El alcaldable de Junts, Xavier Trias, ha criticado la decisión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de suspender las relaciones con Israel y el hermanamiento con Tel-Aviv, y ha subrayado que la ciudad lo que tiene que hacer es "trabajar por la concordia". "Es un grave error [la ruptura de Colau]. Este es uno de los motivos, entre muchos de otros, por lo que es necesario un cambio en el Ayuntamiento. Barcelona debe trabajar por la concordia, sin sectarismo, evitando la confrontación y apostando por el diálogo y el acuerdo", ha apuntado.
Por su parte, el president en el exilio, Carles Puigdemont, ha acusado a Ada Colau de forzar la ruptura de relaciones con Israel y Tel Aviv simplemente por "intereses domésticos". "La decisión de la alcaldesa de Barcelona de suspender el hermanamiento con Tel Aviv y las relaciones con Israel es un error muy grande. Bajo el argumento de una legítima defensa del pueblo palestino se esconden de hecho intereses domésticos, no los de Barcelona y los de Cataluña", ha advertido.
La exconsellera de Exteriors Victòria Alsina ha reaccionado también con rotundidad contra la decisión de la alcaldesa, y ha recordado que, a diferencia de ella, en Madrid los comunes nunca han cuestionado la embajada de Israel. "Error descomunal. Las cosas se arreglan construyendo puentes, no rompiéndolos. Barcelona y Tel-Aviv tienen retos compartidos y la capacidad de coliderar iniciativas de progreso y paz desde las dos orillas del Mediterráneo. Los comunes en Madrid no cuestionan la embajada española en Israel", ha señalado.
Las entidades projudías han reaccionado con indignación a la decisión de la alcaldesa de Barcelona, y algunos han lamentado que ataque a los judíos con un objetivo electoral de cara a las elecciones municipales. La Associació Catalana d'Amics d'Israel (ACAI) ha tildado la decisión de Colau "de acto xenófobo", y ha recordado que ha sido una decisión personal que no ha pasado por el plenario del Ayuntamiento. "Por decreto y sin pasar por el pleno, la alcaldesa Colau ha tomado la decisión de discriminar a los ciudadanos de Tel-Aviv en razón de su origen. Un acto xenófobo que hace del gobierno de la ciudad de Barcelona un gobierno xenófobo y antidemocrático", ha indicado.
Otros han recordado que en Barcelona viven muchos israelíes y se han preguntado qué deben pensar de la actitud de Colau, como la presidenta de Amics dels Calls, Carme M. Vinyes Ferrer. "Si los comunes supieran la cantidad de israelíes que viven en Barcelona (especialmente en Gràcia) dirían y harían menos tonterías. Qué vergüenza tan insoportable. Fuera el antisemitismo de las instituciones", ha manifestado.
La cuestión ha salido rápidamente en la escena internacional y el Congreso Judío Latinoamericano, con gran influencia en Argentina y otros países, ha ubicado la decisión de Colau en las iniciativas "a favor del odio". "Barcelona y Tel-Aviv tienen muy en común. Dos ciudades caracterizadas por su cultura y diversidad y hermanadas desde 1998 mediante una resolución oficial que hoy pretenden revertir. Repudiamos esta iniciativa, que atenta contra los valores compartidos a favor del odio", ha manifestado. Algunos han recordado que mientras Colau suspende las relaciones de Barcelona con Israel, mantiene sin ningún problema las hermandades con Shanghái (China), Isfahan (Irán) o Dubái (Emiratos Árabes), que no pertenecen a países democráticos. Este ha sido el caso del profesor de historia de Asia y actual director de la oficina del president Carles Puigdemont, Josep Lluís Alay. "Me imagino que Ada Colau mañana hará lo mismo con China. Pero no, no lo hará. Estos son amigos y se van de celebración juntos", ha dicho.