La tensión por el pulso independentista con el Estado ha estallado sin ambages este viernes en Barcelona en el marco de la celebración de la festividad de Sant Raimon de Penyafort que ha reunido al presidente del Parlament, Roger Torrent, y el ministro de Justicia, Rafael Catalá, en el Colegio de Abogados. Torrent ha denunciado la existencia de presos políticos y el retroceso que han sufrido las libertades y los derechos fundamentales en el Estado español, en un acto cargado de reivindicaciones y protestas como nunca se había visto en el Colegio, incluidos los reproches de Catalá y la decana de los abogados, Maria Eugènia Gay, al presidente.
La intervención de Torrent ha provocado que abandonaran la sala de manera ostentosa el presidente del TSJC, Jesús María Barrientos, el fiscal jefe de Catalunya, Francisco Bañeres, la fiscal jefe de Barcelona, Concepción Talón, el exdecano del Colegio y padre de la actual decana, Eugeni Gay, el presidente de la Audiencia, Antonio Recio, y personas del público, integrado básicamente por colegiados y sus familiares. La mayoría han vuelto al concluir el discurso. Por contra, un sector del público, entre el cual eran visibles los lazos amarillos, ha apoyado las palabras del presidente con aplausos.
"La ciudadanía y las instituciones observamos con preocupación la crisis del estado de derecho", ha lanzado Torrent apenas empezar su intervención ante el ministro. El presidente del Parlament ha señalado en su denuncia dos cuestiones esenciales como son la separación de poderes y la garantía de derechos fundamentales.
En su breve intervención de apenas 8 minutos, Torrent ha desgranado denuncias concretas como la que ayer hizo el catedrático de derecho constitucional Javier Pérez Royo, alertando sobre la "regresión a una situación predemocrática", o la que también ayer hacía Amnistía Internacional sobre vulneraciones de derechos fundamentales; se ha referido a "debilidades y carencias en relación a la separación de poderes" señaladas por colectivos y asociaciones de jueces los últimos años; ha citado las sucesivas denuncias de los informes GRECO de la CE; las conversaciones registradas entre responsables políticos hablando de "cómo se ponían y sacaban fiscales y jueces" y las declaraciones de ministros adelantando decisiones judiciales antes de que se produjeran; y ha recordado la editorial del New York Times el 2015 que denunciaba el "retroceso a tiempos del franquismo" que ha comportado la Ley Mordaza, que ha permitido condenas a titiriteros y cantantes de rap.
"Esta regresión de derechos y libertades fundamentales se ha observado con especial intensidad en Catalunya: los últimos meses se han producido vulneraciones graves en los derechos a la libertad de expresión, de manifestació, de reunión, de secreto de comunicaciones, el derecho a la intimidad y el derecho a la defensa", ha denunciado.
Igualmente se ha referido a la vulneración grave de derechos políticos fundamentales que ha impedido la materialización de la voluntad expresada de manera mayoritaria en las urnas por los ciudadanos porque los tribunales, a instancias del poder ejecutivo, lo impiden. "Hay que denunciar la existencia de presos políticos acusados de rebelión, sedición y delitos inexistentes", ha reprochado.
Ha sido en este punto, cuando se han levantado algunos de los presentes y han comenzado a abandonar la sala, en el medio de ruidosas protestas mientras parte del público aplaudía.
"Hace falta que los profesionales del derecho asuman, como nos consta que hacen, la gravedad del momento que vivimos", ha reclamado Torrent cuando ha podido reanudar la intervención.
La tensión se ha hecho evidente incluso antes de comenzar el acto. Torrent se ha presentado un cuarto de hora tarde para evitar la protocolaria imagen del saludo con el ministro de Justicia y el gesto no ha pasado desapercibido como ha hecho notar el mismo Catalá.
Pero la protesta no se limitaban a los protagonistas de los parlamentos. Las chispas han ido saltando a lo largo de todo el acto. Algunos de los colegiados que han subido al escenario a recoger la medalla de 50 años como miembros de la entidad con lazos amarillos han querido hacer evidente el malestar por la situación con gestos como romper el protocolo que se había fijado para dar la mano al presidente del Parlament, o con expresiones más explícitas como el "¡no hay derecho!" que ha dejado oír el que fue presidente de la CCRTV, Joan Granados, al recoger su medalla.
Al tomar la palabra, el ministro no ha hecho referencia a la intervención de Torrent, pero sí ha mostrado su irritación al terminar el acto y en declaraciones posteriores ante los perioditas.