso: "Yo mismo lo estoy", ha admitido. Asimismo, dice que "lo han sorprendido enormemente" las "discrepancias" internas que ha habido, a pesar de la "represión": "No las podía entender y todavía no las entiendo". El presidente opina que como más se ensancha la base soberanista es con una "confrontación democrática" contra el Estado, tal como lo fue el 1-O.
El presidente insiste en que estaba "preparado por todos los escenarios", y que el proceso no avanzó más pero por otros factores: "Yo no me podía esperar que, en una situación con presos y exiliados, se produjeran según qué acciones, sinceramente", ha añadido. Torra ha remachado que él se pensaba que se podría dar continuidad al proceso independentista, "y no que de repente cambiaran tanto las cosas". "Eso me ha chocado personalmente", ha reconocido.
Torra subraya que, cuando aceptó ser candidato a la Generalitat, pensaba que el debate constituyente serviría para terminar un proyecto de Constitución para ser refrendado, y avanzar así hacia la implementación de la república.
Confrontación democrática
Torra defiende que el 1-O tiene que ser el eje central de la estrategia independentista: "Cualquier salto colectivo que nos planteamos sólo puede producirse si se vuelve a repetir esta fórmula mágica", ha defendido después de destacar la "unidad" entre instituciones, partidos, entidades y ciudadanía para hacer posible el referéndum del 2017. En esta línea, el presidente apuesta por un nuevo embate "democrático" para "ampliar más" el apoyo independentista.
"El 1-O, que es un acto de confrontación con el Estado, es el momento que llegamos a tocar la independencia con las puntas de los dedos. No sé porque todo aquello que sacaron adelante a los compañeros en la prisión y en el exilio no tiene que seguir siendo lo que ahora tengamos que hacer los que tenemos algunas responsabilidades. No entiendo porque tendríamos que cambiar de estrategia", ha reflexionado.
Decepción y discrepancias
Torra admite que hay gente "decepcionada" con la clase política porque no se ha podido culminar el proceso hacia la independencia: "Yo mismo [lo estoy]", ha asegurado. Sin embargo, el jefe del Govern ha argumentado que está "contento" de "haber mantenido el pulso" y la "dignidad" de la institución, y no haber bajado a la guardia", a pesar de las "circunstancias enormemente difíciles" que ha afrontado su ejecutivo.
El presidente de la Generalitat también opina que los políticos no estuvieron a la altura durante la sentencia del juicio para el 1-O: "Debimos fallar todos, porque la gente estuvo". "Las discrepancias y diferencias no supieron encontrar el canal adecuado y pienso que, sencillamente, la clase política no estuvo a la altura de lo que la ciudadanía requería", ha valorado. Torra también ha reconocido que era "difícil" engendrar el 'momentum' y que, de hecho, el 1-O costó unos 10 años de crear.
Torra ha recordado que el 20% de la legislatura ha tenido lugar bajo la aplicación del artículo 155 de la Constitución, o con el real decreto del estado de alarma por la epidemia de la covid-19: "No hemos conseguido la república pero pienso que hemos estado a la altura, ante una situación tan complicada".
Diferencias a pesar de la "represión"
El presidente lamenta las "discrepancias" que ha habido dentro del movimiento independentista, también en el seno de su ejecutivo. Torra, sin embargo, ha afirmado que no se ha planteado "nunca" echar a nadie de ERC: "Todos los consellers disfrutan de mi confianza".
El presidente sí que apunta que, como ciudadano que no había tenido "ningún trato directo" con la política, "lo ha sorprendido enormemente" que se produjeran unas "circunstancias de discrepancias" que no ha podido entender, en una situación "tan difícil" provocada por la "represión".
En esta línea, opina que el ejecutivo de Carles Puigdemont tenía un objetivo "fabuloso, ilusionante y estelar", en referencia al 1-O. Y que, en cambio, su Gobierno se ha encontrado con un escenario "más defensivo, de recuperación y de resistencia", de ver dirigentes en la prisión y en el "exilio", y de afrontar varios juicios.