Confesión a medias. Tres de los cuatro acusados han admitido hoy en la Audiencia de Barcelona que enviaron WhatsApp humillantes, pero que no sabían que iban dirigidos a Marta Torrecillas, cuya identidad se hizo viral, a raíz de un audio y un vídeo donde denunciaba que agentes de la policía española le habían hecho daño en los dedos de la mano izquierda en su desproporcionada entrada en l'IES Pau Claris de Barcelona para evitar que la ciudadanía votara en el Referéndum, el 2017. Uno de los acusados ha admitido que introdujo el móvil de ella en un grupo de WhatsApp que tenían unos doce amigos desde 2014, pero él no lo renombró con el nombre Arriba España, hija puta y que siete minutos después de ver el contenido, la sacó del chat y él también. El cuarto acusado, un hombre jubilado, ha negado que le remitiera un sms despectivo y ha asegurado que era el móvil de su madre, que tenía en la residencia.

No obstante, la fiscal ha mantenido la petición de la pena para cada uno de los tres primeros (Cristian, Alberto y Joel) de un año y nueve meses de prisión y pagar una multa de 3.000 euros al considerarlos autores de un delito contra los derechos fundamentales, con la agravante de motivación ideológica, porque "no solamente se la ataca a ella sino al colectivo independentista al que pertenece". Y para el  cuarto acusado (Jose Maria) pide una multa de 900 euros por un delito leve de amenazas. El abogado de ella, Xavier Monge, también ha mantenido la petición de la pena: 2 años y 9 meses de prisión para cada uno de los cuatro acusados, al considerarlos autores de los delitos de odio y de amenazas, en los cuales añade dos agravantes: por discriminación ideológica y por razón de género de la víctima. Los abogados de los cuatro acusados han pedido su absolución al considerar que "ella podía salir del grupo de WhatsApp y que no son hechos tan graves". Una de las defensas incluso ha culpado  Torrecillas "d'exponerse y llamar a TV3  ya  los medios para explicar sus heridas, que luego los vídeos desmintieron".

Dudas

En los informes, la fiscal ha sido contundente al asegurar: "Quién duda se tiene que abstener de hacer cualquier acción si puede ser delictiva. Por lo tanto, en la acción de los acusados hay un dolo eventual, como fija la jurisprudencia." La fiscal ha añadido que no es creíble que los acusados digan que no sabían quién era Torrecillas, cuando se dirigen a sus heridas, con un "choca estos cinco", a contra su persona y a la votación del 1-O. El penalista Monge también ha calificado de "inverosímil", la declaración exculpatoria de los cuatro, tanto del acusado de incluir el número de Torrecillas en el chat, como los otros dos  que han admitido los mensajes contra ella y referencias al local, donde trabajaba. El abogado ha calificado los insultos  de "extremadamente machistas", y ha asegurado que "aunque los acusados han declarado que lo decían en cachondeo, no los exculpa". Uno de los acusados, Alberto, agente de la policía, le ha pedido disculpas. El abogado de Torrecillas ha criticado al acusado que ha dicho que "el móvil estaba en la residencia de su madre de 100 años, cuando en el juzgado de instrucción dijo que estaba en el hotel". "Todo es inverosímil", ha concluido Monge. El instructor de los Mossos ha confirmado que el asalto al móvil de Torrecillas era "muy heavy", ya que cuando estaba en comisaría,"su móvil no paraba de recibir llamadas y mensajes". La introdujeron en 47 chats, aunque este era el más despectivo, realitzado el 4 y 5 de octubre 2017, después de la votación del 1-O. 

"Mucho miedo"

En el juicio, Marta Torrecillas ha declarado como testigo y ha expresado el infierno que vivió, y que en el 2018 se puso en tratamiento psicológico al ver que continuaba angustiada. "Con todos aquellos mensajes pasé nervios, angustia y me sentí atacada", ha afirmado Torrecillas que ha añadido: "Me dio mucho miedo que me dijeran: 'tengo un amigo policía que te quiere conocer' porque podían saber dónde vivía. Me han destrozado la vida." Y ha indicado que durante un tiempo no salía a la calle sola. "Es un ejercicio de reparación moral", ha concluido su abogado al asegurar que la responsabilidad que pide a los acusados de forma solidaria "no cubre ni el tratamiento psicológico que ha tenido que hacer".

En el turno de la última palabra, Cristian ha pedido "disculpas a Marta". Por su parte, Joel ha dicho que es "excesivo" que le pidan prisión, y que se lo haya grabado en la calle, como Alberto.