Los trabajadores del Metro llevan sin convenio desde el 1 de enero de 2016, pero el que tenían vigente hasta el 31 de diciembre de 2015 ya se había prorrogado dos veces, una vez a finales de 2011 y otra a finales de 2013 (su vigencia es de dos años). La ley no permite prorrogar un convenio más de dos veces, y por eso el comité de empresa asegura que lleva cinco meses intentando reunirse con la dirección de TMB para negociar uno nuevo antes de quedarse sin ninguno, cosa que finalmente ha pasado. Es éste el motivo que alude el comité de empresa y las asambleas de trabajadores para ir a la huelga el lunes 22 y el miércoles 24 de febrero coincidiendo con el Mobile World Congress (MWC).
IPC + 1% hasta 2011
Desde la dirección de TMB aseguran que han mantenido ocho encuentros con los representantes de los trabajadores antes del 9 de febrero, además de algunos antes del verano. Además, ha reprochado, primero en un comunicado y después en rueda de prensa una vez rotas las negociaciones, que el salario de los trabajadores es "digno" y desmiente que hayan perdido poder adquisitivo. El convenio de 2008 prorrogado preveía una revisión salarial cada 1 de enero hasta el de 2011 de acuerdo con la variación del IPC más un 1% adicional. Desde entonces, con el acuerdo prorrogado, los trabajadores que están sujetos a él tienen el sueldo congelado. Las variaciones del IPC desde enero de 2011 hasta enero de 2016 han sido de un 4,9% en Catalunya. La empresa les ofrece ahora un incremento salarial de un 1%.
27.000 euros anuales
La mayor parte de los trabajadores del Metro tienen un contrato de agente de atención al cliente, que desde 2008 se procura que sea polivalente; es decir, que pueda estar en estaciones o conduciendo trenes, cosa que les supone un plus de 73 euros mensuales según convenio. Este grueso de la plantilla cobra unos 27.000 euros brutos anuales. Pero el comité de empresa insiste en que no todo se reduce al dinero, sino a la precariedad laboral en la que, aseguran, les aboca la dirección de la empresa. "En la negociación nos han venido a decir que a partir de ahora cumplirán lo que hasta ahora no cumplían, y que quieren que firmemos esta copia del convenio anterior por tres años más deprisa y corriendo, en vez de acordarlo provisionalmente como un documento de salida de huelga," explica un trabajador a El Nacional.
Permisos y beneficios
En el convenio que ha caducado los trabajadores tenían 17 días naturales de permiso retribuido por matrimonio, parejas de hecho o unión estable, mientras que la mayoría de convenios establecen 15, que son los contemplados en el Estatuto de los Trabajadores. Por matrimonio de padres, hijos o hermanos, tenían un día retribuido, y por mudanza, dos días, como establecen muchos convenios, aunque el Estatuto de los Trabajadores contempla uno. Por nacimiento de un hijo (el permiso de paternidad es aparte) los trabajadores disfrutan de cinco días de permiso retribuido, mientras que el Estatuto de los Trabajadores establece dos y muchos convenios, tres. Otros permisos como la intervención quirúrgica u hospitalización de familiares, asistencia a exámenes o al médico o votar, se ajustan a los establecidos por el Estatuto de los Trabajadores. Además, la plantilla disfruta de tres días no retribuidos al año para asuntos propios, como contemplan -con número diferente de días- otros convenios (aunque no el Estatuto de los Trabajadores) como el de hostelería, ISS o Bimbo. Además, los trabajadores tienen acceso a préstamos para acceder a vivienda habitual hasta 18.600 euros y por reformas hasta 6.500. El periodo de vacaciones es el que marca el Estatuto de los Trabajadores más uno: 31 días naturales.
7 años haciendo veranos
Los acuerdos que los trabajadores acusan TMB de no cumplir son las mejoras de las condiciones de los contratados a tiempo parcial y en contratos de relevo (el que se celebra como consecuencia de una jubilación parcial), que aseguran que ya se habían prometido en 2012 con la segunda prórroga del convenio. Es el caso de una trabajadora con quién ha podido hablar El Nacional, que lleva 7 años trabajando sólo 3 meses los veranos un 75% de la jornada para acceder a un contrato de relevo. En su caso hay unas 190 personas -sin contar con las que han desistido por el camino- a las que la dirección les prometió que en el 2018 se les adjudicarían los contratos de relevo de las personas que se fueran prejubilando. "En 2012 yo ya llevaba tres veranos trabajados y pensé que me podía permitir esperar seis más", explica, "pero ahora nos están diciendo que nos vamos a 2020". El resto del año esta trabajadora, además de cobrar algunos meses paro siempre que acumula bastante tiempo trabajado, hace tareas en el sector de la hostelería, ya que es el único sector donde se pueden adaptar a sus necesidades de temporalidad: "He buscado en otros trabajos, pero las expectativas no son mucho mejores, ya que también te ofrecen contratos temporales sin opción a ser fijo", añade.
Plantilla a tiempo parcial
Con respecto a las declaraciones de Ada Colau en las que asegura que el 90% de la plantilla está fija, los trabajadores explican que buena parte del personal fijo no lo es a jornada completa. Además, auguran que eso no mejorará, ya que, sostienen, la empresa no está relevando las jubilaciones con trabajadores contratados por el 100% de la jornada, sino con personal que trabaja un 75%, provocando así que buena parte de la jornada no quede totalmente cubierta aunque se cubran las vacantes. Añaden que, precisamente, el sueldo de 29.000 euros anuales al que ha hecho referencia la presidenta de TMB, Mercedes Vidal, es por jornada completa cuando, cada vez más, se contrata plantilla que no trabaja el 100% de la jornada. Además, la empresa ha planteado la posibilidad de que los trabajadores en bolsa de veranos hagan dos relevos antes de cubrir la vacante de una persona jubilada. Cada relevo dura 4 años, poe lo qie eso significa que el trabajador a tiempo parcial tardará 4 años más (8 en total) en entrar en plantilla. Además, la reforma laboral de 2012 establece que no se pueden hacer contratos de relevo a personas que trabajen a tiempo parcial, de manera que los trabajadores alertan de una plantilla cada vez más envejecida en cargos de responsabilidad.
Sueldos opacos de los directivos
Los trabajadores, por otro lado, denuncian que Colau apele al "marco presupuestario limitado" de Metro para no atender a las demandas de los trabajadores mientras que sostienen que los directivos cobran unos sueldos muy elevados (apuntan a más de 100.000 euros) de forma opaca -el sindicato COS y la CUP se querellaron contra la dirección de TMB por malversación de fondos públicos-, fuera del convenio (cosa que también quieren negociar con el convenio nuevo). De hecho, es una cosa que Ada Colau criticó justo un año antes de ser elegida alcaldesa y se le reprocha que ahora no lo mencione.