La casualidad ha querido que en el mismo momento que el candidato de ERC por Barcelona visitaba el suyo futuro -oficioso- rival, Joaquim Forn, en la prisión de Lledoners, en el Parlamento JxCAT y los republicanos aireaban, una vez más, sus diferencias públicamente. A pesar de eso, Ernest Maragall insiste en la necesidad de que los independentistas y los comunes remen juntos, eso sí, desde la distancia y una vez hayan pasado las elecciones.
Maragall ha hecho esta tarde un paseo por el barrio de Gracia de Barcelona, acompañado, como ya pasó hace unos días, de uno de los hombres fuertes de ERC ahora mismo, Roger Torrent. Al saludarse, los dos han intercambiado a uno "qué día, hoy", con qué se les ha entendido todo. Y es que el presidente del Parlamento ha tenido una mañana complicada en la cámara, situado en el centro de la diana de JxCAT, que cree que no ha hecho lo suficiente para garantizar el derecho político de Puigdemont.
Que los comunes suban al carro
E alcaldable de los republicanos ha explicado cómo ha ido la visita que ha hecho por la mañana a los presos políticos. Ha estado con los suyos, sí, con Junqueras y Romeva, pero también ha aprovechado para "compartir un buen rato con Quim Forn". Maragall ha remarcado la necesidad de que ERC y JxCAT se esfuercen en trabajar bien cada uno su espacio y alcanzar, ya después de las elecciones municipales, una "unidad de acción soberanista". Una unidad de acción en la cual "hay que incluir las dos grandes fuerzas que conforman hoy el gobierno de coalición en Catalunya, la CUP y obviamente también los comunes". Las urnas proveerán.