El Tribunal de Cuentas, en su informe de fiscalización sobre las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, ha constatado la quiebra de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), el socio democristiano de CiU que en aquella cita se presentó por primera vez por separado: acabó la campaña debiendo casi 350.000 euros a sus proveedores y en su cuenta bancaria había poco más de seis euros.
En el informe del Tribunal de Cuentas, que acaba de enviarse al Parlament, se indica que el partido democristiano encabezado por Josep Antoni Duran i Lleida seguía debiendo este año 347.363 euros a sus proveedores de la campaña electoral de diciembre, pero en la cuenta que abrió para esos comicios sólo tenía 6,26 euros.
La institución subraya que, al no existir disponibilidad de fondos en la cuenta que debe usarse para todos los gastos de campaña, Unió tendrá que recurrir a otras (las reservadas para sufragar la actividad ordinaria de la formación) o deberá buscar nuevos recursos, y en cualquiera de los dos casos se estará produciendo un incumplimiento de la ley, que prohíbe usar los saldos contables ordinarios para sufragar gastos de campaña.
Adelanto de subvenciones
La situación financiera de Unió es aún más grave por cuanto que había pedido un adelanto de las subvenciones de 259.247,15 euros y declaró un gasto de 395.392,54 euros por envíos de propaganda electoral, pero como no consiguió ningún escaño se quedó sin opción a recibir subvenciones (ni por 'mailing' ni por voto), y encima no está acreditado que devolviese ese adelanto que solicitó.
Así las cosas, en las elecciones del 26 de junio Unió Democràtica decidió no volver a presentar listas y su candidato de diciembre, el exportavoz de CiU Josep Antoni Duran i Lleida, optó por retirarse de la política. La formación democristiana emprendió entonces un proceso de concurso de acreedores.